Como dice la canción de los años 70 de Isabelle Pierre, "ici, le temps est bon, le ciel est bleu…" (aquí hace buen tiempo, el cielo es azul...), pero eso no es todo. La región del sur de Francia, Provenza-Alpes-Costa Azul, junto con sus tres departamentos alpinos (Hautes-Alpes, Alpes-de-Haute-Provence y Alpes-Maritimes), deslumbra en invierno. Esta zona destaca por su compromiso con la sostenibilidad, su aire puro, centros de bienestar, y su rica tradición gastronómica, superándose cada año para ofrecer experiencias únicas a sus visitantes.
Por ser la reina de las competiciones deportivas
Se celebra en invierno el Outdoormix Festival, un evento, que combina competiciones deportivas (freestyle, snowboard, esquí, kayak, etc.) y conciertos de música gratuitos. No te pierdas tampoco el paso de los escaladores por los chourums, unas cuevas naturales, únicas en el macizo, que bien merecen una visita. Y para los amantes de la escalada en hielo, en enero se celebra en l'Argentière-la-Bessée (Hautes-Alpes) el Ice Climbing Ecrins, un Open Internacional de Hielo abierto a todos, acrobacias efímeras, películas y debates, esquí libre, raquetas de nieve y mucho aire fresco. En 2019, en un tono más extremo, Superdévoluy acogió la Copa del Mundo de Alpinismo.
Por sus estaciones comprometidas con el planeta
Deseosas de preservar la pureza de su patrimonio natural, las estaciones de los Alpes del Sur intensifican sus iniciativas. Ya en 2018, la estación de esquí de Serre Chevalier Vallée - Briançon se convirtió en la 1ª estación de los Alpes del Sur en obtener la certificación Green Globe (la 1ª certificación mundial dedicada al desarrollo sostenible en el turismo), además de ser en 2024 centro de preparación para los juegos olímpicos de Paris 2024. Por su parte, Les Orres ha instalado un gran número de paneles fotovoltaicos y ha retirado 35 postes eléctricos. El objetivo es lograr la autosuficiencia energética. Valberg ha recibido su «Flocon Vert». Sus buenas prácticas medioambientales, como la introducción de un gran número de vehículos eléctricos de uso compartido, el uso controlado del agua y la producción racional de nieve, han sido muy apreciadas por las asociaciones especializadas.
Por ser tierra del bienestar
Más que tomar baños de sol al aire libre, las montañas del sur invitan a un descanso relajante y, en algunos casos, (muy) tonificante. Es el caso de la estación de Saint-Véran y su hotel de 4 estrellas L'Alta Peyra. Ofrece una divina piscina exterior climatizada, balneoterapia bajo un cielo estrellado y tratamientos en un ambiente acogedor. En otro orden de cosas, el curso de masaje acuático Grands Bains du Monétier proporciona un momento de relajación total. Al final de la sesión, deslízate bajo las lágrimas de agua y prueba la temperatura de las burbujas calientes en los deliciosos jacuzzis.
Por combinar esquí, mar y sol
Con 300 horas de sol al año, los Alpes del Sur son una de esas regiones donde no falta el calor, la crema solar y los picnics. Enclavados entre los Alpes y bañados por un clima mediterráneo, los pueblos y estaciones son una auténtica fuente de vitamina D. Si tienes en cuenta que Val d'Allos es conocido como el «Espace lumière», que algunos de los picos de Valberg e Isola 2000 se precipitan al mar y que Serre Chevalier Vallée - Briançon cuenta con innumerables terrazas y tumbonas de altitud, pensarás que, después de todo, las montañas en invierno son mejores que las Bahamas.
Por sus especialidades locales
Todas ellas originarias de la región de los Alpes del Sur, estas especialidades culinarias tienen otra cosa en común: el amor por los nombres originales. Entre los nombres más extravagantes están oreilles d'âne (orejas de burro). Este delicioso gratinado de espinacas de Champsaur toma su nombre de las hojas de espinacas silvestres, que tienen forma de orejas de burro. En los Altos Alpes, tampoco es raro beber una pomme givrée (manzana escarchada) como aperitivo o postre. Este néctar, que parece sidra helada, es una auténtica delicia. Elaborado con manzanas maduradas a 1.000 m de altitud, se sirve exclusivamente a -10°. Y para los amantes del queso bien hecho, el valle del Queyras tiene algo para todos los gustos... un baiser du Diable (beso del diablo). Este queso azul de carácter forma parte de la pura tradición alpina: autenticidad y saber hacer ancestral.
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Por France.fr
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