Para los enamorados de la poesía, de la fantasía, de la naturaleza, del aire libre, de sabores y de alegría, enamorados a secas, estas son nuestras recomendaciones en el departamento del Orne, en Normandía, a dos horas de París. Tres lugares que invitan a decir te quiero en los días de buen tiempo… Te contamos cómo.
Una escapada en el campo en La Lochetière
La Dominio de la Lochetière acaba de abrir tres habitaciones de huéspedes en las dependencias de una granja del siglo XVIII. Un establecimiento rural de nueva generación repensado y bañado por la luz junto al bosque de Le Perche. La propietaria, que sabe deleitar a sus huéspedes con su cocina, prepara unos desayunos golosos con brioches, pasteles y yogures caseros, además de los huevos de las gallinas que se pasean por el amplio parque… Por la noche, tras un aperitivo a la sombra de los árboles centenarios, podrás degustar una cocina de bistró preparada según las estaciones. Un marco encantador para una escapada a hora y media de París.
Paseando por los Jardines del Montperthuis
Este jardín paradisiaco es un precioso lugar, que extrae todos los efectos benéficos de una naturaleza exuberante. Ideal para inspirar a los enamorados. Uno puede pasear entre la vegetación, a lo largo de las alamedas plantadas con robles, descubrir nuevos aromas, maravillarse en la rosaleda con 300 variedades de rosas antiguas, soñar junto a la cascada, perderse en el jardín secreto entre peonías y magnolias. La casa solariega de los siglos XV y XVI también ha recobrado su esplendor de antaño. Dan ganas de perderse agarrados por la mano en este islote de vegetación.
Jugar al sibarita en el restaurante Les Pieds dans l'eau
El restaurante Les pieds dans l’eau no deja de reinventarse para seducir a los amantes de la buena mesa. Gaspard Noury, joven cocinero de 23 años, y su compañera Méline han retomado recientemente este establecimiento situado a orillas de la laguna de Saint-Langis-lès-Mortagne. Tras pasar por las cocinas del restaurante gastronómico de Alain Ducasse, Gaspard Noury firma una cocina depurada pero generosa, que destaca por su finura, fiel a su tierra, como las patatas y el arenque completamente repensados, las vieiras con hinojo y calabaza y, para terminar, una deliciosa pera con vino caliente, sablé y vainilla... ¡Cuidado, cuando Epicuro aparece, Cupido nunca está muy lejos!
Por France.fr
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