Paredes llenas de aceites con reflejos dorados o una biblioteca de tabletas de chocolate… La Grande Épicerie de Paris Rive Droite cuida con esmero todo el arte del sabor, empezando por la presentación. Te proponemos una inmersión en el universo de una gastronomía sin fronteras para disfrute de todos los sentidos.
Un mercado del lujo
En la calle de Passy, la fachada vegetal salpicada de menta, tomillo o romero da el tono. Nada más entrar, los visitantes se sumergen en un verdadero baño de frescor. Entre anaqueles de frutas y verduras, un espacio de pescadería y un asador, la planta baja ha sido pensada como una gran plaza de mercado multicolor donde los productos diarios son los protagonistas. Una versión original de un mercado de pueblo y una buena entrada en materia para abrir el apetito.
Unas decoraciones golosas
En cada espacio, la decoración ha sido pensada como un eco a la autenticidad de los productos. En el taller de pastelería, el mosaico firmado por la artista Mathilde Jonquière es un guiño al Saint-Honoré, uno de los dulces más célebres de París en el siglo XIX, que destaca en el escaparate junto a otras delicias. Placer de la vista o deleite del paladar: ¡tú eliges!
Una bodega de altura
Con sus 1.500 referencias expuestas sobre más de 40 metros de longitud, la bodega abovedada es un hermoso homenaje al dios Baco. Los aficionados al whisky apreciarán el mural con 100 marcas y los enólogos el espacio reservado a los vinos prestigiosos con 220 botellas excepcionales. Y como lo uno no va sin lo otro, los talleres de quesos y jamones, como vecinos ideales, se reparten el resto del espacio.
Degustación en el mostrador
¿Cómo transformar la visita en una escapada gastronómica? ¡Acudiendo a uno de los cuatro mostradores de degustación! En la planta sótano, "L’Ibérique" da protagonismo al jamón. En la primera planta, aquellos a los que les gusta picar pueden ir de un mostrador a otro: "Tés-cafés", "Cocinas del mundo" o "Lujo". La gastronomía francesa está muy bien representada, entre foie gras de ocas criadas en libertad y salmón fresco del Adour ahumado.
Una vuelta al mundo de los sabores
Con sus 6.000 referencias, la Épicerie te invita a realizar un viaje de larga distancia. En un gran mural, los aceites de Italia, Grecia o Uruguay muestran todos los tonos de dorado, mientras que una gran "tabletoteca" expone cientos de tabletas hechas a base de los cacaos más finos. Y si la sección de patatas fritas – nada menos que un centenar de marcas – sorprende, las 350 variedades de mermeladas despiertan la nostalgia de las cocinas de la abuela.
Comer bajo la cúpula
¿Tienes todavía un poco de hambre? Es el momento de sentarte a la mesa en el restaurante "Le Rive Droite" en la última planta. Bajo la cúpula central, la decoración depurada y de diseño –con sillas y mesas de creadores- está en perfecta armonía con los platos. Entre tradición e influencias exóticas, la chef Beatriz González, revisita la cocina clásica dentro de un registro inventivo. Su plato de referencia son las lechecillas de buey crujiente-fundente con remolachas asadas y jugo de perlas.
Por Anne-Claire Delorme
Periodista y viajera.