Nantes: guía del hincha durante los Juegos Olímpicos

Ventaja del oeste

NantesLoira AtlánticoActividades deportivas

Nantes
© Leonid Andronov / Adobe Stock - A orillas del río Erdre, afluente del Loira, en Nantes (Loira Atlántico).

Tiempo de lectura: 0 minPublicado el 25 octubre 2022

Con un centenar de parques y jardines, a orillas del río Loira y cerca de las playas del Atlántico, Nantes tiene de todo para gustar. En 2024, su emblemático Stade de la Beaujoire albergará 7 partidos del torneo olímpico femenino y masculino de fútbol durante los Juegos de París. Una buena excusa para dejarlo todo y dirigirse hacia el oeste para descubrir una ciudad de los duques de Bretaña, audaz y creativa. ¡Nantes te depara muchas sorpresas!

Desplazarse y llegar al estadio

Tranvía de Nantes junto al castillo de los duques de Bretaña.
© Leonid Andronov / Adobe Stock - Tranvía de Nantes junto al castillo de los duques de Bretaña.

En 1985, Nantes fue una ciudad precursora al ser la primera de Francia en restablecer su tranvía. El transporte público prioritario para acudir a los partidos, porque hay dos paradas junto a estadio de La Beaujoire. La bicicleta es una buena alternativa gracias a los 600 km de carriles bici acondicionados y a las múltiples estaciones Naolib, el servicio de alquiler de bicicletas de autoservicio de la ciudad. En Nantes también podemos desplazarnos por los ríos Loira y Erdre en los barcos Navibus (aceptan bicicletas a bordo) con la simple presentación de un billete de tranvía. ¡Todo un acierto! Los aficionados podrán acudir al estadio en barco antes de bordear el Erdre.

Seguir el partido en la ciudad

En el barrio medieval de Bouffay, en Nates, ¡Le Rabelais es una cervecería con muy buena reputación que parece un museo del deporte! Las noches de partidos, 4 pantallas grandes harán las delicias de los amantes del deporte, así como la gran variedad de cervezas (se recomienda consumir con moderación). Si buscas un ambiente tipo Irish pub, te recomendamos el Gigg’s frente a la catedral y, para estar a tus anchas, el nuevo LAB o Little Atlantique Brewery, una antigua aceitería gigantesca transformada en pequeña fábrica de cervezas comprometida. Las cervezas artesanales se degustan allí mismo en el bar-restaurante. A orillas del Loira y con unas vistas espectaculares, se puede llegar en Navibus desde la isla de Nantes para disfrutar de un pequeño crucero.

Saborear productos locales

En Nantes, el restaurante Sain ofrece una cocina eco-responsable basada en productos locales.
© Restaurant Sain - En Nantes, el restaurante Sain ofrece una cocina eco-responsable basada en productos locales.

Los más golosos se deleitarán con los Petits Beurres (galletas de mantequilla), que podrán llevar en su mochila las noches de partido. Los más entendidos también apreciarán los productos locales de la huerta, con los canónigos en cabeza, pero sobre todo con el pescado y marisco fresco que procede directamente de las lonjas de los puertos del Atlántico. Basta un paseo por el gran mercado de Talensac para abrir el apetito. Entre los mejores restaurantes que conviene probar de gastronomía local y 100 % de cultivo ecológico, cabe destacar el Sain, un restaurante-taberna-tienda. En la muy animada calle de Maréchal Joffre, los hermanos Samuel y Josselin, hijos de horticultores de agricultura ecológica en Guérande, la famosa ciudad de la sal, proponen una cocina de mercado y de temporada que cuida del planeta y del paladar. En una versión más grande, conviene asomar la cabeza en el nuevo food hall de la isla de Nantes. En los antiguos almacenes de Alstom, el Magma y sus 9 restaurantes prometen hacerte vibrar las papilas.

Visitar la ciudad

Castillo de los duques de Bretaña (Nantes).
© P. Piron - Castillo de los duques de Bretaña (Nantes).

Un gran elefante de madera y acero es la mascota de Nantes que se pasea por la isla de Nantes cargando con turistas en su lomo. Lo encontramos a dos pasos de máquinas extraordinarias, como sacadas de una novela de Julio Verne, y de un carrusel gigante que marea solo de verlo. Muy cerca de allí, un barrio de la creación en plena efervescencia, el complejo Hangar à bananes a orillas del río Loira, con su bar y su sala de exposiciones, que bien merecen una visita (accesible en bicicleta o Navibus). Y para contemplar castillos elegantes, mansiones y otras locuras del siglo XVIII junto al agua, hay que embarcarse en el río Erdre hacia la isla de Versalles, a bordo de barcos eléctricos. El crucero apacible ofrece una panorámica del magnífico jardín floral de la Beaujoire y su rosaleda, vecinos del estadio homónimo.

Explorar los alrededores

Paseo en bicicleta junto al Loira, entre Nantes y Saint-Nazaire, en la costa atlántica.
© JL Courcoult Coueron / M. Argyroglo - Paseo en bicicleta junto al Loira, entre Nantes y Saint-Nazaire, en la costa atlántica.

Al sur, el viñedo nantés, feudo de los vinos blancos muscadet y gros plant, que se puede recorrer en bici. En el oeste, a ambos lados del estuario del Loira, las playas del Atlántico: la Costa de Jade y sus calas, la Costa del Amor y sus balnearios de la Belle Époque, como la Baule. Para unas escapadas verdes y tonificantes, Nantes es una tierra de inspiración. ¿Una buena idea? Seguir el itinerario Estuaire de 60 km a orillas del río Loira desde el centro urbano de la ciudad de los duques de Bretaña hasta Saint-Nazaire, para descubrir obras de grandes dimensiones, esculturas y arquitecturas asombrosas de artistas internacionales. Con la hermosa luz del océano, esta colección permanente se puede visitar en cualquier momento del año tanto a pie como en bici por los senderos habilitados.

Encontrar alojamiento

Le Lieu-Dit, hotel ecorresponsable en Nantes, cerca de la costa atlántica.
© Le Lieu-Dit - Le Lieu-Dit, hotel ecorresponsable en Nantes, cerca de la costa atlántica.

Más de una veintena de hoteles en Nantes cuentan con la «Etiqueta Ecológica Europea» o con la certificación «La Clef Verte» que ofrecen estancias ecorresponsables. En el barrio de Longchamp, un poco apartado del centro urbano, pero bien comunicado por el tranvía, el Lieu-Dit inaugurado en 2022 es un concepto sostenible acorde a los tiempos que corren; engloba un hotel (31 habitaciones coloridas con mobiliario reutilizado, pero camas de «palacio»), un bar, una pizzería (mesas fabricadas con volantes de bádminton), una tienda de comestibles (productos 100 % locales) y una sala multiusos para eventos. Se presenta como una alegre plaza de pueblo, con una puesta en escena de frescos y eslóganes que infunden buen humor. Por si fuera poco, el desayuno se compone de productos con una procedencia de «menos de 50 km», cuenta con un sistema de ahorro y recuperación de aguas, biogás, electricidad verde, compromiso cero residuos e incluso un reloj de arena en los cuartos de baño para controlar el tiempo de la ducha y el lavado de dientes. En definitiva, un hotel con local para bicicletas que sirve para concienciar y en donde puedes dormir a pierna suelta.

Por Pascale Filliâtre

Periodista y viajera.

A menudo, he ido hasta la otra punta del planeta para encontrar lo que Francia nos ofrece… justo al lado. filliatre.pascale@orange.fr

Ver más