Lyon es famosa por su centro histórico, sus restaurantes típicos o "bouchons", sus "traboules" y sus largos muelles animados, pero está llena de otras mil maravillas. El influencer Mat Carlier nos invita a descubrir la ciudad de otra manera recorriendo lugares insólitos.
Deambular por las callejuelas de la Croix-Rousse
Siempre me intrigaron los traboules de la Croix-Rousse. Estos pasadizos secretos, muy típicos en Lyon, cruzan los patios de los edificios y permiten ir de una calle a otra. Me gusta especialmente el traboule de la Cour des Voraces, que está situado en el número 9 de la plaza Colbert. ¿Qué tiene de especial? Pues sus numerosas salidas. ¡Es como jugar a la búsqueda del tesoro! Es sencillamente magnífico y sus escaleras están perforadas con grandes arcos. La Croix-Rousse también es famosa por su arte urbano. Suelo continuar en mi paseo hacia el pasaje Mermet y, desde el Festival de la Peinture Fraîche de 2019, la escalera Mermet se ha transformado en un fresco gigante. ¡Es sublime observarla!
Admirar la casa más antigua de Lyon
Me gusta deambular por el Viejo Lyon, en particular por el barrio de Saint-Georges. Suelo detenerme delante de la casa más antigua de la ciudad, que data del siglo XIV o XV. Se esconde en el callejón Turquet y debe su nombre al propietario de un comercio de seda en Lyon. Es una casa típica con su viejo balcón de madera oscura. Y lo más impresionante es que ¡todavía vive gente en ella!
Tomar un café en el museo Gadagne
El museo de Historia de Lyon y el museo de las Artes de la Marioneta están situados en el barrio de Saint-Jean. La cafetería del museo Gadagne está muy escondida, pero vale la pena visitarla. Se encuentra en los jardines colgantes, bajo unos pasadizos romanos en medio de viñedos y rosales. Cuando voy, me olvido de que estoy en plena ciudad. Es el lugar ideal para desconectar del mundo.
Subir a los tejados de la basílica de Fourvière
He subido en muchas ocasiones a este lugar y nunca decepciona. Se organizan visitas nocturnas durante las cuales es posible descubrir los áticos y los tres carillones de la basílica con sus veintitrés campanas. Cuando hace buen tiempo, se puede incluso subir a los tejados, y la vista de Lyon es espectacular y mágica.
Ver amanecer desde la colina de Fourvière
En Fourvière, me gusta pasear por el parque de las Alturas (Hauteurs) y tomar la pasarela de los Cuatro Vientos, en el camino del antiguo viaducto, que mide 600 metros de largo. La vista es maravillosa y muy relajante. Desde el parque me dirijo al cementerio de Loyasse, donde nada es tétrico sino todo lo contrario: es un lugar que me encanta porque está muy bien cuidado y se puede ver una arquitectura funeraria increíble en algunas tumbas. Una de ellas, por ejemplo, tiene forma de pirámide. Con todas esas tumbas tan impresionantes, se tiene realmente la sensación de estar en un museo. Allí reposa el Maestro Philippe, un antiguo místico y curandero lionés. Siempre me sorprenden los textos que cubren su tumba; la gente viene a visitarla y no dudan en hablarle.
Visitar el Grand Hôtel-Dieu
El Grand Hôtel-Dieu es un antiguo hospital situado en las orillas del Ródano. Fue renovado durante años y acaba de abrir sus puertas al público. En él encontramos un centro comercial, un restaurante en el antiguo refectorio y también el InterContinental, un hotel de lujo con un bar que cualquiera puede disfrutar. Me impresiona la altura del techo de la cúpula. Todo está esculpido, engalanado, pintado; es realmente magnífico. Me dirijo a continuación hacia la Ciudad de la Gastronomía, donde se organizan talleres culinarios. Es divertido aprender más sobre el patrimonio culinario lionés. El salón, todo él de madera esculpida, es maravilloso.
Comer en La Tête de Lard
Este bouchon lionés se encuentra cerca del ayuntamiento de Lyon. Todo lo que se come aquí es casero: quenelles, andouillettes y todo tipo de especialidades lionesas. La carta cambia con regularidad y, sobre todo, tiene unos precios asequibles. El recibimiento es cálido, el ambiente agradable y tiene la decoración típica lionesa con Guiñol, la célebre marioneta, y los mantelitos de cuadros vichy. El único inconveniente es que hay que reservar para asegurarse de tener mesa para comer. El restaurante es víctima de su éxito y suele estar lleno.
Pasear por el parque de la Tête d’Or
Este parque es extraordinario y cuenta con infinidad de cosas que ver y descubrir. Me produce asombro mirar los inmensos invernaderos con sus plantas tropicales. Es agradable ir allí por la mañana, cuando se despiertan los animales del zoológico y ver jirafas, serpientes, monos, ciervos... Me siento como si estuviera en el campo. En este parque hay experiencias para todas las edades y todos los gustos. Se puede incluso pasear en barco de pedales. Durante el paseo me cruzo regularmente con la policía a caballo que vigila el parque. Es bastante original, ¿no crees?
Hacer un curso de jardinería en las terrazas de Perrache
Me divierte mucho ir a las terrazas de las azoteas de Perrache, que están situadas en la última planta del intercambiador de Perrache y son el lugar ideal para descansar en medio del espacio verde en la espera entre dos trenes. Este lugar, totalmente novedoso, es un jardín inmenso con plantas y vegetación que mantiene la asociación "Jardins Suspendus", en la que es posible inscribirse en cursos de iniciación a la jardinería. Fue una sorpresa saber que esta pared vegetal, creada en 2007, es la primera pared descontaminante del mundo.
Por Mat Carlier