24 horas en un Palace: Park Hyatt Paris-Vendôme

Detrás de la sobria fachada de Segundo Imperio, el arquitecto Ed Tuttle ha compuesto un entorno fluido, refinado y acogedor, con una prioridad: que las obras de arte ocupen un lugar preponderante en la decoración. Cada detalle es único y exclusivo, por lo que este palacio es la quintaesencia de la elegancia parisina contemporánea.

Pasada la entrada-cochera y el mostrador de conserjes, el Park Hyatt Paris-Vendôme se aleja de los protocolos clásicos. El hotel fue pensado como una residencia privada. Entramos sin ninguna formalidad, en contacto inmediato con esta atmósfera ruidosa y mundana que favorece una circulación amplia y fluida y espacios donde reina el arte contemporáneo. Un palacio como un gran museo desinhibido, entrada gratuita y libre. ¡Chic, terriblemente chic!

Mullidas alfombras de lana de Nueva Zelanda, iluminación tamizada segun la hora... Las 153 habitaciones, incluidas 43 suites del Park Hyatt Paris-Vendôme tienen una refinada distribución, cada una concebida como una casa privada. ¿La idea genial? Los baños, de inspiración japonesa, se pueden abrir por completo con paneles de madera deslizables hasta formar parte de la habitación.

El Café Jeanne se presenta como un lugar distinguido y espacioso, impregnado de un ambiente social que celebra el arte de vivir a la francesa. Se puede disfrutar del bar, del restaurante junto a la acogedora chimenea o de la encantadora terraza. Ofrece un menú exclusivo que abarca desde los esenciales gastronómicos del desayuno hasta innovadores cócteles de autor, satisfaciendo todos los gustos a lo largo del día y hasta bien entrada la noche.

Ubicado en el sótano del hotel, directamente accesible desde las plantas en ascensor, nos evadimos discretamente durante unos minutos de bienestar. El Spa Park Hyatt es un sereno santuario de 250 m2 de madera, piedra, caoba y ónice con área de balneoterapia, jacuzzi con iluminación suave, sala de vapor, sauna, sala de fitness y cuatro cabinas de cuidados proporcionadas en asociación con La Mer, marca pionera en la utilización de algas naturales.

Cada día, desde la hora del desayuno, llegan celebridades, famosos periodistas y reyes de las finanzas, salen, van, entran al gran salón y alrededor de la chimenea, que se ha convertido en el emblema del Palacio. De incógnito, es agradable sentarse para tomar un té gourmet, a la hora de la merienda, después de una tarde de compras, una visita a la capital o un descanso en la sauna.

Sumergido en una sugestiva penumbra, el bar del Palace da la bienvenida en un ambiente más confidencial. Vidrio negro, bronce, caoba barnizada, seda con paneles que realzan maravillosamente las pinturas de colores brillantes de Ed Paschke: una mirada al fondo, otra a la lista de bebidas que incluye sesenta cócteles y 10 champañas a la copa. ¡Perfecto para finalizar la tarde!

En el Pur'-Jean-François Rouquette, abierto todas las noches para cenas gourmet, el servicio comienza con una cortina que se levanta sobre los fogones. A la vista, ¡todo está cocinado frente a los invitados! Y gracias a los espejos, la sala se mezcla con la cocina. A menos que sea al revés... Un espectáculo montado alrededor de una columna circular y el chef con estrellas Michelin dominando cada detalle en el plato. Una fiesta para los ojos y las papilas y un... ¡momento de pura felicidad!

Todavía disfrutamos un poco de esta impresionante vista de la Place Vendome. Aunque ha llegado la hora de irse, también nos llevamos con delicadeza el recuerdo aromático del Park Hyatt Paris-Vendôme. El diseñador de fragancias Blaise Mautin ha firmado el aroma del palacio. Piel de Rusia, pachulí en polvo, naranja de Florida... ¡Para prolongar en el exterior, en casa, en otros lugares, las sensaciones de un lujo envolvente y raro!