Marsella, cuna de la cultura mediterránea recibió a Manumanuti y Gastronauta en un recorrido gastronómico y cultural emocionante y delicioso.
Hotel Intercontinental Marseille
Continuando con su viaje en Marsella, @manumanuti nos trae, en primer lugar, este platillo tan particular y tradicional del puerto marítimo: La Bouillabaisse Milkshake, que a pesar de sonar como una malteada, es en realidad una sopa de pescado sobre una cama de papa y pez lobo a la parrilla (y un sin fin de ingredientes más) que se toma de un vaso alto a cucharadas. El sabor es sin duda de mar, y es el platillo estrella del chef Lionel Levy que cuenta con una estrella Michelin. El segundo platillo que mostramos son unos Profiteroles con helado de vainilla y salsa de chocolate; el tercero son sardinas con alcaparras y cebolla; el cuarto es un filete de pescado con alcachofa y botarga; y finalmente el quinto es un vino blanco de Cassis. Todos estos platillos se encuentran en la Brasserie Les Fenêtres en el Hotel Intercontinental de Marsella (@icmarseille) cerca del Puerto Viejo y con una terraza con vista maravillosa de los muelles y Notre Dame. ¡Bon Appetit!
Mucem
Un aperol spritz es un trago que me hace feliz y lo tomo todo el tiempo. Pero esta vez fue extraordinario porque lo disfruté en un lugar increíble. Estoy en Marsella en el museo de las culturas mediterráneas @mucem_officiel y esta arquitectura es una locura. Rodeado del mar Mediterráneo y con dos alas del museo conectadas por un puente que se encuentra por encima del agua es muy emocionante de visitar. Y cuando estás turisteando y consumiendo mucha cultura asegúrate de tomarte un descanso para comer algo rico o beber algo que te recargue las baterías y seguír con tu aventura! Estés donde estés y hagas lo que hagas te deseo salud desde acá?
Viejo puerto
Postales de Marsella: En cualquier lugar de la Tierra la cultura local define no solamente los sabores sino también los paisajes. Esto es mucho más visible en lugares donde se juntan personas de distintas culturas como sucede aquí en la portuaria ciudad de Marsella. Además se los residentes franceses hay una importante comunidad de personas del medio oriente, de Turquía y de varios países de África. La regla es: dónde hay inmigrantes, hay buen sazón. Les comparto algunas imágenes que capturé durante mi visita relámpago a la segunda ciudad más grande de Francia. 1- Tianguis, señora árabe comprando fruta. 2- parejita de jóvenes tienen un picnic al atardecer en la cima de un cerro. 3- mercado de pescadores, decorando los pescados del día 4- canastas y tapetes a la venta. 5-deliciosa paleta de ajonjolí negro en @emkipop. 6- Basílica de Notre Dame dela Garde 7- monumento vandalizado en protesta 8- La espectacular tienda de enseres de cocina @maisonempereur 9-Las casitas subiendo el cerro!
Notre Dame de la Garde
Aquí les va la crónica de nuestra primera jornada marsellesa. Lo primero que hicimos fue dirigirnos al Vieux Port (Puerto Viejo) a caminar entre los puestos de pescado fresco que se pone todo los días desde muy temprano. Marseille huele a mar y a mercaderes. Después caminamos entre las estrechas calles del centro enmarcadas por casas de colores suaves -las voces de sus seres provenzales- y las persianas de madera por donde constantemente se asomaban cabezas de gatos y de personas. Cerca de medio día volvimos al Hotel Intercontinental (@icmarseille) para degustar en su restaurante Les Fenêtres algunos de los platillos típicos de la ciudad, incluyendo una malteada de pescado muy particular (se las compartí en @gordosxelmundo). Tras un largo lunch y una interminable sobremesa de risas y tres lenguas fuimos a visitar el Museo de las Civilizaciones Europeas y Mediterráneas (@mucem_officiel). Tiene una expo temporal muy interesante -Island Time- basada en las islas del mundo y su relevancia en la literatura y el imaginario colectivo (me compré un libro cartográfico muy bonito) pero lo más cool de este museo, a mi gusto, es sin duda su diseño y arquitectura. El cubo central del Museo está conectado con otras construcciones (como el Fort Saint Jean) a través de puentes peatonales, que al cruzarlos, ofrecen una vista panorámica de la ciudad. Poco antes del atardecer tomamos un taxi para que nos llevara hasta la cima de Notre-Dame de la Garde y justo cuando estábamos por entrar a la Basílica, nos cerraron la entrada en las narices con una puerta medieval levadiza -la clausura era a las 6.30 pm. Fue así que cansados y algo decepcionados con nuestro error de novatos viajeros volvimos al hotel a descansar y bañarnos antes de salir a cenar. Es viernes y la tentación de probar la vida nocturna en Marsella es un poderoso aliciente. Veremos que sucede… “À Demain” (hasta mañana). Por cierto mañana partimos a nuestro segundo destino gastronómico ¿Adivinan cuál es?
Nuestro dos viajeros disfrutaron de la ciudad foceana, durante dos intensos días donde pudieron percibir las múltiples influencias que han hecho de Marsella, un bastión de la cultura mediterránea, y una parada obligada en un viaje a Francia.
Marsella es una ciudad a la vez joven y milenaria, culta y desparpajada.
Por France.fr
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