Desde hace cerca de 30 años, el Festival Internacional de los Jardines de Chaumont-sur-Loire despierta nuestros sentidos y nuestra imaginación. Mientras esperamos la próxima edición, ¿por qué no realizar un paseo imaginario por los archivos de esta utopía artística que reflexiona sobre el futuro de nuestro planeta? Poéticos, futuristas o fantásticos, esta es una pequeña selección de jardines para meditar, soñar y esperar…
Paraíso eterno
La eternidad de la que hablamos aquí no es la del paraíso, como en el jardín persa, sino la de las bolsas de plástico violeta que se balancean sobre una “selva” de hojas. Es un cultivo ideal ya que no necesita riego, ni mantenimiento y cuyos colores están garantizados durante todo el año, parecen decirnos sus autores que nos interrogan asimismo sobre la omnipresencia de esta materia muy poco degradable en nuestros paisajes actuales.
Una isla jardín
Nos dejamos fascinar por los reflejos sobre el espejo de agua y luego nos surge una pregunta: ¿qué es este árbol solitario? Es “la posibilidad de una isla” o más bien de un jardín cuando la subida de las aguas haya reducido el espacio...
Marea de flores
Primero un sendero con aires de sotobosque y, de repente, un mar de colores amplificado por unos espejos dispuestos a modo de señuelos. La flor, tema de esta edición bajo el signo del Flower Power se multiplica hasta el infinito. La oportunidad de detener la imagen y dedicar por fin un momento a contemplar la naturaleza.
Oasis utópico
Una tierra en bruto que recuerda el calentamiento global y una vegetación exuberante que evoca los sueños de ciudades aéreas. Y, en el centro, un oasis que establece un nexo entre la tecnología y la conservación del medio ambiente. ¿De verdad es una utopía?
Tesoros raros
Soñadores, poetas o estetas, dedican toda su energía a construir una sorprendentes obras vegetales. Es a estos coleccionistas con buena mano con las plantas a los que rinden homenaje estos “gabinetes de curiosidades vegetales”, cada uno de los cuales contiene una palmera singular a modo de tesoro…
Pecado capital
¿Reintroducir el pecado en el jardín del Edén de donde fueron expulsados Adán y Eva? ¡Menuda idea! En medio de unos arbustos, un espejo insólito nos invita a admirar nuestra imagen como un vanidoso Narciso. También se pueden buscar señales detrás de las apariencias, un jardín oculto al fondo del agua o los reflejos de las nubes: el paisaje está más allá del espejo…
Suaves murmullos
Treinta y cinco voces masculinas o femeninas que dicen un “te quiero” en 35 idiomas diferentes sobre un fondo de llamadas de aves y de otros animales. ¿Cómo no caer rendido ante el jardín del amor? Uno a veces se pierde en una gran agitación emocional como en la vida real, entre los sauces rojos que se repiten hasta el infinito. Y se llena de sensaciones: un jardín también se escucha, ¡sobre todo cuando dice unas palabras tan bonitas!
Fuera del suelo
Hacer crecer fuera del suelo unas lianas vegetalizadas: es la loca apuesta de Jean-Philippe Poirée-Ville que ha desarrollado un sistema de cultivos aéreos. Sus sílfides dibujan unos lazos cuyas curvas subrayan con un atrevido contrapunto las líneas verticales del castillo.
Biodiversidad
¡Qué prósperos parecen estos bulbos gigantes que parecen recién salidos de su humus! Una opulencia que rinde homenaje al trabajo del suelo y, más allá, al arte de la biodiversidad feliz, ¡el futuro del jardín!
Jazz en el jardín
Entre pradera pastel y oscuro un salón de jazz, se escucha la voz de Billie Holiday cantar “Body and Soul”. Un homenaje a la cantante y al jardín que cuida el cuerpo y la mente…
Rojo como la esperanza
Como si estuviera en un estado de alarma, este océano de rojo parece avisarnos de un peligro inminente. Un mensaje muy de nuestra época sobre el que meditamos conservando como un hilo rojo una esperanza: ¡la vida está ahí, en esos arbustos que vibran como un corazón!
Por Anne-Claire Delorme
Periodista y viajera.