Desde hace 13 siglos, esta rocosa isla, ubicada en el corazón de una gran bahía y coronada por una maravillosa abadía se aparece a los visitantes como un espejismo. Un espectáculo que no deja a nadie indiferente.
Un milagro arquitectónico
Los constructores de la Edad Media hizieron milagros a pesar de la accidentada topografía del lugar. Primero, hizieron en el año mil una iglesia prerrománica, luego en el siglo XI una abadía románica y, en el siglo XIII, una sublime elevación gótica apodada "Maravilla", compuesta por dos edificios de tres plantas sostenidos como por un milagro en la ladera de la roca y coronados por un claustro y un gran refectorio. Desde la explanada oeste, ¡la vista de la bahía es impresionante!
Un ángel en el cielo
Pesa 820 kilos, mide 3.5 metros y somete con orgullo al dragón del Apocalipsis que le acecha desde el extremo de la aguja de la abadía, a 156 metros sobre el nivel del mar. Restaurado y pintado de oro en 2016, el arcángel Saint-Michel" alcanzó la cima" de la abadía como una estrella... en un helicóptero.
La posibilidad de una isla
Los monjes benedictinos de la Edad Media habían elegido el Mont Tombe por su ubicación incomparable: al fondo de una bahía invadida por el océano y aislado peridicamente en función de las mareas. Pero la sedimentación gradual ha desafiado el futuro de la isla. Al final fueron necesarios 10 años de trabajo titánico emprendido en 2005 y la construcción de una presa (que se visita) para devolverle su carácter marítimo al más extraordinario de los edificios religiosos.
Un espectáculo único en el mundo
En la bahía del Mont-Saint-Michel se producen las mareas más grandes de Europa continental, ¡con hasta 15 metros de diferencia entre la pleamar y la bajamar! Tan pronto como el coeficiente excede 110, el monte se convierte en una isla durante unas horas y es entonces cuando el espectáculo se vuelve grandioso. El agua cubre el vado sumergible, desaparecen todos los accesos por tierra y, de repente, parece flotar. Gracias al puente inaugurado en 2015, puedes llegar al sitio incluso durante la pleamar.
Caminar sobre arenas movedizas
Caminar descalzo sobre la arena de los ríos y sobre las pequeñas franjas de agua para llegar a la "Maravilla"... La travesía de la bahía, al igual que la recorrían los peregrinos de la Edad Media, es una experiencia inolvidable. Y la oportunidad para que un guía te cuente las leyendas y los secretos de este lugar y su ecosistema único en el mundo.
Cordero con sabor a mar
Un pasto regado con agua de mar, rico en sal y minerales, es el responsable de que la carne de los corderos que se crían en esta zona tengan ese sabor único. Criados en los pastos de la bahía del Mont-Saint-Michel, los corderos de las praderas de sal son famosos por su incomparable sabor, razón por la cual están etiquetados como denominación de origen controlada (D.O.C). Ideal para reponer fuerzas tras haber explorado el Mont-Saint-Michel.
Por Pascale Filliâtre
Periodista y viajera.
A menudo, he ido hasta la otra punta del planeta para encontrar lo que Francia nos ofrece… justo al lado. filliatre.pascale@orange.fr