Burdeos es la región vitícola con DOC más extensa de Francia. Todo eso es muy bonito pero, ¿cómo visitarla? ¿Cómo ubicarse? ¿Cuáles son sus características? Dispones de 5 minutos para aprender todo lo necesario sobre el viñedo bordelés…
El río da forma al terruño
En la fachada atlántica, entre la margen derecha y la margen izquierda del Gironda, el viñedo de Burdeos está sometido al influjo del agua que suaviza el clima e impregna las cosechas. Pero también sus suelos únicos y variados dejan una huella excepcional en los vinos. En este lugar, las 13 variedades de uva autorizadas por los decretos de la denominación se mueven como peces en el agua. Porque en Burdeos solo se elaboran vinos de ensamblaje. Cada variedad aporta su granito de arena para perfeccionar el equilibrio y garantizar la longevidad de las añadas.
El viñedo bordelés ve la vida de color tinto
Más de un 90 % de los vinos elaborados son tintos. A la cabeza, el elegante merlot es el rey de la margen derecha (Pomerol, Saint-Émilion). El cabernet sauvignon aporta su fuerza y su potencia a la margen izquierda (Médoc, Graves). El cabernet franc es el complemento perfecto con su toque de color y sus intensos aromas.
Las variedades blancas también merecen ser conocidas
En Sauternes, la sémillon se realza con la magia de la podredumbre noble para dar lugar a unos vinos licorosos soberbios. Entre el Dordoña y el Garona, Entre-Deux-Mers es la tierra prometida de la sauvignon blanc, fresca y expresiva. En Pessac-Léognan, estas dos variedades se someten a una crianza en barricas de roble para regalarnos unos extraordinarios vinos blancos de guarda.
El clairet es un tesoro local
El clairet es un vino único, anclado en la historia y que se elabora siguiendo un método de elaboración especial. Se obtiene principalmente de la uva merlot muy madura, macerada durante poco tiempo, para conservar su color claro, a medio camino entre tino y rosado, y su agradable sensación en boca.
Pero en Burdeos, hay más vinos que los grands crus classés
Haut-brion, Latour, Margaux, Mouton-Rothschild, Pétrus, Yquem..., nombres muy conocidos pero que representan menos del 5 % de la producción. En Burdeos, hay una gran mayoría de vinos de châteaux al alcance de todos.
El viñedo de Burdeos se cubre de diseño
Desde hace algunos años, los châteaux no dudan en romper con los códigos establecidos para desmarcarse y desarrollar el enoturismo. Arquitectos de renombre ponen sus firmas a unas bodegas de líneas vanguardistas que se integran a la perfección en el paisaje y que seducirán tanto a los amantes de los vinos, como de la cultura.
La Cité du Vin es un lugar de visita obligada
Con su arquitectura audaz, su programación variada, su escenografía lúdica y su apertura de espíritu, la Cité du Vin despierta asombro y embeleso. Es un museo de nueva generación, un auténtico lugar vital que ofrece una gran libertad para descubrir las diferentes culturas del vino del mundo.
Los famosos cannelés se envejecen en barricas de roble
Este pequeño pastel de cuerpo suave, moldeado en su envoltorio dorado, está muy vinculado a la crianza de los vinos. Durante una etapa de vinificación denominada clarificación, se incorporaban claras de huevo a las barricas para estabilizar los preciosos néctares. Como no se utilizaban las yemas, estas se reciclaban para hacer cannelés.
El viñedo bordelés seduce por la diversidad de su oferta. Unos châteaux sublimes y cargados de historia, unas bodegas contemporáneas, pero también unos «pequeños viticultores» que estarán encantados de compartir su pasión.
Más información
- Dónde iniciarse en la cata: en la Escuela del vino de Burdeos.
- La tienda para comprar bonitos regalos en torno al vino: La tienda de La Cité du Vin.
- El pueblo con encanto para visitar: Saint-Émilion.
- El libro para estudiar a fondo: Élixirs, premiers grands crus classés 1855, Jane Anson, ediciones La Martinière.
Por La WINEista
Redactora de vigne & vin, bloguera, viticultora.