¿Preparado para tomar una profunda bocanada de aire puro? Ahora, más que nunca, queremos reconectar con los elementos y despertar todos nuestros sentidos en contacto con la naturaleza. Bañarse en un lago de las Landas con los primeros rayos de sol, meditar en un roquedal de Normandía, pasear por el cielo del Pic du Midi o contemplar los volcanes milenarios de Auvernia, te mostramos 8 experiencias para disfrutar al ritmo del sol, el viento y el agua.
Refrescarse a orillas de una cascada en Lozère
Al principio sólo se oye un zumbido sordo, luego el sonido claro de los remolinos de agua que brillan al sol a través del follaje. En verano, en el corazón del Parque Nacional de las Cevenas, podrás darte un refrescante baño en la cascada de Runes: con casi 60 metros de altura, es la más alta de Lozère. Para llegar al fondo de la cascada, hay que caminar (con un buen calzado) durante unos cuarenta minutos por un sendero empinado que desciende entre bloques de granito y vegetación. Al fondo, sorpresa, la cascada esconde otra: dos saltos, uno de 46 metros y otro de 24 metros aterrizan en dos cuencas para el doble de frescura.
Meditar en la Roche de Oëtre en Normandía
Es una de esas curiosidades geológicas ante las que uno se siente muy pequeño... En medio de la Suiza normanda, tierra famosa por su suave relieve, la Roche de Oëtre desempeña el papel de intrusa con sus picos rocosos que culminan a 118 metros por encima de las gargantas del Rouvre: es un lejano resurgimiento del macizo bretón Armoricano. Desde este mirador natural, uno podría quedarse horas meditando frente a las verdes colinas y bosquecillos que cruzan el horizonte. Al observarlo, la mirada se detiene en los detalles, un perfil humano delineado en la piedra, raros líquenes y musgos aferrados a las paredes o un pequeño lagarto verde tomando el sol...
Contemplar los volcanes milenarios en Auvernia
¿Cuántos de ellos se extienden de norte a sur de Auvernia, conos verdes que apuntan sus cráteres afilados hacia el cielo o despliegan sus curvas suavizadas desde siglos? Sería inútil intentar contar las formaciones que salpican el parque natural regional de los volcanes de Auvernia. Lo mejor es elegir cuidadosamente uno o varios puestos de observación para contemplar la extraordinaria variedad de este relieve plegado por la actividad volcánica. ¿Serás capaz de reconocer la Chaîne des Puys, el macizo de Sancy o las montañas de Cantal? No importa, lo principal es pulsar la pausa...
Quedarse prendido frente a las Aiguilles de Bavella en Córcega
En el corazón del Parque Natural Regional de Córcega, ¡fijaos! Al pie de las Aiguilles de Bavella, también conocidas como las torres o cuernos de Asinao, puedes llenar tus pulmones de aire puro y contar los mil y un matices de la piedra. Esta cinta de rocas dentadas con bordes afilados que culmina a poco más de 1.800 metros muestra una increíble variedad de colores, desde el rojo claro hasta el gris oscuro. Es una de las vistas más hermosas del famoso GR 20. Pero si eres un senderista novato, puedes dar un paseo desde el Col de Bavella (1.218 metros) hacia el "trou de la bombe", una curiosidad geológica, ¡que te dejará de piedra!
Tocar el cielo en el Pic du Midi en Occitania
¿Y si damos un paseo por el cielo? Basta con subir al Observatorio del Pic du Midi a 2.877 metros de altitud. En la cima de la plataforma, todas las montañas parecen haberse reunido bajo nuestros pies. En un día claro, sobre todo por la mañana, la panorámica de 360° se extiende desde los Pirineos hasta las llanuras de Occitania y, a veces, hasta las estribaciones del Macizo Central. Y si hay nubes, es una oportunidad para experimentar nuevas sensaciones: suspendida sobre el vacío, una pasarela metálica de 12 metros de largo invita a caminar por el cielo. Cuando las nubes forman un manto de vapor bajo tus pies, te sientes como en el paraíso.
Un baño de bosque en el Macizo de los Vosgos
Acariciar la corteza de un árbol, pisar la hierba con los pies descalzos, oler el aroma de las hojas, las flores y el humus... Entre abetos, hayas y pinos silvestres, el Macizo de los Vosgos es un fabuloso espacio para reconectar con la naturaleza y vivir al ritmo del bosque durante un gran baño de aire puro. Todos tus sentidos se despiertan a medida que te adentras más y más en la maleza. Escucha los pequeños ruidos que señalan la presencia de animales, detecta las huellas de un paso en el suelo, observa las infinitas variaciones de verdes y texturas en verano, cuando el bosque está en su máximo esplendor. Cuidado, ¡el baño de bosque es adictivo!
Maravíllarse en los 4 lagos en las Montañas del Jura
Ilay, con su islote, Narlay, pequeño y Grand Maclu... Uno no recuerda necesariamente los nombres de los cuatro lagos glaciares que se extienden bajo el mirador de los 4 lagos. Pero recordaremos durante mucho tiempo el deslumbrante panorama de 360° que se revela a 900 metros de altura. Turquesa, jade o zafiro, sus colores poseen toda la gama de matices, teñidos aquí y allá de verde en resonancia con los bosques de abetos que se reflejan en sus aguas. En un día claro, seguimos hacia el pico de Aigle: a 993 metros, la vista abarca las Montañas del Jura ¡pero también el Mont Blanc!
Recargarse con los primeros rayos de sol en las Landas, en la costa atlántica
¿Cómo sería la primera mañana del mundo? En Biscarosse, en las Landas, puede ser cualquier día. Te despiertas al amanecer, cuando los primeros pájaros empiezan a piar, y luego das unos pasos sobre la arena con los pies descalzos. A dos pasos del océano, ni un pliegue, ni una ola, el lago extiende su superficie lisa como un espejo con los primeros rayos del sol. El momento decisivo para recargar las pilas con un baño largo, muy largo, ¡en verano la temperatura del agua puede rozar los 28º!
Por Anne-Claire Delorme
Periodista y viajera.