Recorre sin prisas las carreteras secundarias de este destino del suroeste de Francia y descubre un rosario de pueblos medievales, castillos legendarios, emocionantes experiencias y joyas prehistóricas.
Dos rutas para explorar Dordoña-Périgord más auténtica
Este verano, desacelérate a través de un recorrido en coche o cámper por Dordoña-Périgord, un departamento que posee la mayor concentración de yacimientos y monumentos protegidos del país después de París y en donde la naturaleza tiene mucho protagonismo. Para ello, puedes diseñar tu propio itinerario en coche o seguir dos interesantes rutas a través de las carreteras secundarias que atraviesan la región: la Ruta del Valle del Dordoña o la Ruta de las bastidas. Una propuesta de turismo slow que permite tomarse el tiempo para descubrir el destino y vivir una experiencia vacacional de calidad.
Un fin de semana, una semana o quince días… Con independencia del tiempo que dure tu viaje, siempre podrás incluir las rutas más destacadas de Dordoña-Périgord, pues en ambos casos comienzan en Périgueux, la capital del departamento, y se pueden recorrer en uno, dos, tres o cuatro días, según el tiempo dedicado a cada etapa.
Ruta de las Bastidas
Si se escoge la Ruta de las Bastidas, el recorrido de 220 kilómetros de longitud te descubrirá pueblos y bastidas de postal, como Monpazier, Issigeac, Beaumont-du-Périgord y Eymet; las abadías de Cadouin y Saint-Avit-Sénieur, ambas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO; bodegas señoriales y fabulosos castillos donde pasar un divertido rato en familia, como el Château de Biron y el Château de Bridoire. Sin olvidar a Bergerac, Sarlat y la propia capital, Périgueux, declaradas Ciudades de Arte e Historia.
Ruta del Valle del Dordoña
La Ruta del Valle del Dordoña propone por su parte un itinerario de 177 kilómetros que incluye, entre otros enclaves, paradas en la sima de Proumeyssac, conocida como la “Catedral de cristal”; los impresionantes castillos de Fénelon, Beynac y des Milandes, antigua casa de Joséphine Baker; el meandro de Trémolat, los jardines panorámicos de Limeuil y los coquetos pueblos de La Roque-Gageac, Castelnaud-la-Chapelle y Belvès, incluidos en el listado de Los Pueblos Más Bonitos de Francia.
Otras joyas hacia las que poner rumbo
Aparte de estas dos rutas, en Dordoña-Périgord hay muchos otros recorridos temáticos por carreteras secundarias que puedes crear a tu gusto. Como un itinerario de arquitectura religiosa que incluya las numerosas iglesias románicas de la comarca del Ribéracois, la abadía de Chancelade, el priorato de Merlande y la imponente catedral de Saint-Front, en Périgueux, Patrimonio Mundial de la UNESCO. O un viaje de cientos de miles de años a través del valle del Vézère, apodado el “Valle del Hombre”, con numerosas cuevas decoradas que permiten observar el arte rupestre del Paleolítico y 15 yacimientos prehistóricos declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO, entre los que se encuentra una de las obras maestras del arte rupestre: la cueva de Lascaux (no te pierdas la impresionante réplica del Centro Internacional del Arte Parietal).
Una naturaleza abierta a las emociones
Al volante de un cuatriciclo eléctrico, en una canoa o pedaleando, hay muchas maneras de disfrutar de los paisajes protegidos de la región. El destino ha sabido conservar un valioso patrimonio natural con una fauna y una flora de gran riqueza, proporcionando así escenarios privilegiados donde practicar el llamado turismo slow. Entre sus espacios protegidos destaca el Parque Natural Regional Périgord-Limousin, un tesoro natural que podrás descubrir a pie o en bicicleta a través de un recorrido modulable de 200 km dividido en nueve etapas. O si vas con niños, disfrutaréis de un día muy divertido al aire libre gracias a la aplicación de geocaching Tèrra Aventura. Otro enclave natural idóneo para el verano son las gargantas del Auvézère, muy apreciadas para practicar kayak, pesca, senderismo y ciclismo de montaña.
También sobresale por su valor natural el río Dordoña, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO, lo que garantiza la calidad de sus aguas para el baño y la práctica de actividades acuáticas y náuticas. Un entorno igual de idóneo para disfrutar de la naturaleza es el valle del Vézère, bajo protección medioambiental tras ser declarado Gran Sitio de Francia en 2020. Sus bosques y riberas albergan 675 kilómetros de senderos señalizados y 500 kilómetros de circuitos para bicicletas de montaña, así como enclaves donde practicar pesca, paseos en canoa y vuelos en parapente, ultraligero y globo aerostático. El río Dronne, que rodea Brantôme-en-Périgord, ciudad clasificada como Desvíos Más Bellos de Francia; y el valle del Isle son otros entornos fluviales donde cambiar de aires en la naturaleza, ya sea paseando o recorriendo en bicicleta la ciclovía verde V90.
Experiencias sostenibles con nombre propio
La región también cuenta con una amplia oferta de experiencias slow para disfrutar en familia o con los amigos. Como los paseos en canoa de la empresa Canosphère, en Cénac-et-Saint-Julien, la primera base de alquiler de canoas ecorresponsable cuyas acciones medioambientales incluyen siega razonada, refugios para erizos, nuevas plantaciones y ausencias de pesticidas. En Coly-Saint-Amand, la granja ecuestre Echappée Pastorale organiza trashumancias de ovejas a caballo, que te permitirán descubrir el trabajo de los pastores itinerantes. Y si deseas pasar una noche al aire libre con todo el confort de un 4 estrellas, en Ladornac encontrarás los domos geodésicos de Kozi Dôme, con los que podrás disfrutar al máximo de la naturaleza. Sin duda, experiencias únicas con las que cambiarás de aires, crearás recuerdos únicos y te podrás tomar el tiempo necesario para descubrir todo lo bueno de Dordoña-Périgord.
Consejos y Recomendaciones
Las rutas por carreteras secundarias también te acercarán al corazón de la gastronomía y el saber hacer de la región. No te pierdas la visita a la los mercados tradicionales de Périgueux, Sarlat-la-Canéda, Issigeac, Bergerac y Beaumont, donde podrás degustar y comprar productos locales: fresas del Périgord, queso cabécou del Périgord, trufa del Périgord, foie gras de oca, vinos de Bergerac, aceite de nuez, arlequines (un dulce típico) o el caviar de Neuvic, elaborado en la región por la empresa Domaine HUSO. Sin olvidar aquellas paradas que hablan del buen hacer de la región en torno a las artes de la mesa y el trabajo en cuero, como la cuchillería Nontronnaise.
Por Nuria Cortés