La aguja de la catedral y la torre Perret protegen Amiens en la región de Altos de Francia. Una ciudad hecha para caminar: no puedes perderte lo más destacado, desde la catedral hasta los hortillonnages (jardines flotantes), pasando por el barrio de Saint-Leu, el zoo y las paradas gastronómicas. Podríamos seguir: las orillas del Somme, las calles empedradas y los bulevares espaciosos esconden tesoros como el campanario, la ciudadela, el Jardin des Plantes, el cementerio de la Madeleine o el parque Saint-Pierre... ¡Síguenos!
1 - La catedral : subir hasta lo alto de la gárgolas
En 2020 se conmemoró el 800 aniversario del inicio de la construcción de la catedral de Amiens. La mayor catedral de Francia es una obra maestra de la estatuaria gótica y uno de los 52 sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el país galo. El espectáculo Chroma ilumina las 765 estatuas de la fachada todas las noches hasta mediados de septiembre. En el interior, el púlpito, la sillería del coro y el órgano son impresionantes. 150 escalones y se sale bajo el rosetón del siglo XIII, con vistas al campanario.
2 - Los hortillonnages: la entrada a un mundo flotante
Entre dos mundos singulares, los hortillonnages de Amiens (jardines flotantes) despliegan en plena ciudad cientos de islas fértiles regadas por 60 kilómetros de canales, los rieux. Hasta el 31 de octubre, barcas eléctricas se deslizan bajo arcos de vegetación descubriendo un nido de fochas, bancos de flores, huertos o una colorida cabaña. Caminar o flotar, esa es la clave.
3 - Dormir en una isla-jardín
Bordeando el río Somme por los caminos, se accede por pasarelas y portillos a las casas de los hortillones, algunas convertidas en casas rurales. Así, en D'une île à l'autre, seis cabañas se visten de colores almendra o frambuesa. Al lado, Pierrette Faille alquila una casa de campo de 1900 con tejas de color miel. Se duerme en medio de tres hectáreas de jardines con árboles centenarios que bordean ocho estanques. Hay barcas y bicicletas disponibles.
4 - Picar algo en el barrio Saint-Leu
Con los pies en el agua y la mirada alzada hacia la catedral, nos reunimos en el barrio de Saint-Leu de Amiens para "bien boère, bien matcher, pis ne rien foaire", en el idioma picardo ("beber bien, comer bien y no hacer nada". Este es el lema de Lafleur, héroe del teatro de marionetas Chés Cabotans. Puentes floridos, farolas, una plaza, un teatro y un callejón le rinden homenaje. Impasible, "L'homme sur sa bouée" de Stephan Balkenhol deja que el Somme fluya a sus pies.
5 - Visitar a Julio Verne en su torre
Enamorado de Honorine, una madre viuda de Amiens, Julio Verne vivió durante 18 años en una casa con una torre construida por un aficionado a la astronomía. En sus cuatro plantas, se pueden visitar una quincena de habitaciones, su biblioteca o el reconstruido salón de su editor, el ingenioso Hetzel. A unos cientos de metros, se encuentra el circo que lleva su nombre. Se puede llegar en el autobús Nemo, 100% eléctrico.
6 - Dudar entre macaron y tricorne
El macaron de Amiens es como un disco de almendra y clara de huevo: los de Jean Trogneux y Auzou son famosos, y la tienda Petit Poucet ofrece un marco elegante para degustarlos. Los amantes de lo salado pueden buscar un tricornio de Picardía, creado por el quesero Julien Planchon, en Les Halles.
7 - Pasearse en el zoo
Los monos araña, o atelos, se balancean en los castaños y el hocico dorado de un mono saimiri emerge de un árbol de thuja... Situado en un jardín botánico en pleno centro de la ciudad, el zoo de Amiens alberga a 450 simpáticos y raros habitantes, como la gacela dorcas o el cálao gorginegro. Después de unos meses cerrado en 2019, reabrió sus puertas con una nueva entrada, un restaurante y los esperados tigres de Sumatra.
8 - Visitar el renovado museo de Picardía
El Museo de Picardía reabrió sus puertas en diciembre de 2019, tras dos años de minuciosa renovación en los que también se amplió el edificio, considerado desde su apertura en 1867 como uno de los más bellos museos franceses de la región. Esta importante renovación le ha permitido recuperar su lugar entre los grandes museos franceses.
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Por Aliette de Crozet
Cuando somos curiosos y golosos, recorrer Francia tiene mucho sentido.