En el Sendero de los Aduaneros con el bloguero David Genestal

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El GR34 o Sendero de los Aduaneros, en Bretaña.
© Adobe Stock – Prod. Numérik - El GR34 o Sendero de los Aduaneros, en Bretaña.

Tiempo de lectura: 0 minPublicado el 4 marzo 2021, actualizado el 10 mayo 2022

De la Bahía del Mont-Saint-Michel a Saint-Nazaire: 2.000 kilómetros para recorrer el litoral bretón. Bienvenido al Sendero de los Aduaneros. El bloguero David Genestal nos lleva por las etapas esenciales de este camino marcado por más de 200 años de historia.

2.000 km de litoral bretón

Una historia poco conocida. Todo comenzó en el siglo XVIII. Las patrullas de funcionarios de aduanas son convocadas en este camino para evitar el contrabando. El punto de referencia es ideal: 2.000 kilómetros a lo largo de la costa bretona. El Sendero de los Aduaneros parte de la Bahía del Monte Saint-Michel y llega hasta Saint-Nazaire, pasando por la Costa Esmeralda, la Costa de Granito Rosa, las costas de Finistère antes de llegar a las amplias playas de Morbihan. Durante un tiempo descuidado, el camino es restaurado y rehabilitado. Desde entonces, muchos senderistas toman el GR34 cada día en busca de paisajes a cual más impresionante. Pocos caminantes lo recorren de un extremo a otro, porque "se necesitarían varios meses para hacerlo de una sola vez". Tanto si nos atrae la salvaje Bretaña como las grandes playas de la costa, siempre hay algo para todos. El bloguero David Genestal nos presenta las etapas esenciales de este insólito sendero.

El Mont-Saint-Michel

Espectacular vista aérea del Mont-Saint-Michel con la marea baja.
© Adobe Stock / 4Max - Espectacular vista aérea del Mont-Saint-Michel con la marea baja.

Todo empieza aquí. ¿Qué mejor manera de empezar el Sendero de los Aduaneros? El Mont-Saint-Michel es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. ¿Cómo podría ser de otra manera? No hace falta ser espiritual para que te impacte el alma de este lugar, especialmente cuando lo visitas al amanecer o al atardecer. Ver surgir una isla de la nada y una montaña sobre el horizonte es simplemente mágico. Tendrás la impresión de vivir un momento íntimo con la naturaleza. El choque visual es memorable.

Del Cabo Fréhel a la Punta de la Latte

El Cabo Fréhel y la Costa de Granito en Bretaña.
© Adobe Stock / 120bpm - El Cabo Fréhel y la Costa de Granito en Bretaña.

Para llegar al Cabo Fréhel, hay que atravesar una inmensa landa de brezo color rosa-púrpura. A su alrededor, se pueden ver acantilados, pequeñas calas y un faro bretón. Sus piedras, muy compactas y resistentes a la intemperie, le confieren una estética fuera de lo común. Siguiendo tu camino, llegarás al Fuerte de La Latte, un castillo fortificado situado en la comuna de Plévenon. Te conquistará este castillo medieval que se asoma a una punta rocosa.

De Paimpol a Perros Guirec

La Isla de Bréhat, en Bretaña.
© Adobe Stock / aterrom - La Isla de Bréhat, en Bretaña.

Un paisaje de postal. En este lugar las rocas brillan, moteadas de granito rosa. Las construcciones son del mismo color. Esta costa es inmediatamente reconocible. Es un pequeño paraíso para las aves. Los aficionados a la observación de aves y a las reservas naturales estarán encantados. Para ir de Paimpol a Perros Guirec, se necesitan cuatro-cinco días de marcha cruzando varios estuarios. El paso por la isla de Bréhat es muy recomendable. Este micro archipiélago ofrece, también, una verdadera paleta de colores. Y hay muchas especies exóticas.

La Bahía de Morlaix, de Plougasnou a Saint Paul de Léon

La Bahía de Morlaix en el Finistère, en Bretaña.
© Adobe Stock / photlook - La Bahía de Morlaix en el Finistère, en Bretaña.

Dirígete a la Pointe de Primel para llegar a la Bahía de Morlaix. A lo largo del recorrido, atravesarás numerosos islotes. No pensé que el camino fuera tan escarpado, pero el espectáculo es espléndido. En esta zona, encontrarás reservas de ornitología y ostricultura. En 2018, la Bahía de Morlaix fue elegida como el "GR favorito de los senderistas de Francia". El contraste con la Costa de Granito Rosa es sorprendente, pues se pierde la presencia mineral característica. El sendero, con su pendiente pronunciada, es recomendado para los más deportistas. Descubre Bretaña de una forma diferente, donde la marea acompaña el paseo. Con la marea baja, observarás cómo la arena asciende y los barcos parecen varados sobre ella. El espectáculo es realmente sorprendente.

La Punta de Raz y la Punta Penière

La Punta de Raz, en Bretaña.
© Adobe Stock / Alex Stemmer - La Punta de Raz, en Bretaña.

Te sentirás como si estuvieras en el fin del mundo, con el mar chocando contra las rocas, en medio de la naturaleza salvaje. El faro parece sumergirse en las olas que chocan contra las rocas. Es impresionante. Aquí, las rocas son más oscuras, más ásperas... Verás muchas pequeñas calas pedregosas.

La Península de Quiberon

La Península de Quiberon, en Bretaña.
© Adobe Stock / Christian Musat - La Península de Quiberon, en Bretaña.

Las playas son mucho más grandes. El entorno es más tranquilo. Descubrirás, una vez más, una nueva Bretaña, más familiar. Los paisajes son más suaves. Hay que decir que está parte está menos expuesta al oleaje. Estamos más cerca del estuario del Loira. La península está más resguardada que todo el anterior camino recorrido. Ideal para pasear en familia.

Por David Genestal

Director y autor del blog Carnets de rando (carnet de senderismo)

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