Se dice que Colmar es un concentrado de Alsacia. Con sus casas de entramado de madera, llena de flores, sus canales y puentes, la ciudad parece sacada de un cuento de hadas. Pasear por sus calles adoquinadas, disfrutar de las especialidades locales y recorrer los viñedos que la rodean es una experiencia fascinante. Un lugar que deslumbra y enamora a quienes lo visitan.
Casas de entramado de madera, flores y patrimonio
¿Cómo resistir al encanto de Colmar? Apreciamos el encanto de la vida que emerge del centro histórico, mientras paseamos por sus calles a admirar las fachadas de sus casas. Aquí, permanecemos frente a la Maison des Têtes y a las 105 máscaras que la decoran. Un poco más lejos, la Maison Pfister es admirada por sus ángulos, galerías de madera, torres octagonales y murales que representan escenas bíblicas y seculares. Tampoco nos podemos olvidar de una parada frente al Colegio Saint Martin para admirar su arquitectura gótica.
Colmar también puede ser descubierta por la noche, gracias a una iluminación que revela sus contornos y relieves bajo una nueva perspectiva. Este es el tema de la «Féerie des lumières», organizada todos los sábados por la agencia de turismo de la ciudad, de abril a octubre.
Sobre el agua
La mejor manera de descubrir la ‘Pequeña Venecia’ (La Petite Venise), un distrito emblemático de Colmar, es hacerlo en barco de fondo plano. Navegamos en las aguas del Launch, el río que irriga los canales que atraviesan el distrito, y conocemos la vida de los horticultores que solían recorrer el río para entregar sus mercancías para los mercados. A continuación, pasamos por el ineludible puerto de Poissonnerie, mercado de pescado, que une la Pequeña Venecia al distrito de Tanners. Es aquí, en estas casas peculiares con fachadas coloridas, donde residían los pescadores de la ciudad. El muelle también sirvió como lonja de pescados y mariscos.
¿Te apetece comer algo?
Bæckeofe, chucrute, spätzle, pretzel... Colmar ofrece un rico menú de la gastronomía alsaciana, aconsejable empezar en el mercado cubierto para saborearlo. Un mercado hecho de ladrillos y piedras, en el distrito de Petite Venise, reúne cerca de quince comerciantes que ofrecen productos locales: carne, aves, quesos, productos agrícolas, pero también pretzels, vinos, platos tradicionales de Alsacia, flores y otras especias. ¿Quieres probar la flammekueche? Esta es una irresistible torta flambeada, de masa muy fina, servida con una mezcla de crema, queso cottage, tocino y cebolla. Es indispensable conocer los ‘winstubs’ de la ciudad, antiguos bares de vinos transformados en posadas con una cuidada cocina local. Guarda un poco de sitio para probar el kougelhopf del restaurante “Gilg”, localizado en el antiguo Colmar, y para los Bredele, que son las galletas tradicionalmente consumidas en Navidad fabricadas todo el año en Alsacia.
Colmar en la botella
No es casualidad que llamemos a Colmar ‘la capital de los vinos de Alsacia’. En Colmar, las fincas vinícolas florecen en el centro histórico, como en la calle de l’Ange, donde está localizado el Domaine Martin Jund. Esta hacienda familiar, cuyos vinos certificados agricultura orgánica, practica una cultura especial de las uvas. Durante las degustaciones ofrecidas por la casa, aprendemos más sobre los diferentes vinos de Alscia: Riesling, Gewurtztraminer o crémant, todos los vinos producidos con uvas recogidas en las cercanías de Colmar. Cerca de allí, Domaine Robert Karcher et Fils nos recibe en su antigua hacienda de 1602. Aquí, entre barriles de roble centenarios, descubrimos la producción de la viña plantada en las tierras de Harth, un municipio de Colmar.
De los viñedos a los castillos
Colmar es el punto de partida ideal para descubrir los más bellos pueblos de la Ruta de los Vinos de Alsacia. Eguisheim, Kaysersberg o Riquewirh... Podemos admirar un desfile de viñedos mientras recorremos la carretera. También podemos pasear por el romántico parque Schoppenwihr, el primer jardín botánico orgánico de Francia. A menos que prefieras tomar la ‘Route des Cinq Chateaux’ (La Ruta de los Cinco Castillos), que incluye los Trois-Châteaux de Haut-Eguisheim, el Castillo Hohlandsbourg y el Castillo Pflixbourg.
Consejos y Recomendaciones
Dirígete a Colmar, una ciudad encantadora con sus coloridas casas de entramado de madera, tradiciones arraigadas y un savoir-vivre incomparable. Ubicada en la encrucijada entre las ciudades del este de Francia, Alemania y Suiza, la prefectura del Alto Rin tiene mucho que ofrecer. ¿Sueñas con un fin de semana o unas vacaciones en la región? ¿Por qué no optar por un viaje eco-responsable? Es una manera fácil y agradable de pasar tus vacaciones, y puedes llegar en tren con varias conexiones rápidas desde Estrasburgo en 30 minutos, París en 2 horas y 30 minutos, y Lyon y Dijon. Una vez allí, explora el centro de la ciudad a pie. Para ampliar tu área de descubrimiento, utiliza las opciones ecológicas que ofrece la ciudad, como autobuses y TER. Para reducir aún más tu huella de carbono, date un capricho con productos locales y de temporada. Te encantará su variedad y sus sabores inimitables. Disfruta explorando la "Pequeña Venecia" del Este.
Por Constance Dive
Editora de France.fr.