Un día por el París histórico, visto por Lupin

Tu día en París siguiendo los pasos de Lupin comienza en la rue de Monceau, en el 8.º arrondissement, para descubrir la impresionante mansión Pellegrini. O más bien, el espléndido Museo Nissim de Camondo. Este hôtel particulier, inspirado en las residencias aristocráticas del siglo XVIII, fue diseñado en 1911 por el célebre arquitecto René Sergent a petición de Moïse de Camondo. El objetivo de este último era encontrar un espacio donde almacenar y dar vida a su colección de objetos y obras de arte, que precisamente provienen de esa época: pinturas, tapicerías, muebles, orfebrería, porcelana, alfombras… Todos de una calidad y finura raras.

El edificio ofrece, en varios pisos, una fascinante inmersión en el tiempo de la burguesía del siglo XVIII. Desde la cocina, donde se erige una imponente asadera y una estufa central, hasta la biblioteca con sus paneles de roble natural, nada se deja al azar. No te pierdas las creaciones del ebanista Weisweiler y la tapicería "La Brioche" en el comedor, o las preciosas porcelanas de la Manufactura de Sèvres en el gabinete que les está dedicado. En la gran oficina, varias tapicerías de Aubusson narran las Fábulas de La Fontaine, y en el baño de Moïse de Camondo, los azulejos azul y blanco sorprenden por su modernidad.

Antes de abandonar el lugar, no olvides pasar por el vestíbulo para admirar la fuente en forma de concha de mármol rojo real y su delfín de plomo dorado. Una pieza excepcional que demuestra que el Museo Nissim de Camondo es uno de los más bellos e inolvidables de París.

Ten paciencia, el museo ha cerrado temporalmente sus puertas para importantes trabajos de renovación y no volverá a abrir hasta 2026. No te preocupes: el Parc Monceau, situado a pocos pasos, es un paso ineludible y una muy buena introducción al universo de Lupin. Porque Assane adora dar citas en los parques, pero también porque el parque Monceau, en particular, ofrece una vista impresionante de toda la elegancia parisina de los escenarios de la serie: rejas de hierro forjado realzadas en oro, estatuas, árboles gigantescos, un gran estanque e incluso un arco renacentista del antiguo Ayuntamiento de París. Todo está reunido para pasear por los pasos de Lupin. Además, el museo Cernuschi, dedicado a las artes asiáticas y situado a la salida este del parque, vale la pena.

• Museo Nissim de Camondo

Después del 8.º arrondissement, tu día en París siguiendo los pasos de Lupin continúa en el centro de la ciudad para descubrir otro lugar excepcional: la Biblioteca Nacional de Francia en el sitio Richelieu. Es allí donde el hijo de Assane Diop, Raoul, se embarca en la investigación sobre los pasos de Arsène Lupin. Y se puede entender: su Sala Oval, inaugurada en 1936 tras más de treinta años de trabajos, impresiona de inmediato gracias a su claraboya situada a 18 metros de altura y sus dieciséis óculos acristalados acompañados de mosaicos. En esta sala sola, los visitantes pueden consultar más de 20,000 volúmenes, dedicados en particular a las artes escénicas, mapas y planos, estampas y fotografía, manuscritos, monedas e incluso música. Es en la parte museo donde podrás admirar el trono de Dagoberto, estampas de Picasso, el tablero de ajedrez de Carlomagno o incluso el manuscrito de Notre-Dame de París de Victor Hugo. Además, se organizan visitas regularmente para que puedas disfrutar al máximo de todas las riquezas del sitio.

Cabe destacar: la Biblioteca reabrió en 2022 después de doce años de trabajos. ¡Ya no tienes excusa para no aprovecharlo!

• Biblioteca Nacional de Francia de Francia

Cerca de la BnF, también podrás disfrutar de la espléndida Galería Colbert, donde Claire, la exesposa de Assane, intenta robar un libro de las colecciones de la Biblioteca. Situada cerca de la Galería Vivienne, que también merece una visita, fue construida a principios del siglo XIX y lleva el nombre de uno de los ministros más conocidos de Luis XIV. A los visitantes les gusta detenerse mucho tiempo en su rotonda para admirar su cúpula de vidrio, que tiene una altura de 17 metros. En el centro, en el pasado había un candelabro de bronce sobre el cual se posaba una corona de siete globos de cristal. Iluminado a gas, llevaba el nombre de “cocottier lumineux”. Hoy en día, ha sido reemplazado por una estatua de Eurídice. La galería también tuvo un período de cierre en 1975, antes de ser adquirida por la Biblioteca Nacional y renovada en 1986. Ahora alberga el Instituto Nacional de Historia del Arte (INHA) y el Instituto Nacional del Patrimonio (INP). Si bien hay menos comerciantes que en el pasado, la Brasserie Colbert y su decoración Art Nouveau siguen siendo un lugar imprescindible, ideal para tomar un café mientras lees una aventura de Arsène Lupin, por ejemplo.

¡Es hora de un merecido almuerzo! Te recomendamos el Appartement Saint-Martin, donde Assane se encuentra con Claire, y lo entendemos: esta brasserie, además de ofrecer brunch, cuenta con una amplia selección de ensaladas, tablas de degustación, hamburguesas e incluso tatakis. ¡Nadie queda olvidado! Al salir, tómate un momento para admirar una famosa puerta que lleva el mismo nombre que este restaurante. La Puerta Saint-Martin, situada en la frontera entre el 3.º y el 10.º arrondissement, en la intersección de cuatro calles y bulevares diferentes, es un punto de referencia en la capital. Construido en 1674 sobre la antigua muralla de Carlos V y con una altura de 18 metros, este arco fue diseñado por Pierre Bullet y forma parte de los trabajos de diseño de los bulevares llevados a cabo en la época por… Colbert. ¡Todo está relacionado en esta visita!

Te aconsejamos prestar especial atención a los bajorelieves que representan a Luis XIV, especialmente bajo los rasgos de un Hércules semidesnudo con su maza. Normal: el arco fue erigido para celebrar las victorias del rey en Franco Condado en el marco de las guerras de Holanda.

Última anécdota, por lo menos inesperada: la puerta encierra un secreto, un acceso oculto a una estación de metro "fantasma", cerrada en 1939 por estar demasiado cerca de las estaciones República y Strasbourg Saint-Denis.

Además, pasarás justo al lado del Teatro de la Puerta Saint-Martin, una sala legendaria donde se han representado algunas de las obras más famosas desde su construcción (en solo dos meses) en 1781. ¡No dudes en informarte sobre su programación si te apetece!

Tu día en París siguiendo los pasos de Lupin continúa. Después de un paso por la Plaza de la República y un paseo a lo largo del Boulevard Richard Lenoir, llegarás a Bastilla y su famoso estanque del Arsenal, que desemboca en el Sena. Es aquí, en la Pasarela de Mornay, donde Assane se reúne con su familia en una última escena emotiva de la primera parte de la serie. Inaugurada en 1825, permite a los parisinos cruzar el canal de Saint-Martin y hacer la conexión entre el 4.º y el 12.º arrondissement.

Tu paso por esta pasarela te permitirá no solo admirar los barcos amarrados en el arsenal, echar un vistazo a la Ópera, estar atento a la Plaza de la Bastilla, y por qué no, hacer un ligero desvío por la rue Crémieux, famosa por sus adoquines y sus casas coloridas.

Desde la Pasarela de Mornay, cruza el Puente de Austerlitz, recorre el espléndido Jardín de las Plantas, pasa por las Arenas de Lutecia, el Panteón, y dirígete a un jardín muy particular. No el del Luxemburgo, aunque este último vale la pena, sino el de los Grandes Exploradores. Es aquí, y más precisamente al lado de la Fuente de las Cuatro Partes del Mundo, donde se pudo ver a un joven Assane jugar con su padre.

El edificio, elaborado entre 1867 y 1874, destaca de inmediato gracias a su escultura central: se ven cuatro mujeres sosteniendo una esfera. La simbología es importante. Cada mujer representa una de las partes del mundo conocidas en la segunda mitad del siglo XIX. Se puede notar especialmente una cadena rota a los pies de la mujer que representa el continente africano. Pero hay una cadena en la que América mantiene un pie, en eco al movimiento de abolición de la esclavitud que aún estaba en curso en el mundo en esa época. La instalación se completa con representaciones de ocho caballos de mar, agitados entre delfines y tortugas.

Esta obra es tan significativa que fue inscrita desde 1926 como monumento histórico. No podemos aconsejarte lo suficiente que te instales en el jardín y admires esta fuente tan singular, reflexionando sobre los descubrimientos realizados a lo largo de este día en París siguiendo los pasos de Lupin.

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