¿Sueñas con un verano inolvidable lleno de experiencias únicas? Opta por la costa para sumergirte en una estación termal secreta, recorrer en bicicleta pintorescas ciclovías o relajarte en medio de una naturaleza desconocida. Francia cuenta con paraísos escondidos, paisajes protegidos y riquezas culturales que te encantarán. Ya sea solo, en pareja o en familia, aquí tienes una selección para evadirte. ¡Déjate sorprender!
Escalar... y respirar el aire de las montañas
A las puertas de los volcanes de Auvernia, los montes de Aubrac seducen a los apasionados del senderismo, la naturaleza, la cultura y la historia. Es una tierra auténtica, protegida del mundo y del calor.
Más al sur, en Occitania, Les Angles, a los pies del Canigó en la cadena de los Pirineos, ofrecen vistas excepcionales del macizo de Carlit. ¡Abre bien los ojos y respira!
Para los más deportistas, dirección Tignes. Esta estación de los Alpes, situada a más de 2.000 m de altitud, ofrece una multitud de actividades deportivas para grandes y pequeños como BTT, senderismo, deportes acuáticos...
Apreciar la calma de los lagos
Los lagos de Francia, relajantes y revitalizantes, son el destino perfecto para los amantes del baño, las actividades acuáticas y la relajación.
En Bretaña, el lago de Trémelin es un lugar imprescindible para practicar kayak y paddle. El bosque de Brocéliande, un espacio natural protegido, es el punto de partida ideal para rutas de senderismo, paseos a caballo o en bicicleta. ¡Hay opciones para todos los gustos!
En Córcega, puedes explorar los espléndidos lagos Capitellu, Melo y Bastani. Estos lugares únicos y tranquilos son ideales para oxigenarse y disfrutar de la famosa belleza de la isla.
Explorar los lugares desconocidos
¿Estás buscando joyas escondidas? Solo tendrás que hacer unos kilómetros para alejarte de los lugares más transitados y encontrar la calma, disfrutando de magníficos paisajes.
Los Montes de Vaucluse, situados entre Luberon y Ventoux, revelan otra faceta de Provenza, protegida de la agitación estival.
En el suroeste, aléjate un poco y pasea por La Soule, la región más pequeña y salvaje del País Vasco.
En el litoral provenzal, dirígete a la Costa Azul y descubre el otro lado de Les Calanques, al oeste de la ciudad focense. Menos conocida que el famoso Parc des Calanques de Marsella, esta zona no tiene nada que envidiarle.
Sumergirse en el corazón de una estación termal
Las vacaciones de verano también son el momento perfecto para relajarse y cuidarse. ¿Entonces por qué no optar por el turismo termal y recargar las pilas antes de volver a la rutina del día a día?
Si te gusta el acento mediterráneo, dirígete a Balaruc-les-Bains, la única ciudad termal de Francia a orillas del mar. Con impresionantes vistas del estanque de Thau y un edificio que parece un barco, las termas y el spa de Balaruc ofrecen un entorno perfecto para una relajación total.
Para los amantes del Atlántico, Dax es el destino ideal. A solo 1 hora y 30 minutos de Burdeos y a 30 minutos de las playas, esta conocida ciudad termal te invita a disfrutar de sus beneficiosas aguas y de un entorno relajante en el bosque de las Landas.
Y para quienes prefieren los paisajes del norte, dirección Saint-Amand-les-Eaux en los Altos de Francia, una estación termal situada en medio del bosque.
Adentrarse en la naturaleza
Para soportar el intenso calor, nada mejor que respirar aire puro y adentrarse en plena naturaleza. Todas las regiones de Francia ofrecen un entorno de vegetación y tranquilidad.
Con sus densos bosques, lagos y cascadas, el Jura es un verdadero remanso de paz para quienes deseen relajarse en la naturaleza.
El Parque Nacional de Les Cévennes es el lugar ideal para una retirada en la «naturaleza». Explora este entorno protegido y clasificado por la UNESCO.
El macizo de Morvan, pulmón verde de Borgoña, te invita a disfrutar de vistas que cortan la respiración.
Bañarse en los ríos y en los canales
Este verano, contesta a la llamada de la tranquilidad de los ríos y canales. En toda Francia puedes embarcarte para disfrutar de paseos por el agua.
En el corazón de Nueva Aquitania, navega en canoa-kayak por el Leyre. Este tranquilo río nace en el corazón de las Landas y serpentea durante 115 km hasta llegar a la bahía de Arcachón, a 1 hora de Burdeos. Hay recorridos de 5 a 90 km para remar en un ecosistema protegido.
Alquila y sube a bordo de una barcaza para recorrer el Canal du Midi, declarado Patrimonio Mundial de la Unesco. Un crucero fluvial que te llevará a través de pintorescos paisajes y esclusas cargadas de historia, para una navegación con total tranquilidad.
El Vézère nace en Corrèze y termina en Limeuil, en Dordoña, tras recorrer 211 km. Es un río estrecho y salvaje donde podrás apreciar en canoa-kayak lugares y paisajes impresionantes. Todo ello acompañado del canto de los pájaros y del chapoteo del agua. Cierra los ojos, has llegado.
Pedalear por las vías verdes
La bicicleta, ya sea eléctrica o tradicional, es un medio de transporte sostenible para desplazarse y apreciar los paisajes de una manera diferente. Aquí tienes algunas ideas de vías verdes para recorrer en verano, alejándote de las multitudes del turismo:
- La Véloscénie: un itinerario ciclista de 450 km que une París con el Mont-Saint-Michel en Normandía. Esta vía verde ofrece una inmersión progresiva en los paisajes franceses: pueblos, bosques, campos de trigo…
- La Vélomaritime: uno de los carriles bici más largos de Francia, con 1500 km de litoral entre Roscoff y Dunkerque. Esta vía ofrece una variedad de paisajes costeros, desde playas de arena hasta acantilados. Disfruta del aire marino mientras descubres los encantadores pueblos costeros.
- El Loira en bicicleta: 900 km para visitar esta región de una manera diferente y apreciar los paisajes, la naturaleza y, por supuesto, los suntuosos castillos del Loira. Un recorrido que combina cultura y naturaleza.
Seguir las huellas de los pueblos de artistas
¿Por qué no aprovechar el verano para nutrir el alma? Los paisajes franceses han sido una fuente inagotable de inspiración para numerosos artistas. En toda Francia encontrarás pueblos emblemáticos que te sumergirán en un universo artístico único.
En Occitania, visita Collioure. Este pueblo, situado a orillas del Mediterráneo, fue la cuna del fauvismo. Henri Matisse, André Derain y Etienne Terrus vinieron aquí para captar la luz tan especial de Collioure y crear obras de arte, conocidas hoy en día en todo el mundo.
Auvers-sur-Oise en Île-de-France, es un pueblo emblemático que acogió al famoso pintor Vincent Van Gogh. Además, es el lugar de su última residencia. El pueblo conserva la herencia artística del pintor, con lugares como la iglesia y el cementerio donde está enterrado el artista.
Saint-Cirq-Lapopie tiene un significado especial en el mundo artístico. La ciudad, situada en el Lot, fue fuente de inspiración para André Breton, el padre del surrealismo. El artista, apasionado por la poesía surrealista, quedó cautivado por la belleza pintoresca y medieval de Saint-Cirq-Lapopie, lo que ha otorgado al pueblo una gran fama como lugar de inspiración artística.
Recorrer las carreteras rodeadas de preciosos viñedos
Francia brilla gracias a la riqueza única de sus regiones vitivinícolas. Cuando hace bueno, los viñedos están en su máximo esplendor y los meses de verano son ideales para explorarlos.
- La ruta de los vinos de Alsacia: recorre un itinerario mítico para encontrarte con bodegueros apasionados y disfrutar de paisajes llenos de vegetación.
- La ruta de los vinos de Borgoña: atraviesa paisajes emblemáticos para descubrir los vinos de Borgoña y los encantadores pueblos de Les Grands Crus.
- La ruta del Champagne: sumérgete en los viñedos de Champagne y visita las bodegas para descubrir los secretos de la elaboración de estos famosos vinos espumosos.
Descubrir las ciudades de una manera relajada
Como ya sabemos, en verano, las ciudades muestran una faceta mucho más tranquila, lo que supone la oportunidad ideal para recorrerlas sin grandes multitudes.
París es el símbolo por excelencia de la tranquilidad estival. En julio y agosto, la capital cambia su frenesí diario por un ambiente más relajado... Es el momento perfecto para disfrutar de los museos, restaurantes, monumentos y tiendas sin las aglomeraciones habituales.
Burdeos se encuentra a menos de una hora de la costa atlántica, lo que la convierte en una parada perfecta entre una playa y otra. Cuando llega el buen tiempo, la ciudad adquiere un aire más relajado y te invita a descubrir todo su encanto sin prisas.
Lyon, con sus magníficos muelles del río Saona y Ródano, revela una atmósfera especialmente agradable en verano. Pasea por el Vieux Lyon, saborea su gastronomía y disfruta de numerosos parques y terrazas soleadas.
Consejos y Recomendaciones
Para reducir tu huella de carbono cuando viajas, opta por establecimientos que cuenten con etiqueta ecológica, garantizando así una estancia sostenible.
Por Ninon Garraboche
Asistente de redacción en la radio, responsable editorial en la televisión y coordinadora digital.
Ninin tiene una gran debilidad por los temas de sociedad y estilo de vida.