San Pedro y Miquelón posee una fauna protegida y variada. Un terreno de juego ideal para los enamorados de la naturaleza y los fotógrafos. Ármate de paciencia, los animales no se dejan fotografiar así como así.
Cada año en la misma época, los reyezuelos se dejan ver por doquier en todo el archipiélago. Son verdaderas «pilas eléctricas».
Tengo debilidad por la liebre polar. Confiando en su mimetismo con el medio natural, deja gustosa que nos acerquemos a ella.
El camachuelo: este pájaro de bonitos colores nos visita en otoño.
El carbonero boreal está presente durante todo el año en el bosque boreal del archipiélago.
Cada primavera, en la pequeña isla Grand Colombier se instalan colonias de pequeños pingüinos, araos comunes, gaviotas tridáctilas y frailecillos atlánticos.
Frailecillos atlánticos, cerca de la isla Grand Colombier.
A las focas grises les encanta relajarse bajo el sol.
En invierno, es fácil ver a los patos arlequines en las costas del archipiélago.
Un búho blanco de las nieves descansa bajo la protección que le brinda el acantilado.
Un águila de cabeza blanca nos vigila desde su nido.
Un encuentro inesperado con un arrendajo azul.
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Por Damien Martin
Fotógrafo autodidacta, Damien pasa una gran parte de su tiempo libre capturando en imágenes la biodiversidad que le ofrece el archipiélago.