Las vistas más bonitas de Córcega para disfrutar en pareja

Desde el primer instante, el encanto indescriptible de la «Isla de la belleza» te envuelve por completo. Tu primera parada es Calvi y el centro histórico de la ciudad para impregnarte de un ambiente acogedor. Déjate llevar por el laberinto de callejuelas empedradas y pasea a lo largo de la marina de la capital de Balagne. Todos los caminos conducen hacia el corazón de Calvi, donde se encuentra la majestuosa Ciudadela. Desde su posición elevada, ofrece unas bonitas vistas 360° que abarcan la ciudad entera, la bahía y las montañas de los alrededores.

Pero tu aventura no termina ahí, a solo unos kilómetros de distancia, escápate a la tranquilidad de la playa salvaje de Bodri. Accesible en tranvía, este pequeño viaje te guía por un sendero hacia un verdadero paraíso, donde la arena blanca se fusiona con las aguas turquesas.

Al caer la tarde, brinda por este día con tu pareja frente a un atardecer inolvidable, Villa Calvi sumergidos en la naturaleza y con vistas a la bahía. Y, para terminar, deja las maletas en el Hotel La Signoria, un oasis de paz que mira hacia las montañas. Aquí podrás dormir en una cabaña insólita y elegante, situada en la cima de un árbol.

Despierta bajo el cielo radiante, visita Piana y sus fabulosas calas. La ruta por la D81 es toda una experiencia: una sinuosa carretera que ofrece unas vistas espectaculares, donde el azul intenso del mar se encuentra con la imponente roca roja. ¡No hay nada más romántico!

Visitar las calas de Piana en barco, ¡una actividad que no puedes perderte! Prepárate para adentrarte en un paisaje único, declarado patrimonio de la Unesco. Explora las cuevas marinas, date un baño en las piscinas naturales y visita la Reserva Natural de Scandola, un refugio protegido para la fauna y la flora del Mediterráneo. Un momento inolvidable.

El viaje continúa hacia Porto para el deleite de la vista y el gusto Palmier. Este pintoresco pueblo es un lugar tranquilo donde el deseo más grande será detener el tiempo.

El día termina en un refugio de elegancia y privacidad, escondido entre las montañas y con vistas al mar en Bergeries d’Arone, ¡como si de un sueño se tratase!

Empieza el día alejándote del litoral para adentrarte en el interior. Tu viaje te lleva por la carretera D84, rodeada de naturaleza, hacia el elevado y emblemático pueblo de Corte. Esta atraviesa el impresionante pico de Vergio, uno de los más altos de Córcega, con 1478 m de altitud, donde te esperan unas vistas inolvidables de las montañas. Al llegar a Corte, antigua capital de la isla, te sumergirás en su historia paseando por el centro histórico, explorando el majestuoso castillo y la imponente Ciudadela. Admira las pintorescas fachadas, la ropa secándose en las ventanas y las sombras que bailan sobre el empedrado.

Pasea por la plaza de Belvédère, desde donde podrás dominar la vista del pueblo y apreciar el valle de Restonica y de Tovignano. Para la comida, disfruta de los sabores autóctonos de la isla en el Auberge de la Restonica, un lugar con una cocina corsa refinada, a pocos pasos del increíble Hotel Dominique Colonna, un entorno idílico rodeado de vegetación donde pasar la noche.

Por la mañana temprano, parte hacia Ajaccio, atravesando pueblecitos corsos que por sí solos invitan a soñar durante el viaje. Al llegar, déjate llevar por las coloridas calles bajo el sol mediterráneo, entre majestuosas palmeras y un patrimonio histórico fascinante. Esta ciudad imperial, cuna del emperador Napoleón Bonaparte, vive aún hoy impregnada de su legado: un museo ubicado en la casa donde vivió, estatuas suyas que adornan la ciudad, plazas públicas... La capilla imperial y la catedral son monumentos que no puedes perderte, al igual que el mercado cubierto, punto de encuentro de los habitantes. Tras un paseo por la ciudad, dirígete a una de las playas más bonitas, Mare e Sole, también conocida como la playa de plata, para disfrutar de sus aguas cristalinas y arena blanca con destellos plateados, un entorno idílico y romántico. Recomendamos reservar una mesa en uno de los chiringuitos locales para saborear una comida con los pies en la arena y dedicar el resto del día a relajarse entre la tumbona y el agua del mar.

Para terminar el día, deja las maletas en  Sofitel Golfe d’Ajaccio, reconocido por su ambiente acogedor. ¡Ideal para las parejas!

Inicia el viaje hacia el sur de Córcega, desplazándote entre el golfo de Ajaccio y el de Valinco, una ruta que te regala unas espléndidas vistas de la costa y acceso a playas paradisíacas. Abbartello, Olmeto Plage, Capicciolo o la divina playa de Propriano, solo tendrás que elegir cuál para disfrutar de un baño en pareja.

Come frente al mar cerca del puerto recreativo de Propriano, en l’Incantu, que ofrece un ambiente relajado al estilo de los chiringuitos. Si te gusta el buceo, te encantará explorar los fondos marinos de la costa de Propriano. Hazte con unas aletas, unas gafas y una tuba para descubrir la fantástica vida subacuática.

Luego, adéntrate en el corazón de Córcega hacia Sartène, un pueblo construido en un pico rocoso. Esta parada cultural es imprescindible para dejarse seducir por las antiguas calles empedradas y las edificaciones repletas de encanto. Este pueblo fortificado, rodeado de montañas y una vegetación exuberante, se erige como un testimonio vivo de la Córcega más auténtica. Los senderistas pueden alojarse en el Refuge du Phare de Senetosa, un faro frente al mar que ofrece una estancia fuera de lo común.

Empieza el día al alba, recorriendo la carretera T40 entre bosques de pinos y castaños, rumbo a Bonifacio, conocida por su animado puerto recreativo y su impresionante ciudadela medieval situada sobre un acantilado blanco. Pasea de la mano por esta ciudad amurallada, por los acantilados de la ciudadela y maravillándote con el contraste entre la piedra caliza blanca y la exuberante vegetación mediterránea. También podrás hacer una excursión en barco por la Reserva Natural de Bonifacio, desde donde podrás disfrutar de unas vistas espectaculares de la ciudad desde el mar. Otros lugares de visita imprescindible son la escalera del Rey de Aragón, tallada a mano en el acantilado, y el camino de ronda que te conducirá al cementerio marino o al Bastión de l’Étendart.

Al final del día, contempla el atardecer desde un bar de cócteles U Capu Biancu. Por último, dirígete al A Sperenza, un hotel contemporáneo certificado con el distintivo Ecolabel.

Porto Vecchio, una ciudad animada y auténtica, también tiene su encanto con sus plazas pintorescas, su bullicioso mercado, su puerto y su faro de la Chiappa. Conocida por sus numerosas playas, ¿te apetece un último chapuzón en las aguas turquesas de Palombaggia?

Para una comida romántica o una cena con los pies en el agua, elige un acogedor bar de playa. Luego, retírate para descansar en el Belvédère, un encantador alojamiento con casas abovedadas situadas a orillas del mar.

Para saber más:

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