¡Qué placer pasear por los jardines de los castillos del Loira! De estilo francés o inglés, geométricos o heterogéneos, siempre magníficamente floridos, con huertos gastronómicos o rosaledas perfumadas, los jardines y parques paisajísticos del Valle del Loira son tan encantadores como los castillos que albergan. Podemos ir de jardín a jardín disfrutando del arte vegetal, como en la época del Renacimiento.
Los jardines del Castillo de Villandry
Los jardines del Castillo de Villandry, los más famosos del Valle del Loira, seducen a primera vista. La simetría de los parterres, la meticulosa poda, la armonía de los arreglos florales... Estos cuadros de verdor ofrecen al visitante, de una terraza a otra, su perfecta belleza. Aquí un laberinto para jugar, allá un huerto en damero como un hábil bordado. El jardín ornamental, con sus bojes en forma de arpa, recibe al visitante como en un salón de música. Los jardines de agua y de sol atrapan la luz y los sueños de las tardes de verano, mientras que el jardín de los simples te inicia en los secretos de las plantas aromáticas y medicinales.
El jardín de Catalina de Médicis en el Castillo de Chenonceau
En el castillo de las damas rivales, cada una tiene su propio jardín. El de Diana de Poitiers impone con sus ocho grandes triángulos de césped, sus terrazas sobreelevadas donde crecen tejos, boneteros, bojes y durillos, y sus platabandas con una rigurosa geometría. Entre rosas, hiedras, lavandas y fuentes, el de Catalina de Médicis busca ser más intimista, un rincón vegetal que se abre a la fachada oeste del castillo de Chenonceau con su célebre galería que cruza el río Cher.
El Jardín de Leonardo en el Castillo del Clos Lucé
Fue en el Castillo del Clos Lucé, a invitación de Francisco I, donde Leonardo da Vinci vivió los tres últimos años de su vida dedicándose a completar sus geniales inventos. Al caminar por el Jardín de Leonardo, un muy bucólico parque a la inglesa, se comprende mejor la influencia de la naturaleza en su obra. Cuevas, fuentes, miradores y cataratas, un estanque bordeado de pinos centenarios, de bojes y de cipreses de Italia, rosaledas y un encantador puentecito de dos niveles… El recorrido paisajístico, lúdico y pedagógico permite contemplar 20 máquinas a tamaño natural que pueden manipularse y 40 lienzos gigantes. Una visita vegetal y sabia, al corazón de la inspiración de Leonardo.
El Jardín de Nápoles en el Castillo real de Amboise
Es la última creación paisajística de este orgulloso castillo que domina el Loira, donde está enterrado Leonardo da Vinci. El Jardín de Nápoles muestra la influencia italiana del pasado, el primer jardín del Castillo real de Amboise fue imaginado en el siglo XV por un monje jardinero napolitano. Como en las mansiones de los Médicis en Toscana, unas macetas en terracota compartimentan los parterres y marcan la pauta de la composición vegetal y el colorido en función de las estaciones. Resulta agradable meditar disfrutando de las vistas panorámicas sobre el gran río.
Los jardines del Dominio nacional de Chaumont-sur-Loire
Dominando el Loira, el Castillo de Chaumont-sur-Loire parece recién salido de un cuento de hadas. Cada año, durante el Festival internacional de los jardines, acoge en su propiedad las realizaciones vegetales surgidas de la imaginación fértil de artistas y paisajistas de fama mundial. Fuera de concurso, sus hermosas alamedas y encantadores parterres sembrados con flores multicolores también invitan, durante las cuatro estaciones, a paseos poéticos.
El parque paisajístico del Castillo de Azay-le-Rideau
Construido en un islote, entre dos brazos del río, el Castillo Azay-le-Rideau es el colmo del romanticismo. Su gran parque paisajístico recientemente restaurado conserva todo su esplendor, dibujado a la inglesa con alamedas con arbustos, suaves curvas, vistas sorprendentes, sotobosques floridos y espejos de agua que reflejan hasta el infinito la belleza y la serenidad del lugar.
Los jardines del Castillo de Chambord
Ocupan seis hectáreas y medio a los pies de la fachada norte y algunas cifras bastan para resumir el esplendor que ha recuperado en 2017: 600 árboles, 800 arbustos, 200 rosales, 15.250 plantas y 18.874 m² de césped. Los jardines del Castillo de Chambord, el mayor y más majestuoso de los del Valle del Loira, deseado por Francisco I e imaginado por Leonardo da Vinci, se merecían un proyecto de recuperación de esta amplitud. ¡Sencillamente digno de reyes!
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Por Pascale Filliâtre
Periodista y viajera.
A menudo, he ido hasta la otra punta del planeta para encontrar lo que Francia nos ofrece… justo al lado. filliatre.pascale@orange.fr