París inspira a los directores desde que el cine existe. En sus historias, uno pasea por las callejuelas de Montmartre, se sienta en una terraza delante de un café con leche, entra en los apartamentos parisinos... 3 películas a ver o volver a ver para viajar antes del viaje.
“Amélie” (Jean-Pierre Jeunet, 2001)
Colores vivos, universo onírico, una música cautivadora, un elenco de actores de gran talento y una joven actriz inolvidable: esta película de Jean-Pierre Jeunet es una de las producciones francesas que más éxito ha tenido a nivel mundial. Acompañada por la música de Yann Tiersen, la película narra la vida de Amélie Poulain (Audrey Tautou), una joven soñadora e ingenua que decide cambiar la vida de la gente que le rodea. Mathieu Kassovitz, Jamel Debbouze, Yolande Moreau e Isabelle Nanty componen una galería de personajes pintorescos: forman en su conjunto una versión ideal de la colina de Montmartre donde se desarrolla el film. ¡Una película mágica!
“La vida en rosa” (Olivier Dahan, 2007)
Edith Piaf es uno de los verdaderos monumentos de la canción francesa. Apodada “la môme” (la chiquilla), renace aquí bajo los rasgos de Marion Cotillard en esta película de Olivier Dahan estrenada en 2007. Su niñez en los barrios pobres de París (¡de nuevo Montmartre!), su amor por el boxeador Marcel Cerdan, su actuación en la sala Olympia, sus éxitos y sus desventuras son contados de forma delicada y precisa en este film en el que Marion Cotillard se come la pantalla, más real que la vida misma en la piel de Edith Piaf. La actriz recibió por su actuación el Oscar a la Mejor Actriz.
“París” (Cédric Klapisch, 2008)
Este es un dúo que ha marcado el cine francés en los últimos años, el formado por el director Cédric Klapisch y el actor Romain Duris. Han realizado siete películas juntos y fue precisamente Klapisch quien reveló a Romain Duris en su primera obra, “Le Péril Jeune” (1994). En “París”, Romain Duris encarna a Pierre, un bailarín del Lido que se entera de que tiene los días contados debido a una enfermedad grave del corazón. Su hermana (Juliette Binoche) le ayuda como puede, se instala en su casa y Pierre se pone a observar a sus vecinos para matar el tiempo. Todos ellos son parisinos anónimos que le rodean y que describen, como las piezas de un gran puzzle, un París cosmopolita, pintoresco, en la que el Amor con mayúsculas ocupa un lugar central. Fabrice Luchini, Albert Dupontel, François Cluzet, Karin Viard, Gilles Lellouche y Mélanie Laurent forman esta galería de retratos parisinos. Pero el verdadero protagonista es, con todo, París.
Por Caroline Revol-Maurel
Periodista apasionada de la naturaleza salvaje, de los viajes y del rock, escribo igualmente sobre los quebrantahuesos que sobre Lou Reed. A menudo voy acompañada por dos niñas pequeñas con un agudo sentido crítico.