Sigue nuestras sugerencia para visitar Aix-en-Provence, marcada por las huellas de Cézanne. Una ciudad estudiantil con mucho ambiente nocturno. Lo podrás comprobar en la Plaza des Cadreurs. Además, Aix está bien comunicada por tren de Alta Velocidad.
Top de 5 visitas para disfrutar de Aix-en-Provence
Aix-en-Provence goza de un clima privilegiado y destaca por su elegancia y ambiente. Su historia ha participado en la de Francia: es la antigua capital de la Provenza. Sus calles y su fuentes le esperan para narrarle sus relatos. Una ciudad que combina historia, placeres de las compras, nobleza del patrimonio, terrazas para todos los momentos del día, tesoros arquitectónicos y maravillas barrocas… Ha sido declarado tercer conjunto de arquitectura barroca de Francia, tras París y Versalles… sin olvidar el acento, los sabores y el toque especial que caracterizan las ciudades provenzales.
1. Pasear por el Cours Mirabeau e ir de tiendas por las calles del centro
Flanqueado por plátanos, fuentes, cafeterías y restaurantes, elegantes mansiones de los siglos XVII y XVIII, el Cours Mirabeau enlaza el casco viejo con el barrio Mazarin. Un sitio ineludible de tu visita a Aix-en-Provence. No resistirás tampoco a una sesión shopping en el centro de la ciudad, lleno de tiendas muy apetecibles. Moda, decoración, lujo, gastronomía… Aix en Provenza es un verdadero destino para las compras.
2. Seguir los pasos de Cézanne
No se puede visitar Aix-en-Provence sin visitar a su hijo predilecto, Paul Cézanne. No te pierdas una visita al Taller de Cézanne. Ahí están su delantal, sus garrotas para caminar, su material de pintor; un montón de objetos, modelos de sus últimos bodegones; la pipa de los jugadores de cartas; la escalera a la que se subía para pintar sus últimas “Grandes bañistas”; cartas escritas con una letra elegante… Y otros muchos detalles intensos que conectan al visitante con las obras nacidas entre estas paredes, hoy expuestas en los más prestigiosos museos del mundo. Situado en el antiguo palacio de Malta, el Museo Granet en Aix-en-Provence, Provenza es uno de los más bellos de Francia y contiene colecciones del siglo XIV hasta el siglo XX, obras de Rembrandt, Ingres, Cezanne y la donación de Cezanne a Giacometti.
3. Probar el calisson
Gran especialidad de Aix, el calisson es un dulce de almendra con aroma de fruta. Algunas versiones dicen que hizo su aparición bajo su forma moderna hacia 1473, con motivo del banquete de bodas del segundo enlace del rey René… otra, más probable, que hubiera que esperar a que la almendra en Provenza fuera introducida en el siglo XVI y que el negocio en Aix se desarrollase para que su fabricación se extendiese.
4. Despertar los sentidos en el mercado
Visita al mercado de Aix y sus numerosos productos provenzales. En Aix-en-Provence hay tantos mercados como días de la semana: mercado de frutas y verduras, mercados de libros antiguos, mercados de flores… Llenan de animación la ciudad con sus colores y sonidos. Son lugares de encuentros y de descubrimientos, en especial de un patrimonio gastronómico lleno de sol.
5. Sumergirse en el ambiente de un palacete del siglo XVIII
El Palacio Caumont es uno de los más bellos palacetes de la ciudad. Muestra la estética característica del siglo XVIII en el centro del barrio Mazarin. A lo largo de la visita, se pueden admirar las notables “gypseries” (decoraciones de yeso), el jardín a la francesa, un salón de música… El Centro de Arte Caumont acoge importantes exposiciones dedicadas a los grandes maestros de la historia del arte del siglo XIV al XIX.
Por France.fr
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