Lyon, el sabor de Francia

Inspiración

LyonGastronomía & Vino

Viejo Lyon
© Tristan Deschamps - Lyon Tourisme et Congrès - El viejo Lyon.

Tiempo de lectura: 0 minPublicado el 10 octubre 2022

Más de dos mil años de historia han dejado su huella en las calles y monumentos de Lyon, la capital gastronómica del país que podemos descubrir a pie o en bicicleta.

La colina de Fourvière resguarda las impresionantes ruinas romanas, y desde ahí se aprecia la ciudad de techos abuhardillados, tejas rojas, chimeneas y rascacielos que siguen el cauce de los ríos Ródano y Saona. Muy cerca, se aprecia la catedral en estilo gótico-románico de San Juan Bautista, emblema del Viejo Lyon, barrio de casonas medievales y renacentistas.

Catedral San Juan Bautista
© G. Reynard / Auvergne-Rhône-Alpes Tourisme - Catedral San Juan Bautista, en Lyon.

Un poco más lejos está la Presqu´île, una península con palacios y edificios del s. XVII y, en el horizonte, la colina de la Croix-Rousse, una zona bohemia que conserva el encanto de los talleres de seda que surgieron durante la Revolución Industrial. Lyon se expande en el espacio y el tiempo para deleitarnos con hermosos bulevares rodeados de edificios hausmannianos del siglo XIX, como la avenida Foch, que termina en el verdor de la Tête d’Or, el segundo parque urbano más grande de Francia. 

Lyon en bicicleta, pasarela del Palais de Justice, sobre el río Saône
© A. Stenger / Auvergne-Rhône-Alpes Tourisme - Lyon en bicicleta, pasarela del Palais de Justice, sobre el río Saône.

Con más de 500 km de carriles ciclistas y un sistema que ofrece una bici en préstamo todo el día por tan sólo 4 euros, Lyon se puede recorrer con facilidad pedaleando por los muelles de los ríos. Uno de los mejores paseos es llegar hasta la Confluence, un antiguo muelle industrial que se ha transformado en un barrio de arquitectura atrevida, con un moderno museo que surge como una nave plateada en la confluencia de ambos ríos; un paseo entre las típicas embarcaciones atracadas en el puerto, antiguas fábricas convertidas en centros culturales como la Sucrière y descansos para apreciar los estanques que protegen la fauna local.

Museo de Confluences
© Quentin Lafont - Lyon Tourisme et Congrès - Museo de Confluences, en Lyon.

Lyon es uno de los 10 mejores destinos del índice de movilidad sostenible y el mejor posicionado de Francia, con 45 puentes y pasarelas que invitan a perderse en sus barrios, hermosos jardines, miradores, túneles peatonales y un eficaz servicio de metro y tranvía; pero además, es la capital gastronómica del país. Naturaleza, paseos y buena comida es una buena combinación para un viajero gourmet.

A comer como los locales

La Meunière, un bouchon de Lyon
© M. Kirchgessner - La Meunière, un bouchon de Lyon.

Algo único de Lyon son los *bouchons*, restaurantes tradicionales con especialidades de los productores locales: charcutería, quesos y, para los más osados, la típica andouillette, un embutido hecho de intestinos de ternera o cerdo con especias. Para postre la tarte aux pralines, y no hay que olvidar los vinos del Beaujolais, la región vinícola de la zona.

La Meunière es un buen *bouchon*, con recetas clásicas que conservan la calidad de los ingredientes y un menú diario que ofrece patés, terrinas, encurtidos, salchichones secos y quenelles, uno de los platos insignia de Lyon: una pasta de sémola de trigo con mantequilla que suele prepararse con salsa de tomate y champiñones, pero que en La Meunière se sirve con salsa de bogavante y arroz pilaf. Para probar un bouchon más orientado a lo contemporáneo, visite Daniel et Denise, del chef Joseph Viola, nombrado Meilleur Ouvrier de France. Su paté en costra al foie gras ha ganado numerosos premios y su carta propone maridarlo con una copa de Viognier, una cepa antigua y endémica de la región de Auvernia-Ródano-Alpes.

Un tour por brasseries y bistrós

Café Terroir, un bristrot de Lyon
© © Café Terroir - Mesa del Café Terroir, un bristrot de Lyon.

Nacieron como cervecerías, pero ahora son restaurantes, y la Brasserie Georges es una de las mejores de Lyon. Desde 1836 se anuncia con el lema "Buena cerveza y buena comida". En el menú, hay una lista de las celebridades que han frecuentado el lugar: Émile Zola, Édith Piaf, Julio Verne, Colette y Jean-Paul Sartre, entre muchos otros. La carta es extensa, pero los lioneses recomiendan la choucroute, un platillo llegado de Alemania, pero renovado por la excelente charcutería local. Por su parte, los bistrós eran lugares que nacieron como cafés y ofrecían comida casera, un concepto retomado por Le Bistrot du Potager, con mesas para compartir platos como el tentáculo de pulpo a la naranja y nuez o que propone poner al centro tablas de quesos con delicias locales, como el tomme de los Alpes o las Saint-Jacques, vieiras a la parrilla servidas con un fumet de pescado, rábanos y ajo de oso.

Restaurantes con estrellas

Restaurante La Mère Brazier
© M. Cellard - Lyon Tourisme et Congrès - Restaurante La Mère Brazier.

Lyon tiene 18 estrellas Michelin repartidas en 15 restaurantes como la Mère Brazier, que ofrece los clásicos huevos mimosa con espárragos o platos únicos como el fricasé de abulones. Les Apothicaires propone una cocina de estación, con ingredientes frescos y un menú revisado cada mes, con manjares como el cabillaud, un tipo de bacalao ahumado de sabor intenso que, al igual que el resto de los platillos, se sirve en hermosas presentaciones rodeadas de reducciones y espolvoreadas con especias. Uno de los restaurantes más originales, y recientemente premiado con dos estrellas Michelin, es el Takao Takano, nombre del chef japonés que ha conquistado los exigentes paladares franceses con una cocina creativa que propone invenciones como el filete de trucha alpina cocinada con colas de cangrejos de río, hongos chanterelle y vermú de Chambéry; o el pichón de Poitou, con tupinambo (un tubérculo de origen americano también conocido como alcachofa de Jerusalén), guanciale (cerdo curado estilo italiano) y trufas de Vaucluse. Para deleitarse con una hermosa vista, puede ascender hasta Christian Têtedoie, un restaurante panorámico que domina la ciudad y ofrece delicias como langosta, caracoles o pescado servidos de una manera única.

El sabor de los mercados

Les Halles de Lyon
© Enrique Escalona - Un puesto en Les Halles de Lyon.

Los viajeros pueden disfrutar de los mercados que se ponen a lo largo de los muelles de ambos ríos de Lyon, como el Marché Quai Saint-Antoine de los domingos, en donde se puede disfrutar de ostras y un buen vino; pero además existe Les Halles de Lyon, un mercado con 48 comercios que incluyen queserías, panaderías, pastelerías, cavas, pescaderías, carnicerías y negocios imperdibles como la Charcuterie Sibilia, que desde 1922 preserva la manera de hacer embutidos de Lyon, con joyas como el brioche relleno de salchichón de pistaches o la famosa Rosette de Lyon, una salchicha seca idónea para llevar a un picnic. Les Halles tiene mesas y barras para comer camarones gigantes del Océano Índico, rollos de salmón ahumados y cerrar con un postre de fruta cristalizada de la casa Bahadourian o un chocolate de la prestigiosa Maison Sève.

El Molière de la cocina

Restaurante Paul Bocuse, en Collonges-au-Mont-d'Or
© M. Kirchgessner - Restaurante Paul Bocuse, en Collonges-au-Mont-d'Or.

Hemos dejado al chef más célebre de Francia para el final. Paul Bocuse fue un héroe de la cocina francesa por su trabajo de rescate de las recetas originales. Aprendió a cocinar con maestras como la Mère Léa, una cocinera que vendía en su carrito delicias, como fondos de alcachofas, potajes de trufas, quenelles gratinadas y paté horneado en costra de hojaldre. Bocuse creó platos emblemáticos como el loup en croûte, un pescado envuelto en costra de hojaldre acompañado de una mousse de pescado y salsa reducida de vino tinto. El resultado de su extensa tarea culinaria puede disfrutarse en su restaurante, un palacio colorido y extravagante ubicado en Collonges-au-Mont-d'Or, a 5 km del norte de Lyon, de acuerdo con los críticos, la mayor experiencia culinaria a la que se puede acceder. Hay otras formas de conocer los platos de Bocuse: sus restaurantes Le Nord, Le Sud, L’Ouest y l’Est, cuatro restaurantes en los puntos cardinales de Lyon; y el Institut Paul Bocuse, donde los alumnos de su prestigiosa escuela se esmeran en un restaurante ubicado en el Hôtel Le Royal Lyon MGallery.

El Parque de la Cabeza de Oro

Parque Tête d’Or.
© Yanis Ourabah - Lyon Tourisme et Congrès - Paseando en bicicleta por el Parque Tête d’Or, en Lyon.

La Tête d’Or es el orgullo de los lioneses. Un parque rodeado por rejas verdes con detalles dorados que resguarda numerosos jardines, dos rosaledas de concurso, grandes explanadas verdes, senderos de árboles llegados de todo el mundo, un lago que se puede recorrer en lanchas de pedales y que tiene una pequeña isla con un emotivo monumento que rinde homenaje a los caídos en las guerras. También hay bellezas únicas como un invernadero del siglo XIX, un jardín botánico con los nenúfares más grandes del Amazonas, plantas carnívoras y un jardín mexicano con la mejor colección de cactus y agaváceas. Los chicos pueden ver animales en el zoo (¡de entrada gratuita!), gozar del carrusel, una pista de mini-karting y del mini-golf; alquilar una bicicleta para toda la familia e incluso ver una función de auténtico teatro guiñol, arte que nació en Lyon.

Las orillas del Ródano y del Saona

Muelle del Ródano
© Tristan Deschamps - Lyon Tourisme et Congrès - Terraza en el Muelle del Ródano.

Primero en el Ródano, luego en el Saona, las orillas de Lyon se han ido acondicionando poco a poco. Transformadas en lugares de relax y ocio, acogen barcos restaurante, bares flotantes e incluso obras de arte; y se pueden recorrer a pie o en bici. Haz como los lioneses, disfruta de las orillas del Ródano y del Saona.

Por Enrique Escalona

Periodista.

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