"Ô temps, suspends ton vol" del poema "Le Lac" de Alphonse de Lamartine, y no es (solo) porque la ciudad sea la cuna histórica de la relojería francesa. Delicadamente enclavada entre los meandros del Doubs, a los pies de la Citadelle, la ciudad despliega sus encantos a quienes deseen admirarla con calma. Su patrimonio arquitectónico es majestuoso: vestigios galo-romanos, edificios religiosos y militares, palacios y hoteles de todas las épocas. Sin olvidar, por supuesto, sus más de 2.400 hectáreas de espacios naturales, que la consagran como la ciudad "más verde" de Francia: ¡paz y tranquilidad garantizadas!
A lo largo del río Doubs
A pocas pedaladas del centro histórico de Besanzón, te encontrarás con la tranquilidad del campo, en uno de los numerosos carriles bici que bordean el río Doubs.
La Iglesia Saint-Pierre
Si bien la Ciudadela (declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) es ampliamente conocida, el patrimonio religioso de la ciudad también es notablemente rico. La iglesia actual data del siglo XVIII, aunque la existencia de un lugar de culto en este sitio está documentada desde el siglo IV.
Juego de luces
En la dulce penumbra de una antigua iglesia, un rayo de sol. El silencio.
Vida local
Un día radiante en Besanzón: una encantadora plaza, imponentes edificios, y puestos llenos de tesoros por descubrir, todo bajo el sol de la mañana. Momentos de pura felicidad en Besanzón.
la biblioteca municipal
¿Te gustan los libros antiguos? Acude a la biblioteca municipal. Construida en el siglo XVIII, sigue cumpliendo la misma función dos siglos después.
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Por France.fr
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