Un paseo nocturno en piragua, cara a cara con unos perezosos, una noche en una hamaca a 20 metros del altura… No es este el primer viaje del bloguero Alex Vizeo, pero se resiste a olvidar la Guayana. Nos cuenta su itinerario ideal.
Un encuentro sorprendente cerca de Cayenne
En Cayenne, necesitas un tiempo de adaptación: para impregnarte del ambiente del mercado y de la arquitectura colonial… Después, haz como yo y toma el sendero del Rorota: 1 hora y 30 minutos de caminata por una selva ecuatorial, para terminar en una bonita playa. Abre bien los ojos para ver a los perezosos enganchados en las ramas de guarumbo.
Un domingo en Cacao
¿Por qué en domingo? Para el mercado: indispensable. La Guayana posee una población increíblemente variada. En Cacao, la comunidad asiática hmong está muy presente y me di un homenaje a base de arroz glutinoso, pescado frito y rollitos de primavera tan deliciosos como en Vietnam. Pero, antes de almorzar, no te pierdas la genial visita guiada al museo de los insectos: Le Planeur Bleu.
Una noche en las marismas de Kaw
Llegamos en piragua, al caer la tarde, a la cabaña ecológica flotante, en pleno corazón de las marismas. Para cenar, el ambiente es alegre. En plena noche, volvemos a las piraguas para salir a observar a los caimanes. Inolvidable.
Una cura detox digital en Saül
45 minutos en avión de hélice y ya nos encontramos oficialmente en el fin del mundo (antes de irnos, tenemos que hacer unas compras en Cayenne). Nada de pantallas. Nada de cobertura. Solo nuestros dos pies, encuentros auténticos e increíbles paseos por la selva ecuatorial.
Un periplo en piragua siguiendo el curso del Maroni
Nuestro piragüero nos llevará de Maripasoula a Grand-Santi en 4 a 5 horas. Pero habrá que prever al menos otros dos días más para continuar hasta Saint-Laurent. En cada parada, seguro que sentiremos deseos de quedarnos… Los pueblos bushinengués que bordean el río nos reciben con un ambiente único.
Una noche en la copa de los árboles
Dormir en los árboles: un verdadero sueño infantil. En Camp Canopée, engancharemos nuestra hamaca en unas carbets (cabañas) a 20 metros de altura, unidas por puentes colgantes. La estancia incluye también un paseo guiado por el bosque y un itinerario de arborismo.
¿Seguimos?
- La aldea de Awala: por su playa tranquila, para la observación (respetuosa) de las tortugas de mar y para descubrir la cultura amerindia de los Kali’nas.
- Kourou: por el Museo del Espacio, por supuesto, pero también para degustar un madras (burguer al estilo de Guayana) en los puestos ambulantes de la Place des Palmiers.
Para saber más:
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Por Alex Vizeo
Trotamundos profesional, Alex Vizeo viaja sin descanso desde 2011... Comparte todas sus aventuras en su blog.