Toulouse es conocida por sus habitantes como la «ciudad rosa» debido a las clásicas fachadas de ladrillo de terracota de sus bellos edificios históricos. También es conocida como la «tierra de los gigantes» por la llegada de un minotauro mítico, mitad hombre y mitad toro, que se quedó a vivir en la nueva Halle de la Machine. Tienes que verlo para creerlo…
Una ciudad ideal para perderse
Es imposible visitar Toulouse y no quedar hechizado por el Capitolio. El emblemático edificio con una majestuosa fachada de estilo neoclásico del siglo XVII es el corazón palpitante de la ciudad. A su alrededor encontramos una serie de distritos bastante diferentes entre sí y a los que se puede acceder fácilmente a pie. Saint-Cyprien en el margen derecho del río Garona es un poco bohemio, mientras que en el distrito de Tounis encontramos el viejo puente que cruzaba el río Garonnette, un afluente desecado del Garona. También encontramos los distritos de Saint-Georges, Saint-Aubin, Saint-Étienne y Carmes. Hazte con un mapa en la oficina de turismo y comienza a pasear para descubrir los múltiples encantos de Toulouse.
La pista de los gigantes
Cada día, un gigante mitológico camina por Toulouse en una zona donde los gigantes del aire solían hacer aterrizar sus aviones. Este nuevo proyecto está diseñado en torno a una antigua pista de aterrizaje utilizada por los pioneros de la aviación civil en Toulouse. Conocida como la Piste des Géants (la pista de los gigantes), aquí encontramos a Asterion, el minotauro de 14 metros de altura, una bestia legendaria que es mitad hombre y mitad toro. Cada mañana se levanta, agita sus largas pestañas y abre sus ojos azules brillantes; su amplio pecho se expande y contrae, y podemos escuchar el latido de su corazón mientras brama echando agua sobre los visitantes que observan con expectación. A continuación, recorre la pista transportando a un máximo de cincuenta pasajeros en un colorido carro similar a un templo sobre sus espaldas. Se trata de un espectáculo extraordinario y, aun sabiendo que se trata de una máquina de 46 toneladas, en cierto modo parece real…
La Halle de La Machine, mágico y excéntrico a partes iguales
El Minotauro es una creación de François Delarozière y la empresa La Machine, famosa por La Isla de las Máquinas en Nantes y por sus increíbles máquinas de teatro callejero. El Minotauro no está solo. En el vasto espacio de La Halle de la Machine aguardan más habitantes misteriosos. Entre las creaciones encontramos una araña caminante de 37 toneladas llamada Ariane y máquinas musicales que forman la orquesta más original que probablemente veas nunca. También hay un enorme conjunto de alas manejadas por un maquinista, conductos que escupen llamas, guitarras revoloteantes y una mesa prevista para una cena encantada en la que un camarero volador esparce la pimienta sobre los platos. Los maquinistas que operan las máquinas son también actores y narradores, y forman parte del espectáculo. Sin duda alguna, es algo completamente excéntrico y mágico a la vez.
Pioneros del correo aéreo
La historia del correo aéreo en Francia comenzó en Toulouse. Ahora es algo que nos parece normal, pero en sus inicios se trataba de un trabajo para pilotos valientes y heroicos. Este nuevo museo cuenta la historia de cómo el primer piloto francés que transportó correo en avión despegó desde la actual Pista de los Gigantes en la Nochebuena de 1918. Estos pioneros del transporte de correo por avión eran aventureros, determinados y valerosos. Establecieron rutas, construyeron pistas y campos de aterrizaje en todo el mundo y se adentraron en una nueva era de la comunicación. L’Envol des Pionniers cuenta sus historias a través de una película y una colección de fotografías y cartas, objetos históricos, aviones, motores y carteles de películas, dado que la valentía de estos primeros pilotos inspiró un gran número de películas.
Museo Les Abbatoirs
La Halle de la Machine no es el único sitio que alberga un minotauro en Toulouse. En el museo de arte moderno Les Abbatoirs, el famoso telón de Picasso El cadáver del Minotauro vestido de arlequín es la estrella de una colección excepcional. Creado para un teatro en 1936, esta magnífica obra solo se expone durante seis meses al año debido a su fragilidad. El museo cuenta con una excepcional colección de arte moderno y contemporáneo, pero no se trata de un museo elitista, sino que puedes asistir a clases de yoga entre las obras de arte o asistir a talleres. Cuenta con una biblioteca y en Navidad celebran un mercado en el que los artistas y artesanos venden sus obras. Tras la visita, puedes recorrer el parque exterior para disfrutar de las vistas sobre el río Garona.
La Fundación Bemberg, una exquisita colección de obras de arte
Toulouse cuenta con diversos museos, desde el museo de los Agustinos, uno de los más antiguos de Francia (fue inaugurado poco después del Louvre en 1795) al ultramoderno museo espacial Ciudad del Espacio, donde puedes experimentar la sensación de un paseo lunar. Un museo que no debes perderte es el de la Fundación Bemberg que se encuentra escondido en un bonito patio cerca del Capitolio. Se trata de una antigua vivienda del siglo XVI en la que cada habitación ha sido redecorada según el estilo del siglo XIX para exponer una colección de pinturas, muebles y ornamentos, entre los que se incluyen obras de Degas, Monet, Matisse y Boudin. Me encanta el ambiente íntimo de este museo, como si allí todavía viviese alguien con el más exquisito gusto artístico.
El Toulouse secreto
Tras un paseo de menos de quince minutos llegamos al Toulouse secreto, los distritos de Carmes y Saint-Étienne, a los que raramente se adentra la mayoría de los visitantes. Esta es la vieja Toulouse, donde las estrechas calles de Carmes están bordeadas por suntuosas casas solariegas cuya construcción fue encargada por comerciantes acaudalados a partir del siglo XVI. La plaza de Sainte-Scarbes resulta excepcionalmente bonita con sus casas revestidas de hiedra y su tintineante fuente, y está rodeada por calles con elegantes tiendas, bares de barrio y edificios excepcionales desde el punto de vista arquitectónico. Saint-Étienne es como el distrito de Marais en París, con sus calles bordeadas por grandes viviendas y modernas tiendas bajo el manto de una majestuosa catedral.
Tomar algo en el Minotaure Café
Creo que no hay ningún otro restaurante en el mundo donde puedas sentarte y comer algo mientras admiras una araña de quince metros conocida como «La Princesa». Añade a esto la vista del Minotauro gigante que pasea por el exterior y tendrás la receta de la mejor mesa posible para disfrutar de una representación a la hora de comer. Además, la comida es realmente sabrosa y cuenta con un menú de platos frescos y de temporada. La gente del barrio también viene aquí a tomar café, una copa de vino en el bar, un aperitivo o una comida de tres platos, lo que deja claro que el Minotaure Café es siempre una elección acertada.
Restaurante Monsieur Georges
Toulouse tiene una rica vida nocturna que se desarrolla en torno a la pasión de sus habitantes por el buen vino y la buena comida, especialmente las tapas (al estilo francés) influenciadas por su cercanía con la frontera española. Gracias a sus muchas plazas llenas de bares y restaurantes, nunca nos faltará dónde elegir. La vibrante plaza de Saint-Georges en el centro histórico es uno de los destinos más populares entre los lugareños, y el bar restaurante Monsieur Georges, con su colorida decoración, es el lugar ideal para disfrutar de una copa de vino en compañía, mientras que su terraza resulta perfecta para cenar. Disfruta del sabroso menú para rematar con sus excepcionales postres y suculentos cócteles.
Brasserie des Beaux Arts
La Brasserie des Beaux Arts es un lugar perfecto para disfrutar de una cena al estilo de los asadores franceses en un extremo del famoso Pont Neuf sobre el río Garona. Los lugareños adoran este establecimiento que ofrece platos típicos de Toulouse, incluido el famoso «cassoulet» (guiso de judías y carne) y parrilladas de marisco fresco, todo ello con un servicio excepcional y una bella decoración que combina elementos Art Déco y Belle Époque en una fabulosa ubicación. Anteriormente conocido como el Café Bellevue, este era el refugio predilecto de los estudiantes y profesores de la Escuela de Bellas Artes, incluido el pintor Ingrès, que fue profesor en este centro. Muy concurrido por músicos y artistas como Matisse, en la actualidad sigue siendo toda una institución en Toulouse.
Dónde alojarse: Hôtel des Beaux Arts
En el Boutique Hôtel des Beaux Arts, situado a solo unos minutos caminando desde el Capitolio, tan pronto como atraviesas la puerta eres consciente de que te encuentras en un hotel consagrado al arte. Cada una de las dieciocho habitaciones está decorada con un estilo distinto. En la mía destacaban unos robots de plástico junto con una excepcional vista del río Garona (como sucede con el resto de las habitaciones). El minimalismo no es tendencia en el Hôtel des Beaux Arts, donde las paredes y superficies están cubiertas por una mezcla enérgica de llamativas pinturas y adornos.
Por Janine Marsh