¿Quieres ir al encuentro de Josephine de Beauharnais en la Martinica? Esta es una manera muy original de descubrir la isla francesa, y seguir los pasos de la mujer que se convertiría en la esposa de Napoleón y emperatriz de Francia. Descendiente de una rica familia de colonos dueños de una exploración agrícola, nace Josefina o Marie Josèphe Rose Tascher de La Pagerie a Trois-Ilets en la Martinica en 1763. Desde su casa natal hasta la plantación familiar, seguimos el rastro de una niña que vivió un futuro histórico.
La casa de la infancia de la emperatriz
Cuando Josefina nació, la familia La Pagerie no esperaba el nacimiento de una mujer. Entonces la familia se sorprendió con el increíble destino de esta niña nacida en Martinica, la cual, se convertiría en 1804, en la emperatriz de los franceses al lado de su esposo Napoleón.
Josefina, que se llamaba Rose, nace con las comodidades de una plantación de azúcar, donde ahora se encuentra el Museo da Pagerie. Descubrimos muchos objetos que pertenecían a la futura Josefina, como su cama de joven y estatuas dedicadas a ella en el suntuoso jardín tropical de la propiedad, donde es posible pasear.
De gran importancia histórica y junto a su patrimonio arquitectónico, el terreno de Pagerie, producía en el siglo XVIII caña de azúcar, café y cacao. Después de ser destruida por un huracán, la propiedad fue reconstruida e inaugurada como un museo en 1929.
La azucarera del Museo de la Pagerie
Actualmente, sólo las ruinas de la azucarera dan testimonio de la riqueza del pasado. Joseph-Gaspard de Tascher de La Pagerie, padre de Josefina y ex-cortesano en Versalles, estaba encargado de una vasta plantación de caña de azúcar que trajeron a la región.
La caña de azúcar era un cultivo rentable y la familia aprovechó la mano de obra esclava en la época. Su situación se deterioró en 1766, cuando un poderoso huracán devastó el área. La familia de Josefina se mudó al molino.
Según La Rosa de Martinica: la vida de Josefina de Beauharnais, de Andrea Stuart, la futura emperatriz, apodada de "Yéyette", sintió mucha nostalgia del dominio de la Pagerie, donde pasó sus primeros 16 años de vida.
La Bañera de Josefina
En Martinica, la “Baignoire de Josephine” (Bañera de Josefina) es en realidad un banco de arena en la costa atlántica, entre los islotes Thierry y Oscar. Dicen que la joven Josefina tomaba el sol, entre el cielo azul, la arena blanca y las aguas cristalinas, como una sirena vestida con cómodas ropas de algodón, a mil leguas de la moda elegante de París.
Otra anécdota particularmente importante de su vida: la historia de la profecía. Una joven martiniquesa de aires de adivina, Euphemia David, predijo que la joven tendría dos matrimonios – el primero sería un matrimonio infeliz e iría a Europa, y el segundo matrimonio sería con un "hombre moreno de pequeña fortuna que cubriría el mundo con su gloria". Josefina se convertiría en "más que una reina" pero que moriría infeliz “extrañando su vida sencilla y agradable en la Martinica". La historia daría la razón a esta adivina.
Una estatua sin cabeza
Según ciertos rumores, Josefina usó su influencia al lado de Napoleón para restablecer la esclavitud en el Caribe a principios del siglo XIX. Verdad o no, su familia ya se había beneficiado con la esclavitud, un pasado que no deja indeferente en Martinica. Como testimonio tenemos la estatua sin cabeza de Josefina en la plaza de la Savane, en Fort-de-France. En 1991, la estatua de Josefina fue decapitada y después rociada con pintura roja.
Elegante y misteriosa, esta estatua en el centro del parque, retrata las controversias del legado de la Emperatriz, siendo otro lugar fascinante para visitar en Martinica.
Por Andrew Milne