Viva y acogedora, la ciudad más plana de Francia es una auténtica metrópoli alpina que siempre se asoma a las cumbres que la rodean. Como decía Stendhal, al final de cada calle surge una montaña.
Grenoble entre montañas
La meseta del Vercors, crestas de Belledonne o bosques de Chartreuse penetran hasta el corazón de la ciudad por sus calles y lo impregnan, facilitando actividades muy diversas… El contraste con la arquitectura urbana es aún más sorprendente. La ciudad se sitúa a la vanguardia de la tecnología. Grenoble es cálida y cautivadora.
Imprescindible en Grenoble
- La ciudad antigua, sus 2.050 años de historia y un patrimonio excepcional
- La Bastilla y su teleférico: magníficas vistas sobre Grenoble y sus macizos
- El Museo de Grenoble
- El Museo Dauphinois
- El Museo de la Resistencia y de la Deportación
- El Centro Nacional de Arte Contemporáneo.
- Las plazas y los mercados.
- Los parques y jardines.
- El barrio de los Anticuarios: Un ambiente muy peculiar a través de los antiguos barrios típicamente de Grenoble con calles estrechas y fachadas coloridas.
- La Via Ferrata: la primera en zona urbana.
- El circuito de las Fuentes.
- La Casamaures: un palacio de oro gris.
- Especialidades gastronómicas: nuez de Grenoble, gratin delfinés, pollo con cangrejos de rio, licor de Chartreuse.
Por France.fr
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