Las grandes mareas son un fenómeno fascinante que captura la imaginación de todos aquellos que viven el privilegio de presenciarlo. Este impresionante espectáculo natural, influenciado por la luna y el sol, transforma las aguas de nuestros océanos. Francia, la costa atlántica, Normandía y Bretaña ofrecen algunos de los mejores lugares para observar las grandes mareas en acción. Si eres un fotógrafo en busca de imágenes impresionantes, un amante de la vida marina y de la pesca a pie, o simplemente buscas una escapada con la brisa marina, estos destinos te brindan recuerdos inolvidables al ritmo de las mareas.
En Normandía
En La Mancha, las mareas dictan la vida en la costa, transformando el paisaje costero cada seis horas. El espectáculo alcanza su máximo esplendor durante las grandes mareas.
La Bahía del Monte Saint-Michel
«El Couesnon en su locura ha puesto el Mont en Normandía». El famoso Monte Saint-Michel, un icono normando, es testigo de las impactantes mareas que lo rodean. Desde lugares como La Roche Torin en Courtils, el Pont de Pontaubault o el mirador del jardín de las plantas de Avranches, se puede apreciar la majestuosidad de este fenómeno natural.
Tatihou
En la península de Cotentin, la isla de Tatihou, se vuelve accesible a pie durante la baja marea, brindando la oportunidad de presenciar las magníficas mareas de la región. Además, durante el mes de agosto, el festival Les traversées Tatihou, cobra vida con la animación que proporcionan las grandes mareas.
El cabo de la Hague
El sendero de los aduaneros ofrece una vista espectacular de las grandes mareas. Durante el otoño y el invierno, las olas chocan contra el faro de Goury, creando un paisaje impresionante en este emblemático lugar.
El archipiélago de Chausey
Situado frente a Granville, el archipiélago de Chausey es uno de los destinos más destacados para presenciar las grandes mareas en Europa. Con más de 4.000 hectáreas de rocas que emergen durante la marea baja, ofrece una visión impresionante que se puede disfrutar durante una visita guiada por los bancos de arena.
En Bretaña
Bretaña no se queda atrás cuando se trata de observar las grandes mareas. La región acoge verdaderas joyas para observar el mar de cerca... ¡o incluso de lejos!
La bahía de Saint-Brieuc
En las Côtes d’Armor, la bahía de Saint-Brieuc ofrece lugares emblemáticos para los amantes de las grandes mareas. Desde la punta de Le Roselier a Plérin, con sus impresionantes vistas de las calas y acantilados, hasta el paseo de Les Rosaires con sus dos kilómetros de arena fina. En la playa de Les Godelins, en Étables-sur-mer, el banco de arena se descubre durante las grandes mareas, ofreciendo un encuentro ocasional con los pescadores de vieiras.
Ploubazlanec y Bréhat
En las Côtes d’Armor, en Ploubazlanec, sube hasta La Croix des Veuves para disfrutar de las impresionantes vistas del divino archipiélago de Bréhat. Con marea baja, se revelan islotes, rocas y espumas, mientras que durante las altas mareas, Bréhat, la isla de las flores, parece alejarse, aunque se encuentra a solo unos diez minutos en barco.
Saint-Malo
En Ille-et-Vilaine, esta ciudad fortificada ofrece la mayor amplitud de las mareas en Bretaña. Disfruta del espectáculo de las grandes mareas desde las murallas cerca del Fort à la Reine, frente al Fort National.
L’île Callot
En dirección al Finistère, encontrarás esta isla que solo emerge durante la marea alta. ¿Te animas a llegar a pie? ¡Asegúrate de consultar el reloj! Dos horas antes de la marea baja, ponte las botas y empieza a cruzarla. Estate atento y vuelve al continente dos horas después de la marea baja.
La bahía de Kernic
Seguiremos en Finistère para ver esta bahía inscrita en el programa «Natura 2000». El famoso paseo cubierto de Guinirvit queda completamente sumergido durante la marea alta. Durante la marea baja, deja de lado la pesca a pie y aventúrate a explorar este conjunto megalítico que data de la Edad de Piedra Pulida.
En la costa atlántica
La costa atlántica promete bonitos lugares para observar las grandes mareas y disfrutar de las actividades marítimas que ofrece.
La Baule
En una de las playas más largas de Europa, la gran marea en La Baule es sinónimo de pesca a pie. En la playa Benoit, puedes recolectar mejillones y almejas. ¿Eres amante de las ostras? Dirígete al Port au Loup o La pointe du Castelli.
La Rochelle
Con marea baja, podrás pescar a pie en la punta de Chay, en el sector de Angoulins, en la larga playa de Châtelaillon-Plage o en la zona rocosa entre mareas de Nieul-sur-Mer. El puerto de La Rochelle ofrecerá vistas inolvidables cuando la gran marea suba.
La Bahía de Arcachón
En Arcachón, puedes observar el fenómeno de la marea subiendo desde el muelle de Eyrac. En Claouey, Andernos o incluso Lanton, ven durante la marea baja para recoger gambas, cangrejos y anguilas.
Cap-Ferret
Desde la playa de Cap-Ferret, podrás contemplar el banco de arena de Mimbeau con marea baja. Durante las mareas altas, las olas se desatan en la punta del cabo, llegando incluso a alcanzar las dunas.
Biarritz
Ven a la Côte des Basques para un paseo con marea baja. ¿Te apetece alargar el paseo? Puedes continuar hasta la playa de Marbella, sus extensiones de arena te llevarán hasta Bidart. Un verdadero respiro de aire puro, rocío del mar y vegetación salvaje. Desde el paseo, admira el océano con marea alta en la Grande Plage.
Guéthary
Este típico pueblecito vasco ofrece maravillosas vistas para observar las grandes mareas, ya sea marea alta o baja.
Consejos y Recomendaciones
Todos los lugares oficiales y oficinas de turismo informan y recomiendan prestar mucha atención durante las grandes mareas. Antes de iniciar cualquier paseo o sesión de pesca a pie, infórmate. No te pongas en peligro. Vigila los horarios de las mareas y sigue las recomendaciones oficiales en caso de tormenta. Durante tu estancia: Respeta el litoral (no tires basura); Respeta el tamaño mínimo de captura para la pesca a pie; Pesca sólo lo que necesites para tu consumo; Participa en proyectos de limpieza del litoral que organizan las regiones y las asociaciones para proteger el medioambiente.
Por Marie Raymond
Periodista
Marie, periodista de turismo y cultura, tiene un auténtico antojo: escribir en cualquier lugar, pero nunca en una oficina. Su fuente de inspiración es el aire y el movimiento.
