¿Qué ocurre en la Costa Vasca cuando se pone el sol? Cuando los surfistas se bajan de la tabla y los golfistas guardan los palos... Cada noche vasca es única: ¿cuál quieres vivir?
La noche de la marea baja
Las mareas son espectaculares en Biarritz. Con marea baja, todas las playas de la ciudad se conectan formando una única extensión de arena hasta donde la vista alcanza. Bajo la luz de la luna, el paseo merece un desvío.
Una noche en una cabaña
Aspirantes a Robinsones, encontraréis numerosas cabañas encaramadas en los árboles un poco por doquier en el País Vasco. Baños de sol, jacuzzi, desayuno en la cama... en compañía de pájaros y ardillas.
La noche californiana
Tenéis una cita con vuestra furgoneta hippie preferida en la parte superior de los 100 escalones de Biarritz. De buena mañana, como todos los surfistas que se instalan aquí, os despertaréis frente a las olas de la Côte des Basques, una de las más bellas de la región.
La noche del jackpot
Olvida por un momento la filosofía slowlife (distendido) de los surfistas y regálate una noche de glamour y malas decisiones en el Casino Barrière de Biarritz.
La noche en el acantilado
¡Orientación oeste total! El litoral vasco nos regala unas puestas de sol memorables. En Guéthary, saborearás cada segundo desde la increíble terraza del restaurante L'Hétéroclito, excavado en la roca del acantilado.
La noche bajo la gran pantalla
En verano, las plazas de todos los pueblos o cualquier jardín puede transformarse en cine al aire libre. En Anglet, por ejemplo, cada semana se proyectan películas en el maravilloso Jardin de la grotte de la chambre d'amour, un evocador nombre que significa: jardín de la cueva de la habitación de amor.
La noche en rojo y blanco
Un uniforme bicolor, un ambiente rebosante de alegría y distendido... Cada verano, las Fiestas de Bayona crean para sus invitados unos recuerdos extravagantes.
La noche bajo la lluvia
Cada año, en torno al 15 de agosto, hay una lluvia de estrellas fugaces. Es la ocasión perfecta para tumbarse en una playa junto a un ser querido. En puntos alejados de las ciudades excesivamente iluminadas, podrás formular hasta 100 deseos por hora.
Por Émilie Guilhen
Diseñadora-redactora y creadora editorial en París.