Ciudad-ave fénix con multitud de facetas, que renació de sus cenizas tras un sombrío mes de septiembre de 1944. Ciudad balneario, industrial, portuaria… edificios firmados por los grandes nombres de la arquitectura moderna. Sin olvidarnos de la particular luz que, desde siempre, ha inspirado a los grandes pintores impresionistas. Atrapada entre el Canal de la Mancha y el estuario del Sena, por esta ciudad no se pasa, a esta ciudad se viene.
Franciscopolis
A pasos agigantados, Le Royal de Luxe acaba de inundar con su poesía las arterias de Le Havre.
En primera línea del mar
Luces únicas y cielos abigarrados, la playa de cantos rodados realza el horizonte marino en un espectáculo permanente.
Arquitectura de Auguste Perret
Incluida en el Patrimonio Mundial de la UNESCO, la arquitectura, en el omnipresente hormigón, jalona las arterias del centro urbano.
Espacio Oscar Niemeyer
Un ovni arquitectónico de hormigón, todos volúmenes y curvas. Lugar de vida y cultura.
Museo de Arte Moderno André Malraux
¡La luz tiene su vitrina! En los rieles para cuadros de las obras impresionistas y a través de una arquitectura dedicada, en exclusiva, a ella.
Puerto de Le Havre
La industria pesquera y naviera convergen en Le Havre.
Los jardines colgantes
Los bien-nombrados. A media altura entre cielo y mar, nos regalan una vista panorámica de toda la ciudad. En verano, la música se mezcla con la botánica durante el festival «Moz'aïques».
Eventos musicales y deportivos
En la gran explanada de la playa, acurrucada entre la puerta del océano y los cantos rodados.
Cadena de containers
Normalmente bien alineados en los muelles y los gigantes flotantes, estos contenedores multicolores parecen flotar en el aire.
Para saber más:
- Organiza tu viaje a Le Havre
- Muma Le Havre - Museo de Arte Moderno André Malraux - 2 Boulevard Clemenceau
Por Laurent Lachèvre
Laurent no «busca» la imagen, evita en lo posible anticiparse. Por el contrario, prefiere dejar que ocurra, que se realice como la feliz coincidencia de un encuentro, de una mirada o de una luz. Por eso, su trabajo se parece, con frecuencia, a la mirada de un caminante, en unas ocasiones solitario y en otros padre o paseante.