Para muchas personas, el desayuno es la comida más importante del día. También es el momento de reunirse y empezar bien el día. ¿En qué consiste exactamente? ¿Cuáles son las especialidades francesas? Te lo contamos acompañados de un café y...
¿Cuándo apareció el desayuno en la vida cotidiana de los franceses?
El desayuno, tal y como lo conocemos hoy, no siempre ha existido. Su historia comenzó en el Renacimiento, cuando hizo su aparición el pan de mantequilla mojado en leche, seguido poco después por el café, importado de Turquía, que conquistó la corte de Luis XVI.
Pero fue en el siglo XIX cuando empezó a utilizarse el término francés petit-déjeuner para designar el desayuno. En las ciudades, la gente empezaba el día con tostadas y café con leche o chocolate, mientras que en el campo se seguía acompañando el pan con sopa o incluso vino.
El desayuno, tal y como lo conocemos hoy, se convirtió en la norma después de la Segunda Guerra Mundial.
El menú del desayuno francés
Llamado «continental» en los hoteles, el desayuno tradicional francés es inmutable. Se construye en torno al pan estrella de Francia:
- la baguette: Elige recién salida del horno o ligeramente tostada;
- tartine o rebanadas de pan: cubiertas de mantequilla (dulce o semi-salada, según la región), mermelada y miel;
- viennoiseries o bollería: croissants con mantequilla, pains au chocolat, brioches o incluso panes con pasas.
- zumo de fruta natural: principalmente de naranja o pomelo;
- una bebida caliente: café, té o chocolate caliente.
Los franceses se diferencian de los ingleses en la forma de tomar el té: mientras que en el Reino Unido le añaden un chorrito de leche, en Francia prefieren tomarlo solo.
Especialidades regionales para un desayuno francés local
Mientras que en París es el famoso croissant de mantequilla el que está a la orden del día, en otros lugares puedes darte el capricho de desayunar sabrosas especialidades regionales.
- En Occitania, Burdeos y gran parte del suroeste de Francia, la gente se vuelve loca por la chocolatine, el croissant rectangular, bien relleno de una o varias onzas de chocolate (¡para evitar equívocos diplomáticos, la denominación «pain au chocolat» (pan de chocolate) está estrictamente prohibida en la región!
- en Alsacia, una buena rebanada de Kougelhopf (el emblemático brioche redondo, alto y acanalado, decorado con almendras y sabrosas pasas marinadas en ron o kirsch, bellamente espolvoreado con azúcar glas)
- en Bretaña, es el Kouign Amann el que deleita nuestro paladar... con su crujiente corteza caramelizada y su hojaldre fundente, este bonito pastel bretón es uno de los emblemas culinarios de la región, y es un éxito internacional, ¡ha sido nombrado una de las 40 mejores recetas de todos los tiempos por la revista estadounidense Food and Wine!
- De la Provenza a la Costa Azul, la tarta Tropézienne despierta con dulzura nuestro paladar en el desayuno. Te encantará el contraste entre la frescura de la crema pastelera, el brioche gourmet y los crujientes granos de azúcar...
- En Normandía, podrás elegir entre un desayuno dulce o salado... En el menú, la famosa Tergoule (especialidad a base de arroz, leche y canela con una encantadora corteza dorada) o una cremosa porción de Camembert. Lo que prefieras.
Lugares ideales para desayunar en París
En la colina de Montmartre: para disfrutar de un desayuno con una vista impresionante sobre los tejados de París y la Torre Eiffel, acércate al Terrass'' Hôtel. Allí, desde el restaurante panorámico o el Rooftop, podrás acompañar tu café con un bufé bien surtido durante la semana, y tomar el brunch los domingos. Y si te apetece, aprovecha el fin de semana para mimar su cuerpo con una clase de fitness, solo o con tu bebé o tus hijos.
En la plaza de la Concordia: ven al Café Lapérouse. Situado a la entrada del Hôtel de la Marine, es el lugar chic para desayunar. Mientras que la terraza ofrece una vista mágica del obelisco de la Concordia y la Torre Eiffel, el interior, magníficamente decorado por Cordelia de Castellane, invita a viajar. Para un desayuno parisino, puedes optar por una viennoiserie, un huevo cocido, frito o revuelto, o un desayuno completo.
En el corazón de París: no se puede hablar del desayuno parisino sin mencionar dos instituciones de encanto intemporal: el legendario Café de Flore y el emblemático Les Deux Magots. Para el primero, dirígete al Boulevard Saint-Germain para tomar un delicioso chocolate caliente (con fama de ser uno de los mejores de la capital) y lo esencial: croissant, brioche, tostadas con mantequilla con o sin mermelada. Para lo segundo, dirígete al barrio de Saint-Germain-des-Prés, y elije entre un «clásico», un «completo», un «Jean-Paul Sartre» o un «Hemingway»...
En la azotea de las Galeries Lafayettes: la Terrasse des Créatures, con sus magníficas vistas sobre París, ofrece las creaciones de Julien Sebbag para degustar durante todo el día. En el desayuno podrás degustar tartas, cookies, granola y brownies, a menos que elijas el apetitoso menú de desayuno.
Consejos y Recomendaciones
El desayuno sigue siendo toda una institución en Francia. Suele servirse a partir de las 7.30 h en los cafés y de las 6 h en los hoteles. Suele durar hasta las 11 de la mañana. Pero asegúrate de preguntar los horarios, ya que varían mucho de un establecimiento a otro. Sea cual sea su destino, un consejo: opta por soluciones de movilidad suave (a pie, en bicicleta, etc.) para disfrutar de tu desayuno a la francesa. Es la forma ideal de despertar suavemente el cuerpo y abrir el apetito. ¡Buen desayuno!
Por France.fr
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