Por allí, una estatua que parece querer escaparse. Por aquí, un área de juegos lúdica y poética. En Nantes, el arte sabe sorprender a los paseantes cuando menos se lo esperan, gracias a una colección de unas cincuenta obras heredadas de las anteriores ediciones del Voyage à Nantes y que pueden contemplarse durante todo el año. France.fr te presenta sus preferidas. Abre bien los ojos…
La más emblemática: Los Anillos de Daniel Buren y Patrick Bouchain
Desde hace más de 10 años, estos anillos, obra del artista plástico Daniel Buren y del arquitecto Patrick Bouchain, decoran el muelle de Antilles, a lo largo del Hangar à Bananes. Son 18 en total y ofrecen una doble perspectiva, a la vez arquitectónica sobre la ciudad y natural sobre el río. A la caída de la noche, se transforman en una aureola luminosa, tiñendo la punta de la isla de Nantes con tonos rojos, verdes y azules.
La pequeña novedad: Le Belvédère de l'Hermitage de Tadashi Kawamata
Cada año, el recorrido perenne de El Viaje a Nantes se enriquece con nuevas obras. Entre las novedades de 2019, el Belvédère de l'Hermitage del artista Tadashi Kawamata que se lanza desde lo alto de la colina Sainte-Anne. Alzándose a cerca de 20 metros del suelo, esta pasarela de 36 m de largo parece el nido de un pájaro desde donde pueden disfrutarse unas vistas incomparables de la ciudad y el río.
La más bestial: Les Machines de l’île
Este bestiario extraordinario no deja de sorprender. Sale directamente de la imaginación de Pierre Orefice y François Delarozière, unos constructores chiflados que han instalado su taller bajo las naves de los antiguos astilleros de la ciudad. No es infrecuente que algunas de estas máquinas vivas se escapen para disfrute de los niños pero también de los adultos. Entre las más conocidas, la preferida es el elefante de 12 metros de altura. Tampoco hay que perderse el Carrusel de los Mundos Marinos, verdadera escultura mecánica dedicada al mar, con pescadores de todo el mundo, un cangrejo gigante, un pez pirata y un calamar con retropropulsión.
La más inesperada: El arte de la señalización
Los que se pasean por el centro de Nantes mirando hacia arriba pueden llevarse algunas sorpresas. Desde 2014, en el transcurso de El Viaje a Nantes, los comercios han visto cómo poco a poco sus rótulos han sido reinventados con la imaginación y la creatividad de artistas cuyas obras suscitan diversión y preguntas. Nos reímos con el mítico animal de pelo largo que sobresale en la entrada de una tienda de la calle Bouffay, antes de ver el rebaño de animales disfrazados encima de la carnicería vecina. No te pierdas el unicornio de hielo de la rue du Château o las dentaduras gigantes en las que se sustituyen los dientes por Rigolettes, una especialidad de Nantes, que adornan la fachada de la confitería del mismo nombre.
La más condensada: Micr’Home
Desde la calle se ve el interior de este sorprendente apartamento de tres plantas situado a 5 metros de altura y encajado entre dos edificios. Creado por Myrtille Drouet, Micr’Home propone vivir en la ciudad de un modo distinto, concentrando en 26 m², tres niveles y 2 metros de ancho todas las habitaciones de un apartamento. ¿Quieres probar a vivir en una casa de muñecas? Puedes hacerlo, reservando alojamiento para una o varias noches.
La más lúdica: el área de juegos de Kinya Maruyama
¿Quién ha dicho que el arte no es cosa de niños? Desde luego esa no es la opinión del artista japonés Kinya Maruyama que firma aquí un área de juegos a la vez lúdica y poética. Los niños se divierten a lo largo del cuerpo de este monstruo marino con cabeza de rinoceronte instalado en medio del parque Mercœur, en el centro de la ciudad.
La más irreverente: Éloge du Pas de Côté de Philippe Ramette
En la plaza del Bouffay, un extraño personaje en bronce parece decidido a escaparse de su pedestal de piedra. Este hombre vestido con traje de chaqueta, que tiene los rasgos del artista Philippe Ramette, representa la alegoría de “echarse a lado” y simboliza la audacia de la ciudad, su compromiso y su relación con la cultura. Su posición descentrada permite asimismo realizar unas fotografías muy originales. También se puede admirar una segunda alegoría realizada por Philippe Ramette en el Cours Cambronne. Se trata de la que representa la transgresión, personificada por una colegiala que escala un pedestal vacío.
Por Constance Dive
Editora de France.fr.