Habrías podido alquilar una casa con piscina en un pequeño pueblo de Languedoc. Hacer la compra. Saborear el tranquilo estilo de vida occitano. Habrías podido en condicional. Pero no es el programa que has elegido.
Lunes: remar con pagaya por el Gardon
Avanzas bajo el sol, rodeado por el silencio mineral de las gargantas del Gardon. La luz estival se refleja sobre el agua clara del río y, a tu alrededor, las austeras rocas de los acantilados. Muy pronto, pasarás bajo los elevados y milenarios arcos del Puente del Gard. Mítico.
Martes: paseo a pie por las gargantas del Tarn
Un sendero sinuoso en los salientes de los acantilados. Aldeas trogloditas. Un cañón de naturaleza exuberante. Y, por el centro, fluye un río. Donde seguro te bañarás… al final del recorrido.
Miércoles: un viaje en el tiempo
Te quedas un poco más por las gargantas del Tarn, para visitar Sainte-Enimie, uno de los pueblos más bellos de Francia, siguiendo el rastro de una princesa merovingia del siglo VII.
Jueves: sobrevuelas Espiguette Beach
¡Iza las velas! En esta playa inmensa, que se extiende hasta el infinito a lo largo del Mediterráneo, tienes una cita con el viento y las olas en una sesión de iniciación al windsurf.
Viernes: repaso a los sabores del terruño
Conocer a los hombres y las mujeres que trabajan en el viñedo más antiguo de Francia. Descubrir, en sus tierras, los variados vinos de Languedoc-Roussillon. Un momento inolvidable.
Sábado: te lanzas por los torrentes
Toboganes, descensos en rápel, saltos de 1 a 9 m, nado a contracorriente, cascadas… Cerca de Perpiñán, encontrarás recorridos de barranquismo para todas las edades, del más familiar al más deportivo.
Domingo: esquí por el Garona
Sin lugar a dudas… Habrías podido deambular por las calles de Toulouse, pasear tranquilamente a orillas del Garona, como hace todo el mundo. ¡Pero no! Has decidido pasar bajo el Pont-Neuf montado en unos esquíes náuticos.
Por Émilie Guilhen
Diseñadora-redactora y creadora editorial en París.