Le Refuge de Solaise: 24 horas en el hotel a mayor altitud de Francia

Ningún hotel francés puede ver el mundo desde tan alto. Aquí estamos en las alturas de Val d'Isère. A 2.551 metros de altitud exactamente, la antigua estación del teleférico de Solaise inventa una nueva vida. Construido en 1939, y tras 74 años de buen y leal servicio, revela su nueva cara: la de un excepcional hotel en las pistas al que se puede acceder en teleférico de 9 a 16h30 (hasta las 23 horas los miércoles y sábados). Aquí, en las alturas, el sol brilla más que en el pueblo. Y los más afortunados serán los primeros en esquiar por las pistas, incluso antes de que abran. ¡Único en el mundo!

Con sus 16 habitaciones, el Refuge de Solaise puede acoger a todo tipo de tribus: parejas en las habitaciones dobles, familias en las habitaciones superiores (de 3 a 5 personas), hasta pequeños grupos en las suites familiares que pueden acoger a seis personas. Una constante es la impresionante vista del pueblo, el valle o las montañas. El ambiente de madera y tejidos mullidos, moderno y sobrio, nos sumerge en la versión chic del patrimonio alpino.

¡No sólo hay habitaciones en Solaise! En el más puro espíritu montañés, el refugio cuenta con un dormitorio para 14 personas, que se puede compartir o alquilar de forma privada. También se pueden alquilar cuatro pisos, entre ellos un apartamento de 75 m² para cuatro personas y un ático de 380 m² para 18 personas.

¿Croissant o pain au chocolat? De cara al valle, ¡el desayuno no tiene el mismo sabor! Antes de calzarte los esquís, te tomas el tiempo de saborear un café caliente mientras contemplas las cumbres cubiertas de nieve. En el silencio, antes de la apertura del telecabina, el panorama invita a la contemplación.

Es el momento de acometer los 300 km de pistas de este mítico dominio, que se extiende entre los 1.800 y los 3.000 metros de altitud. Un espacio que acoge regularmente eventos internacionales, como los Juegos Olímpicos de Albertville 1992, los Campeonatos del Mundo de Esquí 2009 y el Critérium de la 1ère Neige.

En las pistas, el Refuge de Solaise ofrece una agradable pausa para comer. Puedes optar por un almuerzo relajado en el Petit Refuge, saboreando pizzas caseras o variedad de recetas de pasta para reponer fuerzas. Pero si prefieres tomarte tu tiempo y cruzar los Alpes hacia el lado italiano para disfrutar de su comida, el restaurante Gigi, en Val d'Isère, es el lugar indicado. Allí podrás disfrutar de la generosa cocina italiana ideada por el caprichoso dandi milanés Gigi, con especial atención a los quesos de montaña.

Tras disfrutar de un largo día en las pistas, podrás relajarte en la piscina climatizada del Refuge de Solaise: 25 metros de largo para nadar tras un gran ventanal que se abre a las montañas. Los que prefieran el gimnasio pueden ejercitarse en las bicicletas elípticas y cintas de correr. Y si necesitas resetear, aprovecha las clases especialmente diseñadas para reequilibrar cuerpo y mente, que incluyen Pilates, Yoga, Aqua Yoga e incluso Meditación.

Creado por la marca alpina Exertier, que rinde homenaje a las plantas de montaña, el spa Refuge de Solaise ofrece masajes, tratamientos faciales, tratamientos de belleza e incluso tratamientos para niños: su ambiente cálido y acogedor contrasta con el aire helado del exterior. ¡Vigorizante! En invierno, también podrás disfrutar de un ritual de bienestar "RESET" Signature. Una experiencia multisensorial en 5 etapas para recargar las pilas. Indispensable para superar el cansancio invernal.

Por la noche, puedes elegir entre una cena en el restaurante o una tabla de embutidos y quesos para compartir un momento de convivencia en el bar. Alrededor del Refuge, las pistas están vacías al final del día cuando la telecabina cierra. Este es el comienzo de un momento verdaderamente excepcional frente a las cumbres.

Aislados del mundo, en la fresca noche de Val d'Isère, es el momento de contemplar la inmensidad del cielo estrellado, tan puro y claro en las montañas. Hasta las 9 de la mañana del día siguiente, el Refugio de Solaise es un remanso de paz en medio de las pistas de esquí desiertas. ¡Mágico!