El paisaje es una de las maravillas de la Bretaña, desde el bosque de Brocelianda hasta los Montes de Arrée. Merlín, Arturo y los valientes caballeros de la Mesa Redonda han sido algunos de sus visitantes. En solo 5 minutos, podrás penetrar en la leyenda.
Comper, el castillo de la Dama
Dicen que aquí nació el hada Viviana, conocida como la Dama del Lago. Era discípula de Merlín, quien se enamoró perdidamente de ella y le construyó un palacio de cristal oculto en las profundas aguas del lago de Comper. Sumérgete en el lago si quieres comprobarlo…
El Árbol de Oro
En 1990, un devastador incendio asoló el Valle sin Retorno, un lugar legendario de Brocelianda, donde el hada Morgana encarcelaba a sus amantes infieles. En consecuencia, se inició una gran operación de reforestación. En honor a este renacimiento, el escultor François Davin creó el árbol de oro. Un tronco de castaño calcinado y recubierto de 5.000 hojas de oro, símbolo de la vivacidad de la naturaleza.
¡Un caos descomunal!
Huelgoat no es más ni menos que un caos de granito. Fue el mismísimo Gargantúa, el gigante de la célebre novela epónima de Rabelais, quien lanzó por los aires estos enormes bloques de piedra amontonadas tras un ataque de ira por la comida que le dieron los habitantes del bosque, demasiado escasa para su voraz apetito.
Senderismo a las puertas del Infierno
Con sus marismas, sus crestas y turberas, el paisaje de los Montes de Arrée es una condena, como les ocurría a los difuntos que atormentaban a los vivos, que acababan en las aguas del Elez en dirección a los infiernos. Ankou, la representación de la muerte en la cultura bretona, suele rondar por la zona. ¡Precaución! Dicen que oír el chirrido o cruzarse con su carro traqueteante es un augurio de muerte inminente.
El valle del amor
Entre el bosque de Brocelianda y la landa de Coëtquidan, se encuentra el valle de Aff, donde dicen que la reina Ginebra abrió su corazón a Lanzarote del Lago. ¿Acaso no es un lugar para declararse?
Ys, a 20.000 leguas de viaje submarino
Si oyes campanas en la zona pesquera de Douarnenez, serán sin duda las de Ys, pero no merece la pena buscar el pueblo, porque ha quedado anegado. El rey Gradlon lo mandó construir por debajo del nivel del mar para su hija Dahut, que fue castigada por el diablo por haber convertido el pueblo en lugar de desenfreno y derroche. El demonio se disfrazó para seducirla y conseguir que le facilitara las llaves de la esclusa para abrirla e inundar al pueblo y sus habitantes bajo el agua.
¡Madre indigna!
La construcción de la iglesia de Lanleff es muy particular: dos edificios circulares que forman un deambulatorio, pero el centro al aire libre. Y eso no es todo. Dicen que una mujer codiciosa —o que había enloquecido por culpa de la miseria— hizo un pacto con el Diablo, entregándole a su hijo a cambio de unas pocas monedas de oro. Cuando la mala madre se dispuso a amarrar las monedas, se quemó gravemente. Estas monedas, que proceden de las mismísimas llamas del infierno, cayeron en el brocal de la fuente, donde quedaron incrustadas para siempre. Basta con humedecer el brocal para verlas…
Sugerencias adicionales
Series imprescindibles
Kaamelot para quien entienda francés. Monty Python’s Flying Circus para todo el mundo. Dos interpretaciones desternillantes de los cuentos y las leyendas de la Mesa Redonda.
Cuentos infantiles
L’Arbre d’Or / Ar Wezenn aour, de Wilfrid Lermenier, ediciones L’Harmattan (en francés y bretón)
Museo ineludibles
En el propio Castillo de Comper, el Centro de la Imaginería del Rey Arturo
Por Lisa Azorin
Periodista-redactora.