El deseo de Erik Barray: tejer un vínculo entre los hombres y la naturaleza. ¿Su medio para alcanzarlo? La cestería y sus proyectos artísticos que no cesan de “tejer la ciudad”. Desde siempre, el mimbre es su material preferido… ¡jóvenes brotes flexibles y libres, como él!
Una infancia cerca de la naturaleza
Erik Barray nació en Perthes, en Champagne, y pasó su infancia a orillas del agua. “Mis padres eran escluseros. ¡Para mí, era un viaje estático, un viaje imaginario!” Tenía a su alrededor el terreno de juego más hermoso y, entonces, rápidamente, observaba esta naturaleza, se adueñaba de ella, trenzaba y construía cabañas. Luego, está el Canal del Marne al Saona que tiene a Lyon como destino final, una ciudad por la que siente un particular aprecio y que Erik Barray acabó por adoptar. Determinado, asistió a una escuela de cestería y más tarde trabajó creando cestas de pan para panaderos, cestas para fruta... Probablemente, la revelación como “artista cestero” está vinculada a su encuentro con el grupo LVMH en 1993: “Me confiaron los escaparates de 150 tiendas en el mundo. ¡Aprendí a gestionar una planificación!” Luego comenzó un largo período de viajes y descubrimientos que completó esta iniciación y enriqueció su paleta. Así, de Madagascar a las Seychelles, de Beirut a Arizona, Erik Barray se impregnó de las técnicas locales, de la cultura y de la historia para crear un nuevo vocabulario artístico en relación con su entorno. “Siempre quise viajar, lo más lejos posible. ¡Cada viaje hace crecer y me gustan los encuentros!” Adaptándose a su entorno, trabaja, por ejemplo, la vela paisajística en un Beirut de postguerra, aprende a trenzar el cactus en Arizona o incluso crea la Casa de la Trenza en la isla de la Reunión. Termina instalándose en Lyon. Con una curiosidad sin límite, descubre los jardines, se asocia a hermosos proyectos artísticos, trabaja con arquitectos y artistas, participa en las Fiestas de las Luces de Lyon, etc.
La Fiesta de las Luces, un antiguo sueño hecho realidad
En 2007 Erik Barray y sus colegas participan por primera vez en la Fiesta de las Luces de Lyon. “¡Es mi ciudad, estaba tan orgulloso!” Este acontecimiento anual vio la luz en 1999 y hace revivir una antigua tradición que comenzó en el siglo XIX: las autoridades religiosas habían organizado un concurso para la realización de una estatua en la cumbre de la colina de Fourvière. El mal tiempo obligó a aplazar la inauguración hasta la noche, y se incitó a los lioneses a poner velas en sus ventanas para iluminar su ciudad. Actualmente, la fiesta cuenta con más de 180 artistas que trabajan en unos 80 emplazamientos. Hace 10 años, Erik Barray propuso Cocons-Tiges en el Jardín botánico, especies de flores gigantes muy poéticas que acompañaban al paseante. En 2013 volvió con sus Nid’lum trenzados en mimbre, colgados de los árboles y sutilmente iluminados en su nicho. “La idea era traer la luz en pleno corazón del invierno.” El año siguiente, este concepto de paseo poético se prolongó con los Lumi Lierre a orillas del Ródano, especie de lianas vegetales que se cubren de flores en la parte superior y acompañan al paseante durante 1,5 km. “¡Yo quería que los árboles volvieran a ocupar el lugar que les corresponde! Ya no los miramos, estamos demasiado acostumbrados. ¡Y sin embargo, es esencial, es nuestro oxígeno y esta naturaleza está en el origen del arte!” Para el proyecto de 2016, el artista trajo el bosque a la plaza Louis Pradel. “Una vez que se cortó la madera, reconstituimos un bosque con los troncos que van a vibrar y a moverse a merced del viento.” Por primera vez, Erik Barray ha incluido sonido en su instalación trabajando con Les Pilons, un estudio de sonido lionés. “¡La luz y el sonido cambiarán, evocando el ciclo de las estaciones!”
Lyon, mi Ciudad
¿Un olor? “El pan de brioche en el local de mi chacinero” ¿Un sonido? “El agua que pasa bajo los puentes” ¿Un sabor? “El chocolate” ¿Unas vistas? “Los muelles del Saona”
Mis direcciones y lugares
¿Un restaurante gastronómico? “Le canut y les gônes en la Croix Rousse” 29 rue de Belfort, 69004 Lyon ¿Un bar-restaurante? “Cantabria vaise” 32 rue du Bourbonnais, 69009 Lyon ¿Para tomar una copa? “Le Wallace” 2 rue Octavio Mey, 69005 Lyon ¿Un lugar para cultivarse? “La Fundación Bullukian Bellecour” 26 place Bellecour, 69002 Lyon ¿Un lugar para cargarse de energía, soñar, pasear? “Los montes del Lyonnais, tomar altura”
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Por Julie Rovero-Carrez