Las mejores direcciones gastronómicas de Emily en París

Difícil encontrar un café mejor ubicado en París. Situado en el corazón de los Jardines de las Tullerías, el Marly encarna plenamente el espíritu de la serie de Netflix y recibe en la temporada 2 a Emily, Camille y Sylvie para un almuerzo con vista a la pirámide del Louvre. Este lugar también funciona como brasserie y ofrece un menú de platos típicamente franceses, destacando parrilladas de pescados y carnes. Y como postre, no te pierdas la pavlova de frutos rojos, un clásico de la casa.

Sin embargo, hay una pequeña diferencia con la ficción: no podrás tomar una copa o cenar en la explanada del Louvre, pero la terraza y sus barandillas de piedra ofrecen un entorno igualmente elegante e idílico. En el interior, además, podrás contemplar boiseries catalogadas y admirar las salas de escultura del museo.

La guinda del pastel es que el Marly ofrece un servicio continuo todos los días, de 8 de la mañana a 2 de la madrugada, ¡para satisfacer tus antojos a cualquier hora del día o de la noche!

• Café Marly  

Esta 'table de quartier' es mucho más que un decorado, en pleno Montmartre, donde Emily va a relajarse con su amiga Mindy tras un tenso intercambio con su jefa Sylvie. Es un pedazo de historia, un lugar donde pintores como Dalí o Picasso visitaban a su amigo Ramon Pichot, quien entonces era el dueño del lugar. Y en las décadas siguientes, se convirtió en un punto de encuentro para artistas de todos los ámbitos, con figuras como Camus, Alain Delon y Dalida a la cabeza.

Desde 2017, La Maison Rose se esfuerza por preservar la historia del barrio, y ofrece un menú breve pero selecto, inspirado en los huertos franceses y la cocina sencilla italiana, eligiendo a sus proveedores con esmero. No te pierdas la oportunidad de probar las polpettes (albóndigas de cerdo y ternera con hierbas y espinacas) o su focaccia casera, mientras piensas en las estrellas que, antaño, se sentaron en esta mesa tan especial.

• La Maison Rose 

Mucha gente conoce el café de Flore. Pero el Flore en l’Île merece igual atención. Primero, porque aquí es donde Emily recibe el apoyo de su colega Luc, quien pasó por el barrio en bicicleta por casualidad. Además, porque este restaurante, ubicado en la isla Saint-Louis, a pocos pasos del puente del mismo nombre, ofrece una vista inigualable de la Catedral de Notre Dame. Y, finalmente, porque el Flore en l’Île es el proveedor histórico de los famosos helados Berthillon, muy reconocidos en la capital y más allá. Mención especial para los sabores más inesperados, desde el nougat con miel hasta los castaños y las fresas silvestres.

Si buscas una brasserie parisina tradicional, con una amplia carta de platos típicos y un entorno histórico, no lo dudes: el Flore en l’Île es para ti.

• Le Flore en l’Île 

Al inicio de la temporada 3, Sylvie, la jefa de Emily, reúne a sus empleados Luc y Julien para un almuerzo de suma importancia. Y para esta reunión especial, elige una mesa en la terraza de Le Temps des Cerises, en pleno corazón del Marais. Reconocible por su fachada de mosaico, legado de los años treinta, el restaurante debe su nombre a una célebre canción de Jean-Baptiste Clément, escrita en 1866. Un nombre que también hace eco a su ubicación, en la rue de la Cerisaie, en referencia al huerto que existía allí en la época medieval, cuando se construyó la casa.

En el interior, se encuentra toda la boiserie y el zinc, típicos de los bistrós de la primera mitad del siglo XX. Por eso no es de extrañar que su carta sea tradicional pero exigente, donde el filete de lucioperca gratinado con alioli se mezcla con la paletilla de cordero confitada y el milhojas de pera y chocolate. Comer en Le Temps des Cerises es un regreso al pasado, y un poco también al universo de Emily en París.

• Le Temps des Cerises 

Es un lugar mítico. No solo porque a Emily le cuesta reservar una mesa allí, sino porque el Grand Véfour es una institución histórica en la escena gastronómica parisina. Situado en los jardines del Palais-Royal, este restaurante se estableció a finales del siglo XVIII y rápidamente se convirtió en un punto de encuentro imprescindible para la escena política y cultural francesa. Por sus mesas pasaron personajes como George Sand, Lamartine, Victor Hugo e incluso Bonaparte. En el siglo XX, eran Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Louis Aragon y Colette quienes frecuentaban regularmente este restaurante de dorados legendarios.

Hoy en día, el Grand Véfour sigue siendo una dirección imprescindible, tanto para los habituales como para los visitantes ocasionales. Gracias al menú del chef Guy Martin, podrás deleitarte con un bar prensado al basilisco, una jugosa paleta de cerdo, o los inigualables profiteroles con chocolate y almendras caramelizadas. Un universo neoclásico en toda su esplendor.

• Le Grand Véfour 

¿Cómo venir a Francia sin visitar uno de los símbolos gastronómicos del país, las famosas creperías? Si bien Emily se encuentra en una de ellas para una cita doble de lo más incómoda con Camille y Gabriel, te recomendamos encarecidamente visitar Lulu La Nantaise. Situado junto al encantador canal Saint-Martin, este establecimiento, que debe su nombre a un personaje de la película Les Tontons Flingueurs, apuesta por productos de temporada y de proximidad para ofrecer galettes y crêpes difíciles de olvidar. Desde la galette complète con su jamón blanco Le Prince de Paris hasta la andouille de Guéméné, traída directamente de Bretaña, la variedad es amplia. Y si te queda espacio después de la panceta ahumada, prueba las crêpes de harina de trigo sarraceno orgánico, acompañadas de crema de castañas o caramelo de mantequilla salada casero. Ir a Lulu La Nantaise en París es como un viaje exprés a Bretaña.

• Lulu La nantaise

En la serie Emily en Paris, el club donde se presenta Mindy, la amiga de Emily, se llama la Trompette Bleue. Pero en la realidad, las escenas se grabaron en La Nouvelle Eve, al pie de la Butte Montmartre. Se trata de uno de los cabarets más antiguos de la capital, que ha llevado sucesivamente los nombres de Fantaisies Parisiennes y Gaîté antes de adoptar su denominación actual. Construido en 1898 inicialmente como un teatro, la primera revista desnuda se lanzó en 1920 por un tal Léon Berryer. Después de funcionar como cine durante la Segunda Guerra Mundial, La Nouvelle Eve recupera su estilo Belle Époque y ofrece revistas ambiciosas, en la pura tradición parisina. Hoy en día, podrás admirar “Paris Je T’aime”, un espectáculo espectacular que revisita la historia de los cabarets en la capital. Y no te preocupes: el French Cancan está en el programa, con música de Offenbach.

• La Nouvelle Eve 

Es la escena de apertura de la cuarta temporada de Emily en Paris. Mindy y Emily están en la terraza, en una calle empedrada del sexto distrito de París. Los espectadores más atentos habrán notado el nombre del establecimiento: la Brasserie des Prés, un restaurante de cocina tradicional francesa, miembro de Nouvelle Garde, un grupo que ha dado mucho de qué hablar en los últimos años. En su menú, ofrecen platos típicos pero accesibles: bœuf bourguignon, volaille au vin jaune y, por supuesto, saucisse purée. Todo preparado con especial atención a los sabores y respetando los productos locales y de temporada. Y para las cenas tardías, no hay problema; la brasserie permanece abierta hasta la medianoche todos los días.

• Brasserie des Prés 

En la cuarta temporada de Emily en Paris, la joven continúa descubriendo los lugares más chic de la capital. Entre ellos, el Café Lapérouse, ubicado en el Hôtel de la Marine, en la Place de la Concorde. Este restaurante, construido en homenaje a Luis XV, ha sido escenario de momentos históricos, como el baile posterior a la coronación de Napoleón o la redacción del decreto de abolición de la esclavitud. Hoy, renovado, conserva de su pasado los grandes candelabros y banquetes aterciopelados, pero su café presenta una decoración refrescante, un homenaje de Cordelia de Castellane a la Riviera. Además de ser un lugar de reunión en la Semana de la Moda, Café Lapérouse ofrece una vista poco común de la Torre Eiffel al otro lado del Sena. En cuanto al menú, destacan clásicos de la gastronomía francesa, como el Filet Château con salsa de pimienta, y el cada vez más popular Smash Burger.

• Café Lapérousse

¿Cómo estar en París sin hacer una parada en Bouillon Chartier, uno de los lugares destacados en la serie Emily en Paris? Situado a pocos pasos del Museo Grévin, es una de las brasseries históricas de la capital, abierta en 1896. Su decoración única, hecha de vitrales, cobre y boiseries talladas, está inscrita en el repertorio de monumentos históricos desde hace más de treinta años.

Pero en Bouillon Chartier, lo que llama inmediatamente la atención es su lema: 'Una comida digna de este nombre, a un precio modesto'. De hecho, es uno de los últimos lugares en París que no sacrifica la calidad y ofrece entradas a 1 euro y platos a 7 euros. Sea cual sea tu presupuesto, siempre habrá un plato para ti. Y la propuesta es tan popular que a menudo hay que hacer cola para conseguir una mesa. No te preocupes, Bouillon Chartier también tiene sedes en Montparnasse y Gare de l’Est.

• Bouillon Chartier