Digámoslo alto y claro: en el otoño de 2023, Francia saldrá de la melé más que de costumbre para acoger la 10ª edición de la Copa del Mundo de Rugby. 10 ciudades anfitrionas estarán en primera línea para ofrecer un gran espectáculo y dar a conocer sus encantos con la suavidad del veranillo de san Miguel entre museos y su excepcional patrimonio cultural y natural. ¡Vente a Francia para no quedarte fuera de juego!
1. Estadios fantásticos
¡Abre bien los ojos (y agudiza el oído)! Los 9 estadios míticos o ultramodernos donde se celebrará la Copa del Mundo de Rugby 2023 bien merecen una visita, incluso cuando no hay partido. A las puertas de París, el impresionante Stade de France construido en 1998 es el recinto deportivo más grande del país galo. No te pierdas: la visita guiada por los entresijos de esta nave futurista con capacidad para 80.000 espectadores. Igual de espectacular es el estadio Pierre Mauroy de Lille (Altos de Francia). Toda una hazaña tecnológica con su techo retráctil y su «caja de espectáculos», ¡únicos en el mundo! En Marsella, el estadio Velódromo no se queda atrás… Con su cubierta aérea como una enorme vela blanca a 65 metros de altura, el venerable estadio del club marsellés es todo un espectáculo, famoso por su arquitectura, su acústica y su ambiente legendario.
El ultramoderno OL Stadium de Lyon, inaugurado en 2016, también juega en la categoría de los grandes. Un mastodonte para 60.000 espectadores situado en OL Vallée, un enorme complejo con restaurantes, alojamientos y zonas de ocio. Nos encanta su Offside Gallery con sus muros de colores dedicados al mejor arte urbano. Y para un viaje en el tiempo, nada mejor como el Museo de los Verdes en el «caldero», el apelativo del icónico estadio Geoffroy Guichard en la ciudad de Saint-Étienne (sudeste de Francia), el escenario de las mejores páginas de la epopeya de 1976. Por último en Burdeos, cuyo estadio recuerda a un templo griego con su millar de postes, como un guiño a los pinos de las Landas.
¿Cuál es tu estadio preferido? ¿Te quedas entonces con el pack de 9?
2. Un museo al aire libre
Cada año, el tercer fin de semana de septiembre, las Jornadas Europeas del Patrimonio abren gratuitamente las puertas de museos y monumentos prestigiosos. Las ciudades anfitrionas de la Copa del Mundo de Rugby 2023 también se suman a la iniciativa y estarán en primera fila todo el otoño para poder descubrir sus tesoros. Entre los lugares más destacados, la Bolsa del Comercio - Colección Pinault o el Museo Carnavalet, que están dando mucho de qué hablar en París, mientras que en Saint-Denis no te puedes perder la basílica catedral o la Street Art Avenue. En Marsella, a dos pasos del MUCEM, la réplica de la cueva Cosquer nos sumerge desde junio de 2022 en la historia del arte parietal a bordo de vagones de última tecnología. En Toulouse, podremos observar las estrellas en la Ciudad del Espacio o en la Pista de los Gigantes, donde se revive la fabulosa aventura de los pioneros de la Compañía General Aeropostal. Con sus 350 edificios declarados patrimonio de la humanidad por la UNESCO, Burdeos conserva su rango y abolengo, entre la Ciudad del Vino o el Museo del Mar y la Marina, en el barrio de Bassins à Flots, donde se ha instalado el centro de exposiciones Bassins de Lumières. También habrá mucho que patear en Niza, que propone tres museos de colecciones formidables: el Museo Matisse, el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo y el Museo Marc Chagall. Y seguro que te encantarán las vistas desde las alturas en Nantes, a lomos de un gran elefante mecánico o en las ramas de un árbol de garzas para disfrutar de un viaje extraordinario tras los pasos de Julio Verne.
3. Una fantástica naturaleza por explorar
Francia es un paraíso para el senderismo, el cicloturismo o el turismo fluvial, sobre todo con la llegada del otoño y sus colores tornasolados… En sus inmediaciones, las 9 ciudades anfitrionas de la Copa del Mundo de Rugby 2023 destacan por la belleza de su naturaleza, incluso en París y Saint-Denis, que invita a evadirse junto al Canal de l’Ourcq o en los fabulosos jardines y generosas huertas del real Castillo de Versalles.
De las montañas del Parque Natural Regional de Pilat en la salida de Saint-Étienne a la Costa Azul, con sus pueblos encaramados a modo de balcón en el interior de Niza, pasando por los viñedos de Côtes-du-Rhône y Beaujolais, muy cerca de Lyon, o los del Bordelais que colecciona grandes vinos y prestigiosas bodegas a apenas unos kilómetros de la cuenca de Arcachón, te garantizamos unas magníficas y sosegadas escapadas. En las calas de Marsella, a lo largo del Canal del Mediodía a dos pedaladas de Toulouse, en la playa de la Baule a tiro de piedra de Nantes, en la bahía de Somme o de vacaciones vigorosas en Le Tourquet, a menos de 2 h de Lille… podrás tomar el aire y cargar las pilas, ¡de forma sostenible!
4. Estilo de vida y ambiente único en el mundo
En el rugby, el tercer tiempo nunca es un momento triste. Y mejor así, porque Francia destaca por su espíritu fiestero, su gusto por compartir, por la gastronomía y el buen ambiente a la hora de tomar el aperitivo (¡el deporte nacional!) y degustar platos deliciosos, acompañados siempre de un buen vino, cómo no. En el país de los bistrós, de los «bouchons» de Lyon, los cafetines de Lille para degustar una deliciosa carbonada o mejillones con patatas fritas, además de terrazas donde no vemos pasar las horas en cualquier época del año, así como en el Puerto Viejo de Marsella para disfrutar de una bullabesa, la Copa del Mundo de Rugby 2023 encontrará un terreno idóneo para festividades y celebraciones.
Por supuesto, habrá pantallas gigantes en la plaza del Capitolio de Toulouse, la capital del rugby y del suroeste, el feudo del Ovalie. También tendremos los «Villages Rugby» y otras muchas actividades en las 10 ciudades anfitrionas y en las ciudades que acogen los «campamentos base» para los equipos (Rueil-Malmaison, Le Touquet, Versalles, La Baule, Libourne, Aviñón, Montpellier, Tolón, La Rochelle/Isla de Ré…). ¡Ambientazo garantizado!
5. Una gastronomía que nos hace la boca agua
En Francia, cada región, cada ciudad o incluso cada pueblo ha conservado sus tradiciones y recetas. Para disfrutar de un tour de Francia de especialidades culinarias, la Copa del Mundo de Rugby 2023 hará las delicias de los paladares más sibaritas con un enfoque sostenible y una apuesta por los productos locales. En 2022, la guía Michelin concedió 6 nuevas Estrellas verdes convirtiendo a Francia en el primer país en número de chefs comprometidos. ¿Quién da más?
Un amplio abanico de posibilidades para probar una cocina de arraigo local, ya sea roborativa (ralladuras de Saint-Étienne, cassoulet de Toulouse, paté en costra, bizcocho de salchichón o la roseta de Lyon), meridional (tarta pissaladière, la tortita socca o los bastones de garbanzos panisse de Niza), oceánica (ostras de Arcachón, en Burdeos), sin olvidarnos de los postres (macarrones en París, gofres de vainilla en Lille) y, por supuesto, un surtido de quesos que dejarían obnubilado a un jugador de rugby. Para maridar estas delicias, un buen vino tinto de Burdeos o de Borgoña, o bien un vino blanco bien fresquito, como un muscadet o un gros plant de Nantes, que no fallan nunca.
6. Desplazamientos prácticos y sostenibles
No es necesario viajar en avión ni tan siquiera alquilar un coche para recorrer Francia y descubrir sus tesoros naturales y culturales entre cada partido. Todas las ciudades anfitrionas de la Copa del Mundo de Rugby 2023 disponen de conexión por ferrocarril para fomentar una movilidad más sostenible, un criterio que fue determinante en su elección para albergar las competiciones, incluso para las ciudades de los campamentos base.
En estas ciudades, ya sea para acudir al estadio o explorar los alrededores, el transporte sostenible ocupa el terreno: tranvía, bicicletas de autoservicio, incluso eléctricas (Vélib’ en París, Le Vélo en Marsella, V’Lille, Vélo Bleu en Niza, Vélô Toulouse, Vélivert en Saint-Étienne), alquiler de patinetes eléctricos… ¡La vida es más placentera cuando nos preocupamos por el planeta! Aguas adentro, el transporte fluvial o marítimo con lanzaderas o catamaranes híbridos irán viento en popa. Con un billete de tranvía, también podemos navegar en Burdeos y Nantes por el Garona y el Loira; o en lanzadera eléctrica tipo vaporetto en Lyon por el río Saona. ¡Nada mejor para bajar el ritmo!
Por Pascale Filliâtre
Periodista y viajera.
A menudo, he ido hasta la otra punta del planeta para encontrar lo que Francia nos ofrece… justo al lado. filliatre.pascale@orange.fr