Aventuras ecorresponsables para toda la familia en Martinica

Empieza explorando la Reserva natural de Caravelle, en Tartane, un entorno de 378 hectáreas de plantaciones de caña de azúcar, plataneras, manglares, playas y vistas impresionantes. Desde el primer día, podrás empaparte de la belleza de «Madinina», que significa «isla de las flores», antiguo nombre amerindio de Martinica, que evoca su exuberante vegetación.

Haz una pausa a mitad del recorrido para disfrutar de un picnic en una suntuosa playa con el evocador nombre de «Bahía del Tesoro».

Tras la caminata, opta por un baño en la playa de Anse l'Étang, en Tartane, un ambiente muy familiar en un auténtico pueblo de pescadores.

Haz las maletas para pasar dos noches en el Hotel French coco, un ambiente refinado impregnado de sabor criollo.

¡A caballo! En tu segundo día en Martinica, dirígete a la playa de Sainte-Marie para dar un paseo a caballo con Les Sabots dans le sable. Esta asociación organiza paseos para revivir las tradiciones de trabajadores y esclavos. Una actividad que gustará a grandes y pequeños.

Por la tarde, toma una clase de surf en la playa de Anse Bonneville, en Tartane: es el lugar preferido de los lugareños, ideal para aprender a surfear gracias a sus olas regulares. Perfecto para padres e hijos.

Después de las primeras olas, nada como cenar con los pies en la arena en Cocoa Beach. Déjate arrullar por el sonido de las olas.

En su tercera mañana en Martinica, explora la bahía de Robert a remo o en kayak y admira su blanco fondo marino y las iguanas del Islote Chancel. Un consejo: ¡no olvides la crema solar para toda la familia!

Tras esta mañana deportiva, opta por una tarde cultural con una visita a la Habitation Clément. El programa incluye un recorrido por la destilería, los jardines (que incluyen un majestuoso palmeral) y una visita a la exposición temporal.

Al final del día, cruza la isla hacia el norte y disfruta del cambio de paisaje y clima.

Deja tus pertenencias e instálate durante 3 noches en el Village Pomme Cannelle: una residencia hotelera enclavada en el corazón de un exuberante jardín exótico que te invita a descubrir el norte de Martinica de forma auténtica y sostenible.

Sube a bordo de un esquife tradicional con Jean-Guy, pescador y submarinista experimentado... Natural de Martinica, Jean-Guy te llevará a recorrer los fondos marinos de su isla.

El programa incluye avistamiento de delfines, baño y un almuerzo tradicional criollo en una playa a la que sólo se puede acceder en barco. Un día fuera del tiempo para una inmersión total en la cultura y la tradición martiniqueñas.

Comienza tu exploración del norte de Madinina con una visita a Habitation Céron, una antigua refinería de azúcar que alberga un extraordinario jardín, un bosque tropical y uno de los árboles más antiguos del Caribe: un zamana de 350 años.

Para almorzar, Habitation Céron cuenta con un restaurante que sirve un menú local elaborado íntegramente con productos cultivados en la finca.

Por la tarde, da un paseo por la naturaleza salvaje para llegar a la Cala Couleuvre, una playa de arena negra y aguas color esmeralda bordeada de bosque tropical. Un auténtico paraíso.

Este sexto día de su viaje estará dedicado a la flora y la fauna de Madinina.

Por la mañana, dirígete a Le Carbet para visitar el Zoológico de Martinica. Un recorrido didáctico para que los jóvenes visitantes descubran las especies endémicas de las Antillas. Por el camino, te encontrarás con monos, jaguares y mapaches.

Para comer, toma asiento en el restaurante Le Fromager, con sus impresionantes vistas sobre Saint-Pierre. Un menú locavore con marisco recién capturado. El nombre del restaurante hace referencia al legendario árbol Fromager, que sobrevivió a la erupción del monte Pelée en 1902, así como a varios ciclones y huracanes.

Por la tarde, pasea por el Jardin de Balata. En 1982, Jean-Philippe Thoze, horticultor paisajista, decidió hacerse cargo de la casa de sus abuelos y crear allí un jardín. Hoy en día, hay 3.000 plantas y flores exóticas para admirar. Todo un placer para los sentidos.

Al final del día, regresa al sur de la isla, cerca de Anses d'Arlet, para alojarte dos noches en Ti'Bakoua. Situada en un paraje virgen, en pleno corazón de un jardín tropical, la finca ofrece bungalows y villas... pero también una cabaña encaramada a un espléndido baobab con unas vistas impresionantes sobre el mar Caribe. ¡Bienvenido al paraíso!

Familiarízate con la gastronomía criolla en un taller de cocina para grandes y pequeños con Tatie Maryse, la famosa chef de la isla. Esta agradable experiencia culinaria te proporcionará uno de los mejores recuerdos de Martinica: ¡una receta!

Para el almuerzo, disfruta de tus platos elaborados con Tatie Maryse. ¡Ahora es el momento de comprobar y ajustar tu receta para tu próxima prueba!

El cultivo del plátano es parte integrante de la agricultura de Martinica. Súbete a un trenecito por una plantación de plátanos de 65 hectáreas y descubre cómo se cultiva la famosa fruta y los secretos de su producción.

Termina el día en La Maison Clémentine, en el tranquilo barrio de Didier, en Fort de France, para una estancia de dos noches. Este hotel ofrece cinco lujosas suites con todas las comodidades modernas, algunas de ellas con terraza o piscina privadas. Disfruta de un desayuno continental servido en la terraza o en su habitación, con fruta fresca del jardín y zumos recién exprimidos. Un entorno ideal cerca de una gran variedad de tiendas y restaurantes.

Pasa una mañana explorando la historia y el patrimonio de la isla antillana con una visita a La Savane des Esclaves. Este museo recorre 400 años de la historia de Martinica, ilustrando la vida cotidiana de los esclavos en viviendas del siglo XIX fielmente reconstruidas.

Para comer, reserva mesa en Ti Payot, un bar-restaurante especializado en pescados de la zona.

Una tarde de relax en las playas de anse Dufour y anse Noire. Tómate su tiempo con la familia para practicar esnórquel e incluso observar a las tortugas que deambulan por la arena.

Para el último día en Madinina, ponemos rumbo al sur al encuentro de sus playas de ensueño.

Por la mañana, un paseo por la Savane des Pétrifications: un sendero de 4 km que bordea la costa en una zona casi desértica. Un paisaje insólito que se diferencia del resto de la isla.

Es tu última tarde en la Isla de las Flores, así que aprovecha para relajarte en la playa de postal de Les Salines, con sus aguas turquesas bordeadas de cocoteros. Un pedacito de paraíso.

Pasa la noche en Dom Nature Lodge, un insólito concepto ecológico con alojamientos atípicos: en una burbuja, bungalow, autobús reconvertido... ¡tú eliges!

Para saber más

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