Figura emblemática del fasto y de la elegancia a la francesa, el castillo de Versalles fue ante todo la residencia de numerosos soberanos. Si Luis XIV fue el iniciador, el alma de Versalles está para siempre asociada a María Antonieta, que creó en él un arte de vivir a la vez íntimo y suntuoso. Te llevamos a Versalles siguiendo los pasos de María Antonieta, la más destacada de las reinas de Francia.
9h - Despertar en la habitación de la Reina
Lugar público por excelencia, la habitación de la Reina fue primero la de María Teresa, mujer de Luis XIV y posteriormente de María Leszczyńska antes de estar ocupada por María Antonieta de 1770 a 1789. Desde el despertar de la reina hasta los nacimientos reales, toda la Corte podía asistir a la intimidad de la soberana. Así, 17 “hijos de Francia”, entre ellos el futuro Luis XV, nacieron en esta habitación con la presencia de público, como lo requería la tradición.
11h - Deberes reales en el Gran Apartamento de la Reina
Lugar de vida oficial de María Antonieta, allí cumplía todas las obligaciones como monarca, tanto políticas como religiosas, así como aquellas propias de la etiqueta. En total son 4 salas, incluyendo la habitación de la Reina, que acogen cada año a unos 8 millones de visitantes. Tras tres años de renovación para adecuarse a la normativa, los Grandes Apartamentos de la Reina de Francia María Antonieta reabrieron sus puertas en 2019. Una oportunidad fantástica para comprender la vida diaria de María Antonieta, uno de los personajes más importantes de la Historia de Francia y de Europa.
15h - Pasear en el Gran Trianon
Tras la muerte de Luis XV, María Antonieta recibió como regalo de su marido Luis XVI el Dominio de Trianon. De este modo, se convirtió en la primera reina propietaria de un bien inmueble y emprendió importantes obras de renovación. Transformó asimismo gran parte del jardín botánico de Luis XV en un jardín anglo-chino, muy en boga en aquella época. Con María Antonieta, el Dominio de Trianon se convirtió en un oasis de paz privado donde le gustaba refugiarse al final de su reinado.
17h - Concierto en el Teatro de la Reina en Versalles
Para disfrutar de un lugar fijo dedicado exclusivamente al teatro y a la música que tanto apreciaba, María Antonieta mandó realizar las obras del Teatro de la Reina. Protegido de las miradas, oculto tras un frondoso follaje, el recinto podía acoger hasta 250 espectadores y 20 músicos en el foso. Aunque el Teatro de la Reina ya no es utilizado como sala de espectáculos, su excelente conservación y una magnífica restauración lo convierten en el único teatro del siglo XVIII completamente intacto. El teatro de María Antonieta en Versalles es un lugar excepcional accesible al público durante una visita guiada.
18h - Un momento de descanso en la Casa de la Reina
Tras varios años de restauración, la Casa de la Reina vuelve a estar abierta al público. Situada en el centro de la Aldea de la Reina, construida para María Antonieta a finales del siglo XVIII, en ella se puede contemplar todo el refinamiento del mobiliario interior que contrasta con el aspecto campestre del exterior. En cuanto a los jardines, fueron imaginados por María Antonieta como un lugar sencillo, cerca de la naturaleza, para sensibilizar a sus hijos sobre la agronomía, la ganadería y la agricultura. Un enfoque muy moderno para un lugar pintoresco en el que resulta muy agradable pasear.
22h - Comidas de Versalles en la antecámara del Grand Couvert
Volvemos a las obligaciones reales en la antecámara del Grand Couvert. Para devolver su glamour a la Corte, el rey de Francia Luis XVI y su esposa María Antonieta instauraron las repas de société a las que invitaban a unas cuarenta personalidades cuidadosamente seleccionadas. Para estas ocasiones se utilizaban piezas de orfebrería excepcionales, junto a unos fabulosos servicios de porcelana de Sèvres. Unas mesas fastuosas que dieron nacimiento a la excelencia de las “comidas a la francesa”.
8h - Salida matinal en la aldea de La Reine
María Antonieta no escapará al deseo de dar forma al Dominio de Versalles a su imagen y semejanza. Constantemente dividida entre el peso de la etiqueta debido a sus obligaciones como Reina y su profundo deseo de intimidad, la Soberana emprendió durante más de 20 años numerosos trabajos para Versalles. La creación de la aldea de la Reina, como un rincón íntimo y protector, atestigua su necesidad de libertad y naturaleza, en total oposición a su condición de Reina de Francia. A lo largo de los años, el Castillo de Versalles se ha convertido en un flamante testigo del trágico destino de María Antonieta. Una visita obligada para entender en profundidad la personalidad de la más famosa Reina de Francia.
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Por Charlotte Chiron