Los viajeros tienen algo en común: les gusta comer y comer bien. Para ellos, nace una ruta gastronómica única y diversa, de Dijon a Marsella, donde cada experiencia es un viaje a través de sabores y encuentros fortuitos con los locales. ¡Síguenos al Vallée de la Gastronomie!
La Vallée de la Gastronomie – France® (valle de la gastronomía) es una experiencia creada para viajar no solo con maletas, sino con los sentidos. A lo largo de los valles del Saona y del Ródano, hasta el Mar Mediterráneo, se van colando una diversidad de auténticos sabores que han contribuido al savoir-faire francés. El itinerario invita a sentarse a la mesa, pero también a recorrer el fascinante mundo del vino sin olvidar la importancia cada vez mayor de elegir lo orgánico y producido con respeto hacia la tierra.
La Vallée de la Gastronomie
La Vallée de la Gastronomie® está pensado para los sibaritas, sí, pero también para aquellas familias con ganas de enseñar a sus hijos el arte del buen comer, para esas parejas de enamorados que buscan el maridaje perfecto entre una buena comida y mágicos atardeceres o para aquellos viajeros solitarios que saben bien que el mejor souvenir que se pueden traer de regreso a casa es una experiencia inolvidable. Los más atrevidos disfrutarán de experiencias insólitas como la SpéléOenologie® en la cueva Saint-Marcel (Ardèche), con una degustación de vinos Côtes du Rhône en la oscuridad total, a 100 metros bajo tierra.
Ahora más que nunca, hemos aprendido a valorar estilos de vida que nos transportan a vivencias más saludables, hemos logrado apreciar los procesos artesanales y la historia que hay detrás de ellos. Hoy, sabemos que los procesos sí importan y que el comercio local no solo brinda frescura sino oportunidades, y es así como la gastronomía francesa emerge de nuevo con fuerza, atrayendo a propios y extraños a esas cocinas donde el barullo y el sonido de las cacerolas anuncian lo que será un entremés exquisito, previo a un festín que resultará inolvidable.
Vino y gastronomía: el valle brinda experiencias imperdibles
La Vallée de la Gastronomie®, conformado por tres frondosas regiones, es un caleidoscopio de experiencias sensoriales que llevan al viajero a vivir encuentros amistosos con productores y chefs, a catar vinos de carácter y probar platos generosos que forman parte de la tradición e identidad de Francia.
En Beaune, capital de los vinos de Borgoña, los viajeros despertarán sus papilas con el dulce picor de la mostaza. La Moutarderie Fallot conservó el método ancestral y tradicional de fabricación, pero supo innovar y modernizarse con una gama muy diversa de sabores.
A las afueras de Lyon, los viñedos del Beaujolais revelarán sus secretos. Basta con subir a una combi VW de 1964 para descubrir, de la mano de Thierry de Wine Tasting Truck, más de lo que se pudiera haber imaginado. Por otro lado, la experiencia Viticultor por un Día deja ver las implicaciones diarias que significan estar al frente de un viñedo. Si sé es un apasionado del vino, este será un momento memorable.
La Magdeleine, a 15 km de Marsella, es la máxima expresión de lo que es el art de vivre a la provenzal, entre viñedos y olivos. La cena maridaje con vinos y aceites de olivo a cargo del chef Michelin Mathias Dandine, servida en una bastida del siglo XVIII, forma parte de esas experiencias que hay que vivir por lo menos una vez en la vida. El viaje culinario comienza aquí, entre aromas a pan recién horneado, campos de lavanda y la sedosidad de un buen vino francés.
La Vallée de la Gastronomie en cifras
- 3 regiones: Borgoña-Franco Condado, Auvernia-Ródano-Alpes y Provenza.
- Un recorrido de 620 km.
- Más de 450 ofertas golosas (Offres Gourmandes) que resaltan la tradición, la diversidad y la identidad única de cada territorio.
- 23 experiencias extraordinarias (Expériences Remarquables). El viajero se vuelve actor de su propia experiencia, de la mano de un profesional de la gastronomía. Lo que importa es el encuentro y el compartir el conocimiento.
Para saber más:
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Las Cités Internationale de la Gastronomie et du Vin de Borgoña son un destino para dar vida a los valores reconocidos por la Unesco de la comida gastronómica francesa y los pagos (climats) de viñedos de Borgoña.
Por Fernanda Bermúdez
Periodista.
