En Guayana, desde el primer lanzamiento del Centro Espacial Guayanés, en Kourou, en el año de 1968, las estelas de los cohetes (Ariane 5, Soyouz y Vega) atraviesan con frecuencia el cielo.
En primera línea
Tras dar muestras de honestidad al solicitar la invitación con antelación, es posible asistir de forma gratuita a los lanzamientos desde cinco puntos cercanos (entre 5,1 km y 7,5 km) al Centro Espacial Guayanés., es posible asistir de forma gratuita a los lanzamientos desde 5 puntos «cercanos» (5,1 km a 7,5 km) al Centro Espacial Guayanés. La solicitud debe hacerse en línea o por correo para los puntos de Agami (para niños a partir de 16 años), Ibis (a partir de 8 años) y los lugares «VIP» Toucan, Colibri (a partir de 16 años) y Jupiter (a partir de 12 años). La apertura de los lugares depende asimismo de la naturaleza de los lanzamientos. Colibri solo abre para Soyouz y Toucan permanece cerrado cuando se trata de lanzamientos del cohete Vega, pues no ofrece visibilidad alguna.
La sala Jupiter en el Centro Espacial Guayanés
De entre los lugares «cercanos», la sala Jupiter ocupa un lugar privilegiado: es el no va más por las vistas que ofrece del centro de control. En el centro de control, los invitados (232 felizmente elegidos) no se pierden ni el más mínimo detalle del desarrollo de las operaciones gracias a las retransmisiones efectuadas en un gigantesco mural de imágenes.
El mirador de Carapa en Kourou
El acceso es libre, sin embargo, hay que hacer un esfuerzo para asistir a los lanzamientos desde el Monte Carapa: hay que subir una escarpada pendiente para acceder al lugar y llegar con antelación pues la afluencia está limitada (un máximo de 1.500 personas). Pero bien merece el esfuerzo: desde este punto situado a 12,5 kilómetros de la base, el espectáculo está garantizado con el plus de poder ver, en una pantalla gigante, la retransmisión de diferentes secuencias de imágenes.
La playa de Roches en Kourou
Para las familias con niños, en especial, si estos son de corta edad, la playa es una buena alternativa. Como los cohetes despegan sobre el mar, el ángulo de visión es ideal. Y si tenemos vista de lince, podremos incluso ver cómo el cohete se separa de los boosters y la cofia. La luz de la tarde intensifica el misterio de estos curiosos fuegos artificiales, pero durante el día también es un buen momento para la observación, cuando la vida sigue su curso entre comidas de campo y baños en el mar y, de repente, todas las cabezas se levantan para contemplar la línea blanca que perfora el horizonte.
Plaza de Amandiers en Cayena
Frente al mar, este clásico punto ofrece unas vistas totalmente despejadas del horizonte, lo que permite seguir en detalle la trayectoria. Además, podemos informarnos sobre el programa espacial gracias a una pantalla gigante que retransmite imágenes de lanzamientos y vídeos explicativos sobre el uso de los satélites. Los niños están invitados a explorar la amplia variedad de actividades específicas en torno al espacio: envío de cohetes-globo, maquillajes inspirados en las estrellas… ¡Para despertar vocaciones tempranas!
Por France.fr
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