Iluminada por un clima privilegiado, Aix-en-Provence es una ciudad en la que la elegancia sale al encuentro del visitante en sus calles y plazas animadas.
Aquí, la historia es un escenario en el que cada día se asocian los placeres de las compras y la nobleza del patrimonio, la tranquilidad de una terraza y tesoros arquitectónicos, los paseos sin rumbo por la ciudad y las maravillas barrocas. En Aix cada fuente guarda sus propios secretos y cada mansión atesora sus propios relatos.
Savoir-faire en Aix: los calisson
¿Probaste alguna vez los calisson? Al inicio un ligero crujir de caramelo blanco para darte la bienvenida y luego la cremosidad de una mezcla sutil: la frescura del melón confitado, ralladuras de cáscara de naranja, y la delicadeza de las almendras molidas. Y por fin, una base de oblea para darle un suave descanso. Algunos lugares relacionados con este dulce son el Museo del Calisson-Confitería de Le Roy René (5380 Route D’Avignon) y el Salón de Té Weibel.
Apunta en tu agenda
Fiesta de los Coteaux de Aix. Ofrece la oportunidad de conocer y degustar los vinos con denominación de origen de Aix-en-Provence, el último domingo de julio en el Cours Mirabeau.
No te vayas sin haber visitado
El antiguo casco urbano peatonal. En las calles del casco antiguo, encontrarás 1.500 comercios de incomparable diversidad. Los establecimientos, ubicados en edificios de los siglos XVII y XVIII, otorgan una elegancia sin igual al barrio comercial, por el que pasear es un placer.
Cómo llegar
AVE diario directo desde Barcelona y Madrid. Conexiones aéreas directas a Marsella (40 min).
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Por France.fr
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