¿Sueñas con bañarte en el mar, tomar el sol sobre la arena fina o admirar el horizonte hasta donde alcanza la vista? Mientras esperas para volver a la playa durante tus vacaciones o un fin de semana largo, te hemos preparado una selección de los rincones franceses más bellos que no debes perderte. Tanto si te gustan los grandes espacios como las calas más solitarias, descubre las playas más bonitas de Francia, desde Bretaña hasta Córcega, pasando por la Costa Azul, Normandía o el País Vasco.
Playa de Santa Giulia a Porto-Vecchio, en Córcega
Apodada la isla de la belleza, Córcega alberga unas calas magníficas. Tras las ineludibles playas de Rondinara y de Pallombaggia, descubre la célebre bahía de Santa Giulia. Situada junto a la ladera de la montaña, ofrece kilómetros de arena fina y unas aguas cristalinas. Poco profundas, son ideales para los niños y para practicar el esnórquel.
Cala de En-Vau en Marsella, en Provenza
Esta es una de las más hermosas calas situadas entre Marsella y Cassis. Para admirarla, deberás armarte de paciencia: rodeada de altos acantilados escarpados, sólo se puede acceder en canoa, en barca o tras un recorrido a pie de una hora. Una vez allí, el esfuerzo está ampliamente recompensado por las vistas de estas aguas de color turquesa.
Playa de Deauville, en Normandía
Es conocida por su célebre paseo de tablones de madera que llevan el nombre de actores y directores famosos o gracias a la película “Un hombre y una mujer”, de Claude Lelouch: la playa de Deauville es también una de las más impresionantes de Normandía, con 2 kilómetros de largo. Con el mar hasta el infinito, cuenta con 450 cabinas de baño y 450 sombrillas y se encuentra a 2h30 en tren desde París.
Quend-Plage en la Bahía de Somme, en Altos de Francia
Muy cerca de la magnífica Bahía de Somme, en pleno parque de Marquenterre, la inmensa playa de Quend llega hasta la playa de Fort-Mahon en una sucesión de dunas rectilíneas y preservadas. Un ambiente a vacaciones con su enorme extensión de arena fina, el horizonte infinito y un bosque de pinos. Un lugar idóneo para montar a caballo, manejar un carro de vela, disfrutar de una sesión de pádel surf o de las sensaciones intensas del kitesurf…
Playa de la Corniche, a los pies de la Duna del Pilat, en la Costa Atlántica
Para llegar a la playa de la Corniche, a orillas de la Bahía de Arcachón, primero deberás ascender la duna de Pilat, la más alta de Europa, con 110 metros. Aquí, la inmensidad se ofrece a ti. Admira el océano Atlántico que se extiende delante tuyo, así como el banco de Arguin, un paraíso para las aves migratorias. A continuación, puedes tomar las escaleras de madera para llegar a la playa de la Corniche y disfrutar de un baño bien merecido.
Playa de Grands Sables en la Isla de Groix, cerca de Lorient, en Bretaña
Situada en la magnífica isla de Groix, a 45 minutos en barco de Lorient, la playa de Grands Sables sorprende por su forma convexa y su arena fina, cuyos matices van del granate al blanco. Es la mayor playa de la isla con 800 metros de largo y es apreciada por sus aguas transparentes y su belleza todavía salvaje. ¡Se la apoda “vagabunda” ya que se ha desplazado 150 metros en dos años!
Grande Plage de Hendaya, en el País Vasco
¡Ven a disfrutar de una de las más hermosas playas del País Vasco, situada a unos pasos de España! Con sus 3 km de arena fina, es también una de las más extensas. Es considerada como ideal para quienes gustan de caminar por la mañana temprano, paras los surfistas principiantes y las familias, que siempre encontrarán un lugar para instalar la toalla. Cuenta con la etiqueta “Handiplage” que le permite disponer de equipos que facilitan el baño a las personas discapacitadas.
Playas de Orpellières en Occitania
Junto a la reserva natural protegida del mismo nombre, la playa de Orpellières se mantiene salvaje y natural, aunque vigilada en verano y con varias zonas de aparcamiento. Situada en el litoral occitano, la playa está resguardada por una línea de dunas de 2,5 km. Para llegar hasta la playa, hay unos senderos que cruzan las inmensas dunas. Un paisaje poco frecuentado en general que ofrece una magnífica panorámica en una naturaleza preservada. ¡No te olvides de caminar por los caminos señalizados para proteger las dunas y marismas!
Playa de Étretat, en Normandía
En este lugar lo que impresiona no es la transparencia del agua sino la belleza salvaje de la Costa de Alabastro. Situada entre los acantilados de tiza de Amont y de Aval, la playa de Étretat se extiende sobre un kilómetro, frente al canal de la Mancha. Fascina e invita a la contemplación. Una precaución a tener en cuenta: ¡hay que tener cuidado con los horarios de las mareas!
Playa de Notre-Dame en la isla de Porquerolles, en Hyères, en Provenza
Accesible en unos minutos en barco desde el istmo de Giens en Hyères, la isla de Porquerolles es un lugar mágico donde pasar el día. Su mayor joya es sin duda la playa de Notre Dame, a la que puedes llegar en bicicleta o a pie desde el pueblo. Bordeada de pinos y robles, maravilla por sus aguas transparentes que le han valido el título de “playa más bonita de Europa”.
Grande Plage de Biarritz, en el País Vasco
Es una de las playas más célebres y emblemáticas de Biarritz, con sus tiendas de colores, su paseo frente al mar y sus edificios de época, entre ellos su palacio convertido en palace y el casino. Al ser la playa central, se encuentra junto a numerosos cafés, comercios y restaurantes. En el pasado fue conocida como “Playa de los locos” y “Playa de la emperatriz”.
Playa de Saint-Nicolas, en el archipiélago de Glénan, en Bretaña
Situado a una hora en barco de Fouesnant, el archipiélago de Glénan tiene un aire de Riviera bretona con sus aguas cristalinas, su laguna color turquesa y sus extensiones de arena fina. En el centro, podrás descubrir la playa de la isla Saint Nicolas, paradisíaca con su orientación a pleno sol, resguardada del viento y su escuela de vela para los más deportistas. En abril, aprovecha para admirar los narcisos de Glénan, una especie característica de la isla que cubre las dunas.
Playas de Saint-Brévin, cerca de Nantes, en la Costa Atlántica
Se puede acceder a las inmensas playas de Saint-Brévin, cerca de Nantes, en bicicleta recorriendo las orillas del Loira o del mar, entre bosques de pinos, salientes rocosos, aldeas y megalitos. Un enfoque natural y agradable para disfrutar de la costa en el extremo sur de la Bretaña. Entre Pornic y Saint-Brévin, hay múltiples calas y playas más grandes para elegir el ambiente que buscas: más íntimo o animado.
Por Blandine Prigent
Redactora web France.fr