Los 7 pueblos más bonitos de los Alpes del Sur

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Chalets nevados en los Alpes del Sur
© B. Bodin - Encantadores chalets nevados en los Alpes del Sur.

Tiempo de lectura: 0 minPublicado el 18 octubre 2024

Los Alpes del Sur ofrecen un paisaje único, con un aire de fin del mundo y un paraíso nevado sobre los tejados de Francia. En invierno, sus estaciones orientadas al sur se convierten en el refugio ideal para el descanso familiar. Descubre aquí alguno de los pueblos típicos más bonitos.

Saint-Véran: el país donde el gallo picotea las estrellas

Situado a 2.042 metros de altitud en el corazón del Parque Natural Regional de Queyras, Saint-Véran es el pueblo más alto de Europa y uno de los más bellos de Francia. Aquí podrás pasear entre los antiguos edificios tradicionales (datan de 1641), contemplar las bonitas iglesias, degustar el pan casero recién salido del antiguo horno y, una vez caída la noche, coquetear con las estrellas desde el observatorio astronómico de Saint-Véran (3.000 m de altitud).

La Grave-La Meije: una tierra de autenticidad

Nada de hoteles de lujo ni chalés de madera: en la región de Meije, el ambiente acogedor de los Altos Alpes es todo piedra. Las casas, construidas sobre la roca y con tejados de pizarra, llaman la atención con el telón de fondo de las montañas. Enclavada entre los montes Oisans y el Col du Lautaret, La Grave es famosa por sus espléndidas puestas de sol que te calentarán el cuerpo y el corazón. Con su alma salvaje y su nieve de gran calidad, La Grave es también punto de encuentro de grandes alpinistas. Conectado con el glaciar de la Girose, el telesilla del pueblo te llevará en 30 minutos a 3.200 m de altitud, al corazón de las grandes extensiones glaciares.

Pelvoux-Vallouise: un pequeño rincón de paraíso blanco

Nieve polvo hasta donde alcanza la vista, sol como si lloviera, pistas de gran altitud con vistas panorámicas sobre el valle, espacios vírgenes donde reina la naturaleza... Pelvoux-Vallouise es una estación-pueblo. Adyacente al Parque Nacional de los Ecrins, ofrece un vasto terreno de juego para el esquí de fondo, las raquetas de nieve, los trineos tirados por perros y el esquí de travesía. Desde los 1.250 m de altitud hasta los 2.300 m, podrás deslizarte con toda la familia.

Crévoux: para un cambio total de escenario

De todas las regiones, Crévoux es la que ha sabido conservar su carácter ancestral. Mezcla de tradición y naturaleza, el pueblo de montaña de Crévoux goza de un ambiente rural tranquilo. Situado en el corazón del macizo del Parpaillon, a 1.600 m de altitud, es uno de los dominios esquiables más antiguos de los Alpes del Sur. La gente viene aquí por el esquí alpino (por supuesto), pero también por los magníficos paseos con raquetas y el esquí de fondo. Su escala humana, su saber hacer regional y su naturaleza salvaje, a veces caprichosa pero nunca hostil, seducirán a todas las familias.

Saint-Paul-sur-Ubaye: retorno a las raíces

Bordeado por bosques de alerces y arrullado por el agua que fluye bajo el hielo de los torrentes, el pueblo de Saint-Paul-sur-Ubaye es también una burbuja de reconexión. Si sólo tuviera un nombre: descompresión. Entre el valle alto del Ubaye y el valle viejo del Ubaye, un tramo de 6 km de senderos es ideal para un respiro en familia. Es un hecho: en Saint-Paul-sur-Ubaye, uno no «está de paso», se queda a pasar las vacaciones y luego vuelve una y otra vez.

Ancelle: un bonito rincón de nieve para acurrucarse en el Champsaur

Con su generosa insolación y su situación en una meseta a 1.350 m de altitud, la pequeña estación de Ancelle es el lugar ideal para unas vacaciones en familia. Aquí podrás disfrutar esquiando o con raquetas por el valle de Rouanne, admirar la arquitectura alpina, detenerte a degustar los tourtons o las oreilles d'ânes en un restaurante típico de pueblo o, sencillamente, aprender a respirar de nuevo. A cámara lenta, lejos de la rutina.

Roubion-Les-Buisses: esquí y murallas

A sólo 70 km de Niza, en la carretera de los Grandes Alpes, en el Parque Nacional del Mercantour, hay un pintoresco pueblo en la ladera de un acantilado. ¿Sabes cómo se llama? Roubion-Les-Buisses. Robusto y encantador, sus murallas de la Edad Media han resistido al paso del tiempo. ¿Qué hay a su alrededor? Una campiña virgen, antiguos graneros con tejados de lauze que salpican el paisaje rural con pequeños toques, y mil hectáreas de bosque en las que relajarse.

Por France.fr

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