En Burdeos, la tradición tiene el sabor de la excelencia. El canelé está ahí para que no lo olvidemos. Nacido de la acertada mezcla de dos texturas, crujiente y tierna, es un dulce tan sencillo y tan perfecto a la vez que la receta prácticamente no admite variación alguna.
Nombre: canelé o cannelé Origen: siglo XVIII, en el Convento de las Annonciades de Burdeos Tamaño: 5 cm en su formato clásico Punto fuerte: la sencillez Punto débil: sin conservantes, debe consumirse rápidamente
Signos de excelencia:
- una cocción en molde de cobre con 12 acanaladuras
- una corteza muy tostada, caramelizada y crujiente
- un corazón tierno y alveolado
- notas perfumadas de vainilla y ron
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Por Émilie Guilhen
Diseñadora-redactora y creadora editorial en París.
