Manon, bloguero de Allons Rider, tiene una gran pasión, y esa es el surf... incluso en invierno. ¿Y qué mejor decorado que el País Vasco francés y sus famosas playas para disfrutar de las olas?
«Hasta la noche». Eso fue lo que nos dijimos. En ese momento, solo quedábamos nosotros, una tenue luz anaranjada para iluminarnos y la sensación de sentirnos solos en el fin del mundo.
Cuando hablamos de invierno, hablamos de grandes olas y una nueva tabla adaptada a las condiciones. La etapa definitiva antes de sentir la sal sobre mi piel: pegar el pad.
Cuando salimos del agua en invierno, hay un momento que disfrutamos especialmente: ese instante en el que podemos acurrucarnos en nuestro poncho rememorando la sesión en nuestra mente.
Practicar el surf significa comer sano para estar en forma, en especial, en invierno cuando las condiciones son más rigurosas.
Después de cada sesión, ella se secaba los cabellos húmedos y salados haciéndolos girar con los pies sobre el patinete. El viento parecía acompañarla en su baile.
Hacía mucho frío y era tarde pero decidimos lanzarnos al agua, a pesar de las condiciones meteorológicas. Y ese día, el cielo quiso recompensarnos.
Ya no sé, quizá me quedé media hora o una hora observando las olas, de la atmósfera tan irreal que se respiraba.
Este lugar es como los parques Disney para los surfistas. Cientos de tablas en proceso de fabricación, que muy pronto ocuparán un lugar en el garaje de los mejores surfistas del planeta.
Ese día, nos levantamos muy temprano para disfrutar de las mejores olas.
Para saber más:
A leer también:
Por Manon Lanza
Un buen día, Manon lo abandonó todo para vivir su pasión por los deportes de deslizamiento y eligió el País Vasco francés para instalarse. Una decisión que nunca ha lamentado, como podemos comprobar en su blog allonsrider.fr