Enclavada entre la cadena montañosa de Aravis y el Mont Blanc, Megève destaca por el singular encanto de su pueblo y sus sublimes panoramas, que cautivan tanto en los meses de verano como en los de invierno. Fue en este entorno encantador donde disfrutamos de unos días para recargar energías entre la nieve y el sol, explorando todo lo que este destino tiene para ofrecer: historia, tradiciones... y emociones.
Pueblo con encanto: deambular por las calles
Antes de experimentar un notable auge con el desarrollo de los deportes de invierno en el siglo XX, Megève se caracterizaba principalmente como un pueblo agrícola. Su baja altitud proporcionaba a los agricultores la oportunidad de aprovechar los pastos para sus rebaños durante largos períodos, gracias a las temperaturas suaves que prevalecían en la región.
Hoy en día, el pueblo sigue reflejando esta historia y está lleno de patrimonio típico de la Alta Saboya. Los campanarios, con su variada arquitectura, testigos de los diferentes estilos a través de los tiempos, sobresalen de las calles peatonales empedradas por las que aún circulan carros de caballos.
Con mercados, tiendas y cafés, el centro del pueblo late con una actividad constante que se acentúa especialmente al caer la noche. En invierno, es el lugar ideal para pasear por las calles cubiertas de una fina capa de nieve. Cuando el sol se oculta tras las montañas, es un placer detenerse en uno de los restaurantes del centro para calentarse junto al fuego.
La estación: redescubrir la sensación de esquiar, más allá de la discapacidad
En 1933, Megève construyó el teleférico de Rochebrune y se convirtió en el primer pueblo en tener un teleférico dedicado a los esquiadores. Innovadora en el ámbito de los deportes de invierno, la estación se ha comprometido a ser accesible a todo el mundo para disfrutar de los placeres del esquí. Desde hace varios años, ofrece infraestructuras accesibles y equipos adaptados para personas con discapacidad.
La Escuela Francesa de Esquí trabaja de la mano de la asociación Loisirs Assis Évasion, con sede en Combloux, para ofrecer el mejor equipamiento para la discapacidad de cada persona. Jean-Claude, un instructor excepcional, me acompaña en las pistas de Rochebrune con un objetivo: ¡ayudarme a redescubrir la sensación de esquiar de forma autónoma! Existen dos artilugios, diseñados en la región, para que una persona en silla de ruedas pueda esquiar sola. Consisten en una carcasa unida a uno o dos esquís (uniski o dual-ski).
He tenido la oportunidad de probar ambos y la sensación es totalmente diferente. El doble esquí me da total confianza en la pista con una mayor estabilidad, mientras que el uniski me permite ganar velocidad en pocos metros y una mayor flexibilidad, gracias a su ligereza. Gracias a los consejos de Jean-Claude, conseguí recorrer la pista y hacer algunos giros en muy poco tiempo...¡Emocionante!
Alrededor de las pistas: relajarse después del esfuerzo
Reaprender a esquiar en silla de ruedas es una alegría indescriptible... ¡Pero también es exigente con los brazos y los hombros! No hay mayor placer que poder relajarse después de una mañana de esquí: con un buen almuerzo en uno de los restaurantes a pie de pista, o durante un momento de bienestar en uno de los spas de Megève.
Masajes, hammam, sauna, baños calientes... ¡Megève es el lugar ideal para cuidarse! El pueblo ofrece un abanico infinito de posibilidades: en uno de sus muchos hoteles, o en el Palais, el mayor complejo de ocio de los Alpes, donde el balneo ofrece baños calientes al aire libre con una espléndida vista de las montañas nevadas... ¡Impresionante!
Más allá del esquí: ¡una amplia gama de opciones!
También hay otras actividades disponibles para quienes deseen encontrar en Megève algo más que el esquí, especialmente durante las vacaciones en familia. En las pistas de Le Jaillet, la luge 4S hace las delicias de adultos y niños: una excelente manera de lanzarse montaña abajo sin riesgo, a bordo de un artilugio sobre raíles cuya velocidad controlas tú mismo con la ayuda de los frenos manuales. En el Palais, la mediateca y la sala de exposiciones ofrecen un refugio cultural durante el mal tiempo, mientras que la pista de hielo olímpica en la que entrena el Club de Hockey de Megève permite compartir un momento de convivencia con una instalación dedicada a las personas con movilidad reducida.
Por Wheeled World
Myriam y Pierre son una pareja de aventureros handi-valide (discapacidad inclusiva) que exploran Francia y el mundo para destacar las experiencias adaptadas. Apasionados por la naturaleza y los espacios abiertos, se enfrentan cada día a sus límites para aprender a superarlos y hacer retroceder las barreras físicas y psicológicas de la discapacidad.